stellar 5000- capitulo 13

13º Capitulo

Durmieron juntos, abrazados. La respiración de Jensen en su oreja, sus manos rodeando de forma tierna su cuerpo.  Podría quedarse así para siempre. Suspiró. Jensen no le quería… o eso decía, porque no creía ni una palabra de lo que salía de esos maravilloso labios.

Cuando alguien no te importa uno no se preocupa de no poder protegerlo, ni se duerme así tan pegado.

No quería ir a ese entrenamiento, no quería dejarlo en realidad se había alistado para estar con él y no exactamente lo contrario! Ni siquiera estaba seguro de entender o querer participar en esa guerra. Solo sabía dos cosas y la primera era que quería vengarse de Morgan. Se vengaría de todo el dolor que le causó mientras vivió en Babel 11… y lo segundo era que quería dormir así con Jensen para siempre.

-¿Estás despierto?- La voz del capitán susurró en su oreja.

-Sí, estaba pensando.

-Lo sé, tu cerebro hace demasiado ruido cuando piensa.

-Sabes, yo…- Jared se dio la vuelta en la cama para poder mirar al hombre en los ojos. Le encantaban esos ojos que se hacían más verdes por las luces de las naves que volaban a fuera. – no quiero que me envíes ya a la academia. ¿No puedes esperar unos días?

-¿Quieres desertar ya?

-¡No! En absoluto. Pero hay algo que debería hacer y quiero que sea como civil.

-¿Y esa cosa es…?

-Llévame a la Base.- Dijo sin más.

-Crees que no tengo nada mejor que hacer que llevarte de un lado para otro? Después del trabajo que me dio rescatarte?...He matado a un oficial…- Murmuró entre dientes.

-Lo sé.- puso su indicador sobre sus labios.- Pero yo puedo conseguir lo que queréis. Puedo conseguir esas informaciones de que Morgan es un traidor. Yo pasaré desapercibido allí.

-No.- Fue firme.- No dejaré que…

-¿Qué?- Preguntó mirándole con ternura. Pero en rostro de Jensen se endureció y solo dijo:

-Que te escapes del entrenamiento en la Academia. Partiremos mañana.- Se dio la vuelta y cerró los ojos. No dormiría pero no pensaba seguir escuchando a Jared tratar de derribar los mures de su corazón.

Jared se sentó en la cama y se cruzó de brazos como un niño con rabieta. Si Jensen pensaba que se había terminado la conversación estaba muy equivocado.

¿Volvemos a lo mismo? Ahora yo quiero volver y to quieres llevarme. ¿Es que lo haces por algún placer secreto en contradecirme?

-Es que yo no tengo que hacer lo que tú quieres.- Siguió sin moverse de su sitio.

-Pues estas muy equivocado conmigo pedazo de prepotente. ¡No vas a controlarme! Si te digo que voy a volver es qué…

Jensen se levantó de un salto y le empujó contra la cama. Fue rápido, muy rápido como en el día en que mató a Kox.

-¿Qué a ver? ¿Qué vas hacer?...- su mano se cerraba sin apretar sobre su cuello.- No vas hacer nada porque solo eres un puto crío y no tienes ni jodida idea de que va todo esto.

-¡Pero es que también me importa una mierda! Quiero vengarme de ese hijo puta y ni tú ni nadie me lo va a impedir.- Empujó la mano de Jensen de un golpe.

Tenía que admitir que el chico tenía cojones, no se había amedrentado con su ataque de rabia. Se quedaron en silencio sentados en la cama a oscuras hasta que Jared murmuró:

-Ojalá no fueses militar.

-Ojalá no fueses estúpido.- Le contestó Jensen con un suspiro.- Está bien… te ayudaré pero lo haremos a mi manera.

Jared sonrió y le abrazó sintiéndose muy complacido aunque el abrazo no fuese retribuido.

 A bordo de la nave mercader Numit

En realidad no había ningún plan, Jensen solo quería que no hablase con nadie ni se dejase ver en demasía. Recordó los aposentos de Jeffrey, había estado allí por lo menos una docena de veces arreglando el aire acondicionado. Morgan era un Humano de lo más tradicional. Tenía muchas reliquias adquiridas del planeta tierra y muy pocas cosas electrónicas. Sería muy poco probable que allí hubiese alguna prueba pero era un lugar a explorar.

-¿Lo recuerdas todo?- El holograma de Jensen surgió delante de sus ojos.

-Perfectamente.

-Ya se como es tu “perfectamente”.- Frunció el ceño.- Quiero que te marches de allí tan pronto como te sea posible. ¿está claro?

-Puf… como el caldo estelar.

