Stellar 5000- capitulo 3

3º capitulo

REVOLVIENDO EN EL PASADO

El bar estaba lleno, de militares, civiles, mercaderes… y ese tipo se le había acercado… no estaba seguro de que era… era grande, musculado, piel verde con suaves manchas de color lila en toda la espalda y era militar.

Habían tomado un par de copas mientas esos ojos hendidos de color verde parecían hipnotizarle. Buscaba humanos, decía… humanos macho porque eran mas apretados…

Aceptó con una sonrisa boba en la cara. Después de todo le excitaba hacerlo con tíos raros… normalmente no se alejaba mucho de lo que era la forma humanoide, pero una vez lo había hecho con uno que tenía dos pollas… Se rompió el culo tratando de hacer que ambas se corriesen.

Lo normal sería que cada especie buscase de los suyos para tener sexo, aparearse, lo que fuese, pero siempre habría aventureros…

Su cuerpo reaccionó con un respingo y su bajo vientre empezó a ganar vida cuando la mojada lengua rasposa comenzó su labor por su tórax. La humedad dejaba un rastro frío que le erizaba la piel. Él era frio y con la excitación parecía que su temperatura bajaba aun más…

No estaba muy seguro de como era el sexo en el planeta de ese, pero él parecía saber muy bien las cosas que les gustaban a los humanos, así que no perdió mucho tiempo, se bajó sus pantalones azules de oficial y le enseñó la mercancía…  

Jared lo observó detenidamente lamiendo sus labios enrojecidos: Era un pene deliciosamente no humano... Estaba plegado de pequeños relieves, como bolitas en la parte más inferior, junto a la piel gruesa de dónde salía.  Su olor también era muy característico y excitante, actuando como un poderoso afrodisíaco.

Se arrodilló enseguida, abrió la boca y con la punta de la lengua tocó el mástil duro como una roca. El sabor también era distinto a todo lo que había probado, era mucho más intenso.

Los dedos larguísimos de uñas negras se metieron entre su cabello rebelde y tiraron de él con fuerza empujándole contra la pared:

-Desnúdate humano, quiero ver cómo eres…

Ofideon, 72 horas locales, después.

Jensen terminaba los preparativos de su ritual de acostarse. Su cerebro le había propuesto acostarse lo más rápido posible porque se sentía muy agotado y aunque aún no tenían fecha para marcharse procuraba atender a todos los asuntos requeridos por el Consejo.

Abrió la cremallera que cerraba las sábanas de su cama y se sentó. Sumido en profundas reflexiones, el capitán cerró los ojos.

A fuer de ser sincero entendía los temores de los ancianos del Consejo, aun que a muchos de ellos les importase muy poco la suerte de la comunidad universal y por lo general le parecía que tenían como meta permanecer en el poder durante largas generaciones futuras. Quizás este fuese un pensamiento cínico. Fuese cual fuese el motivo, luchaban por exterminar los They y eso era positivo.

A veces se veía a sí mismo como un guerrero, otras como un justiciero, pero al final se daba cuenta de que no era más que un mercenario cubierto de medallas y estrellas. Su mente siguió divagando y pensó en cual había sido el motivo o cual la filosofía de su vida que le impulsaron a participar en la batalla. Reflexionó sobre lo mucho que cambiaban los sentimientos humanos a lo largo de décadas...

Jensen no pudo seguir meditando sobre aquellos asuntos al interrumpirle una tímida llamada a la puerta.

-¿Si?- preguntó el capitán

-Señor, tengo noticias...- Reconsiderando su decisión de acostarse contestó agriamente:

-Pase comandante. ¿Qué ocurre?- Quiso saber inmediatamente reconociendo a Chad.

-El hecho es que, le sorprenderá saber que el reactor no se puede arreglar...

-¿Y por qué no?

-No hay algunas cosas que hacen falta...- Dijo Chad con cautela.

-¿Qué clase de cosas?

-Piezas, señor!

-¿No hay piezas en una base mercader? - Jensen notó que estaba perdiendo los estribos pero mantuvo el control a merced de un gran esfuerzo de voluntad.

-No, señor.

-No es posible!...- murmuró casi atónito ante la estupidez de la situación.

-Lo es, y he pensado que... si habla usted con el capitán Morgan, para que nos deje utilizar las piezas de unas de sus naves…

-Gracias Chad. Puede retirarse comandante!