-Está bien.- contestó.- Y otra cosa…

Jared esperó con expectación un “te amo” pero Jensen solo dijo: “Buena suerte”.

A bordo del Ofideon

-Creo que esto se vuelve de lo más repetitivo pero lo diré de nuevo: Eres un imbécil.- Chad surgió detrás de él. En el Ofideon se tenía muy poca privacidad.

-Lo sé.

-Te quiereee.

-No puedo impedirlo.- se encogió de hombros.

-Pudiste impedir que se fuese a la base ¿Sabes el riesgo que corre?

-Tampoco pude impedirlo.

-¡Claro que pudiste! ¡Todo lo que hace es por ti!

-¡NO! Jared es un adulto, lo está haciendo porque quiere, no puedo condicionar sus decisiones, ¿o crees que quería que se alistase?- Su rostro estaba rojo de enfado. Chad se sentó a su lado y se pasó la mano por los labios en un gesto de preocupación.

-¿Y qué vas hacer?- susurró.

-Nada, no puedo hacer nada.

Babel 11, 23 Horas locales

Siempre se había imaginado así, en una especie de misión de espionaje. Era algo que le entusiasmaba de sobremanera.

Recordó las palabras de Jensen cuando le dijo que no tenía ni jodida idea de lo que pasaba en aquella guerra, de cuantos planetas estaban en peligro, cuántas vidas se salvarían o no dependiendo de cómo saliese la misión y casi tuvo un ataque de pánico. Se detuvo un momento para interiorizar la misión como algo personal porque el peso de esos planetas y la responsabilidad de esas vidas eran demasiado para él y temía  cagarla si se ponía a pensar mucho sobre ello.

Entrar en la base fue muy fácil pero se preguntó si saldría con igual facilidad.

Pasó por varios mercaderes y ellos no parecieron reconocerle, pero esos no serían el verdadero problema, el problema se pondría cuando algún militar o residente le encontrase.

Los pasillos de metal iluminados por tenues luces azules eran su mejor elección hasta dar con una conducta de aire acondicionado. Caminó varios metros por la penumbra y la primera conducta que encontró estaba atascada con algo verde grueso y pegajoso. Trató de quitarlo con varias patadas pero al no lograr su propósito suspiró y siguió camino.

Si girase a la derecha, más adelante encontraría una sala de maquinas, así que se decidió por ese camino. Conocía todos los lugares y escondites de esa base como las palmas de sus manos, incluso dentro de las conductas de aire. No tendría dificultad alguna en orientarse.

Gateó por la primera conducta que encontró y siguió recto pasando por varios cruces y rejillas que le permitían una fugaz vista del exterior. Estaba muy cerca. Tras girar al último cruce algo familiar se le acercó:

-Emm Hola, ¿Qué haces aquí?- El pequeño robot encendió la luz verde en forma de saludo.- ¿Puedes ayudarme?- El robot volvió a encender la luz verde.- Enseñame un mapa, creo que estoy cerca del camarote del capitán.

-Tres metros a la derecha.

-¿Y él está en el camarote?- El robot pareció desconectarse durante unos segundos y después contestó:

-Negativo. Jared sonrió.

-Si fueses un bicho te daría algo de comer…

-Palabras de aprobación resultan igual de bien.

-Puf…- puso los ojos en blanco- Debería tener suficiente con un contestón. Anda, ven conmigo.- Gateó por el conducto hasta llegar al local indicado.- Necesito que me ayudes en una cosa.

Se dio cuenta que con el pequeño robot su tarea estaría facilitada, solko le quedaba una duda:

-Oye, ¿Por qué estás aquí?

-¿Por qué estás tú?- encendió la lucecita de nuevo.

-Tengo cosas pendientes.- contestó sin más.

-¿Vas a robar de nuevo?

-¡Yo soy el que hace las preguntas!- Se sonrojó de rabia- ¿Cuáles son tus funciones?

-Ya no tengo funciones. Antes de que tu vinieses a la base yo limpiaba los aires acondicionados, pero me dieron por obsoleto.- Sus pequeños brazos mecánicos se movieron de forma algo teatral.

-Bien, yo te conseguiré nuevas funciones!- El robot encendió la luz y le siguió.

Esa conducta de aire terminaba justo en el techo del camarote de Morgan así que no tuvo más remedio que saltar.

Todo estaba exactamente como lo recordaba, aquellos días en que había trabajado en ese camarote le dieron una visión general, pero buscar la información pertinente era otro cuento.

-Debemos encontrar una cosa muy importante, así que pon tus chips en funcionamiento y te prometo que te llevaré conmigo al paraíso de los robots.- El robot se acercó y pareció ponerle atención.- Necesito una cópia de conversaciones de Morgan con tenientes u otros seres They, Hay una de hace días, ¿crees que puedes encontrarla?