Con un suspiro decidió evaluar su situación. No quería para nada tener que ir a pedirle lo que fuese a Morgan, pero tampoco es que pudiese quedarse allí eternamente.

Sacudió la cabeza y se echó a reír, parecía que al final tendría que ir...

*

El aire acondicionado del Capitán Morgan se había averiado y naturalmente le tocaría repararlo. Sujeto boca abajo por un cable y con los brazos extendidos echaba una ojeada al sofisticado aparato.

-¿Qué hace?- Preguntó Jared.

-¿Cómo que qué hace? No hace nada, Estúpido!- contestó Jeffrey  que se había prometido quedarse hasta que ese petardo terminase la labor, no le diese por toquetear sus cosas.

-¿Le ha metido algo dentro?

-Noo!- gritó, obviamente aterrado con la idea.

-Solo quería asegurarme...

-Pues asegúrate de darte prisa!- gruñó el capitán.

-Lo haré... bien...- se colocó unas gafas atadas a la cabeza que le agrandaban tanto los ojos que se le podría confundir con un insecto.

-¿Lo dejo mucho tiempo conectado?

-No más de lo necesario...

-Andaaa! Pues vaya chapuza!- exclamó Jared al observar bajo la tapa del aire acondicionado.- ¿Quién revisó esto antes?

-Tú!- Una cómica cara de incredulidad bajo las gafas de aumento se le dibujó en la cara al tiempo que llamaban a la puerta.

-¿Si?- Morgan abrió.

-Tenemos que hablar!- Jensen entró sin ser invitado y Jared paró de trabajar.

-Estáis en vuestra casa...- se burló el chapucero.

-Hablemos fuera...- pidió Morgan mirando al cotilla de reojo.- ¿Qué pasa? ¿Has reflexionado sobre lo nuestro?

-No. Y la razón por la que venido es oficial...

-Ya veo.- Su voz retumbó de desprecio.- Habla entonces, que es lo que te ha forzado a venir a verme...

-Pues en tu base no se hayan las piezas que necesito para el Ofideon. ¿Puedes encargar que alguno de tus mercaderes me la consiga antes de 72 horas?

-No.

-¿Puedes dispensarme algunas piezas de dos de tus naves?

-Tampoco.

-Necesito ir a Soladak, me lo han ordenado...- miró fijamente al otro capitán.

-Llévate a una de mis naves...- Jensen alzó una ceja ante la respuesta.

-Sabes que nunca dejo MI nave!

-Y tu deberías saber que nunca dejo piezas de las mías...

-Morgan, te estás tomando mi pedido como una forma de concretizar un triste acto de venganza por el pasado. Pero que no se te olvide que no debes mezclar lo personal con lo profesional.

-jajajaj. A veces es imposible...

-El código te obliga a ayudarme.- Le espetó Jensen de brazos cruzados.

-Ya lo hago, te facilito una nave!...

-Piérdete Morgan!- Hizo una inclinación de cabeza brusca y envarada, no estaba dispuesto a mostrarse débil ante aquel orgulloso bastardo.

-Dame 144 horas, entonces.

-Demasiado tiempo.

-Tómalo o déjalo!

-Podrías encargar que te traigan los reactores y mientras vamos usando los de tus naves.- propuso Jensen.

-NO! Si hay un ataque no tendré las naves listas y no pienso correr ese riesgo!

-Bien... esperaré, pero comunicaré el Consejo el motivo de mi retraso.

-De acuerdo Jensen, hazlo, no me intimida. Sabes muy bien que no me vencerás en una batalla como la que estás proponiendo. Sabes que ante la posibilidad de un ataque las bajas en dos naves con la capacidad de reactor que tú me pides puede significar la destrucción de una base como esta y yo no pienso poner la vida de inocentes en peligro por un puñado de horas que te niegas a esperar!

-Porqué será que aunque con todos esos argumentos y esa actitud de nobleza, yo no me creo ni una palabra de lo que dices. La realidad es que no quieres hacerlo porque me niego a acostarme contigo...

-Pasaré por alto lo que acabas de decir. No me juzgues según tus principios!

-Por lo menos yo todavía tengo principios...- espetó Jensen.

-Buf.. Menudos principios tienes tú... escupiría sobre ellos de no ser...