-Puedo.

-Bien, cuando la encontremos la tenemos que enviar a ese capitán guapo que me acompañaba el otro día.- El robot no dijo nada, tan solo voló por el camarote encendiendo la luz de vez en cuando. Aparentemente buscaba una entrada electrónica a la información de la base. De pronto se detuvo cerca de uno de las pantallas y se enchufó a un pequeño agujero. Su luz verde parpadeó varias veces hasta que dijo:

-No hay conversaciones con tenientes They pero si hay conversación con la reina, ¿serviría esa?

-¡Oh Dios!!Esa! ¡Esa es perfecta!- El robot volvió a encender la luz verde y se escondió bajo la pantalla en un movimiento muy rápido. Desapareció justo cuando la puerta del camarote se abrió y Morgan entró.

-Eres una pequeña y asquerosa rata… no sabes cuento te he buscado.- Jared suspiró porque detrás de Morgan venían Duargs y él ya había tenido suficiente experiencia como para saber que resistirse era peor.- ¿Buscabas algo?

-No, nada. Solo verificaba que el aire acondicionado seguía funcionando.- Claro que las respuestas equivocadas también eran recompensadas con un puñetazo en el estomago. Se retorció y cayó de rodillas.

-A ver, volveré a repetirlo: ¿Qué buscabas aquí?- Jared levantó la cabeza y contestó:

-¿El escondite de tus cosas porno?- Claro que las respuestas burlonas tenían derecho a patadas en las costillas. Gimió.

-Nos lo llevaremos. ¡Traedlo!- Los duargs le levantaron del suelo y le arrastraron como si solo fuese una saca de patatas fuera de plazo.

Jensen caminaba de un lado para otro en el pasillo que conectaba al puente. La misión de Jared era demasiado importante, no sabía con seguridad si sería tan fácil como el muchacho le había echo creer. De hecho, pensó, siempre que Jared se proponía hacer algo… siempre salía mal.

Entró al puente.

Tras la conversación con Chad aquella tarde que se sentía así, inquieto y ansioso. Sabía muy bien porque su corazón estaba tan apretado en su pecho pero se repitió a si mismo que todo tenía que ver con la suma importancia de la misión.

-Señor, tenemos una transmisión desde Babel 11, ¿la acepto?- preguntó su oficial de comunicaciones.

-¡Por supuesto!- Jensen dio un bote y se acercó a la pantalla.

La pantalla de comunicaciones se encenció en ese momento y le enseñó un lugar muy humano y incluso familiar. Frunció el ceño, pero antes de que se preguntase de qué conocía aquel lugar un pequeño robot se detuvo delante de la cámara.

-Tu Humano me ha pedido que recogiese informaciones, las estoy enviando a vuestra base de datos en este instante.

-¿Mi Humano?

-El Humano que robó las piezas… mi base de datos le cataloga como Jared.- Volvió a decir con la luz verdad parpadeando.

-¿Y dónde está Jared?- Quiso saber enseguida. La misión no consistía en enviar la información por un robot, era Jared quien debería traerla.

-Ya no se encuentra en la Base, los superiores se lo han llevado.

-¿Qué superiores?

-Mi base de datos le identifica como Humano, Morgan.

-Capitán, tenemos toda la transmisión.- Les interrumpió uno de sus oficiales.

-Guardadlo todo.- Se volvió hacía el robot.-¿A dónde se lo han llevado?

-No consta en mi base de datos.- Jensen golpeó la besa con el puño cerrado.

-Tranquilo Jensen. Quizás haya una forma.- Chad se acercaba y sonrió colocando su mano sobre su hombro tenso.- La primera vez que devolviste a Jared a la base le di algo, un regalo, pero le dije que era de tu parte.-Jensen le miró desconcertado.- Verás, cuando le devolviste yo pensé que Jared podría tratar de volver a escaparse o que tu pudieses querer encontrarlo de nuevo… digamos que era por precaución…- dio una risita pícara.- Le regalé un colgante que lleva un transmisor escondido… Cómo era algo de tu parte, juraría que no se lo ha quitado.

-Uf… eres…- No sabía si llamarle cerdo o darle las gracias por ser el amigo más entremetido e increíble del universo pero Chad puso su mano sobre el pecho y dijo:

-Soy el cerebro de la misión.- Miró al oficial de comunicaciones y dijo.- Localice el r3158.

               -Sí señor… en este momento se encuentra al norte de Babel 11.

               -Bueno, ¿qué te decía?- sonrió satisfecho.

               -Perfecto, poned rumbo a la Base, hay que disfrazarse primero.