-...de no ser por la esperanza de que yo vuelva a tus brazos?- preguntó y Morgan se limitó a sacudir la cabeza afirmativamente.- Eres un completo idiota. ¿No te das cuenta de que se acabó?-Jensen miraba fijamente el rostro enrojecido del otro hombre y pensó que aquella era la imagen formidable de la debilidad.- Y eso de escupir sobre mi filosofía de vida tampoco es muy honorable, eres tu el que debería revisar tus principios. No tienes escrúpulos y lo has demostrado muy bien a lo largo del tiempo que estuvimos juntos. Me parece que nos has cambiado nada!

-Los dos sabemos que no fue por eso por lo que me dejaste.

-Claro que no, tu honor me trae sin cuidado, pero me parece asqueroso que también seas un mentiroso!- continuó.

-Yo no te miento, Ackles!

-Bien, entonces la decisión fue unánime!

-Fue TU decisión!

-¿Cómo crees que me sentí después de que mintieses descaradamente al Consejo sobre un problema que nos podría haber costado una derrota?!

-Qué cosas más absurdas dices Jensen!- dijo Jeffrey con una voz estridente.- La situación por aquel entonces no era tan grave como tú la pintabas!

-Me alegra saber que te sientes tan poderoso como para subestimar a nuestro enemigo... pero déjame que te diga que ahora ya no es como antes! Los They se están recuperando, organizando sus tropas y se están convirtiendo en un enemigo muy poderoso.

-Me lo imagino...- contestó

-Creo que no. Tienen dragones Estelares. No sé como los han conseguido pero sus ataques son mucho más contundentes. La batalla en la que se estropeó la nave, una de sus exploradoras hizo picadillo a una de mis compañías. Los aniquilaron a todos.

-¿Nadie sobrevivió?

-No. La nave se desintegró cerca de Dallastar. Sea como sea tengo que darme prisa en llegar al Consejo. Estamos pensando que una emboscada es la única alternativa.

-¿Para eso quieren que vayas?- Preguntó Jeffrey con una expresión curiosa.

-No solo por eso. Hay otros asuntos que quieren discutir conmigo. Supongo que querrán saber mi opinión al respecto de la situación actual.- declaró Jensen.

-Te has convertido en un hombre muy importante en la S.P.A

-Morgan, solo me he convertido en aquello por lo que he luchado.

-Ya... aunque para ello no te hayas preocupado en pasar por encima de todos...- Jeffrey no parecía darse por vencido.

-Desde luego…- convino Jensen frunciendo el entrecejo deliberadamente.- Pero ya hemos discutido mis prioridades en otras ocasiones...

-Bueno qué? 144 horas...

-Olvídalo...- la puerta del camarote de abrió y el chico salió cargando todas sus herramientas.

-Ya he terminado. Creo que ahora le funcionará de maravilla.

-Hn, pues lárgate!

-...De nada.- añadió con una mueca burlona y se alejó.

-Quizás sea buena idea que me marche también.- acabó Jensen dándose la vuelta.

-Sí, me parece bien.- convino el más viejo.

Se encaminó a los niveles inferiores. La conversación con Morgan le había dejado con un excelente mal humor que podría añadir a sus ganas de dormir.

-He oído que necesitas ayuda...- le susurró una voz escondida en la oscuridad de las sombras de una esquina. Jensen se detuvo imaginándose de quien era la voz.

-Y como se supone que un reparador de aires acondicionados va arreglar una nave como la mía?

El chico salió a la luz. La alta temperatura le dificultaba la respiración y eso contribuya a acrecentar la sensación de una conversación desastrosa.

-Puedo arreglarlo todo...

-A ver que me entere antes de una cosa- pidió el capitán.- ¿Qué has escuchado de la conversación?

-Opino que deberíamos tomar algo!- Dijo Jared, que por la urgencia de la situación le pareció una excelente idea.

-Mmm.. Estoy ocupado.- se pasó la mano por el cabello rubio acastañado que enmarcaba su rostro de barbilla firme y unos ojos verdes dorados que otorgaban al capitán la imagen de un hombre enérgico y capacitado. De hecho Jared se alegraba de no estar distraído con un montón de trabajo, ya que así el fornido capitán podría ocupar un primer plano en su imaginativa mente.

-No creo que una copa te retrase, y si te parece bien puedo ir a echarle un vistazo...

-¿No vas a rendirte? ¿Por qué te empeñas en ayudarme?

-Bah... me pareces un buen tipo- se lamió los labios, mientras lo miraba de arriba abajo en su uniforme azul-… y Morgan tampoco me cae muy bien....