CAPITULO Décimo tercero
LA SERPIENTE EL MAGO Y EL ARMARIO
E
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l olor a incienso subía en espiral y bajaba rodeando todo su cuerpo
atontando sus sentidos. El familiar salón de Adivinación estaba vacío a excepción
de él y la profesora Sybill. Sus ojos aumentados por las gruesas gafas le
miraron detrás de la bola de cristal.
-Preferiría que no me leyese el futuro…
-Bien… entonces veamos como te va el presente. – cubrió la bola con un paño
negro y la apartó hacía una esquina de la mesa.- De todos modos te leeré las
cartas… es un tipo de adivinación que aún no habéis aprendido… El primer paso
en la lectura de las cartas es siempre barajar el naipe de una forma correcta.
La profesora cogió una parte de las cartas y las invirtió y siguió barajando,
entonces repitió el proceso tres veces antes de sacar una carta de encima y
volteándola en el sentido de las agujas de reloj la posó sobre la mesa.
-La sacerdotisa invertida.
-¿Qué significa eso?- preguntó Harry curioso.
-Significa que estas atravesando una pación sexual peligrosa…- No supo que
decir y la vio sacar otra carta.
-As de espadas... Inicio de una relación intensa con fuerzas fuera de
control… suceso o fracaso total…
-Seis de corazones invertido… Algo está a punto de ocurrir…- Sacó una carta
más- La torre…. Va empezar la guerra….
-No he comprendido nada.- declaró con sinceridad.- ¿Me ha invitado a venir
aquí para escuchar chorradas? ¿Tengo deberes, sabe? Será mejor que me largue!
-Hubiese sido mejor que viese en la bola e cristal… así sabrías que esto no
es un juego Harry. Te lo he dicho, tu felicidad al lado de Severus Snape puede
ser un suceso o un fracaso total…
-¿Cómo sabe usted eso?- Abrió los ojos como platos.
-Ten cuidado muchacho, esa cicatriz que llevas es el símbolo del infortunio
y el camino de la felicidad nunca es el más fácil… por eso los humanos son casi
siempre infelices.
-…será mejor que me vaya…- murmuró saliendo del aposento con el cabello
revuelto y bajando las escaleras de la torre de dos en dos.
-La estrella… - Sacó del barajo una última carta.-No estarás solo en la
guerra Harry…- murmuró al verle salir.
Estaba asustado y no le apetecía esconderlo de nadie. Bajó interminables
escalones hasta llegar a las mazmorras. Varios metros bajo tierra. Llamó a la
puerta.
Al cabo de un instante Snape abrió siendo casi derribado por el chico que
no pudo contener sus emociones y saltó y rodeó con sus brazos el cuello del
hombre.
-¿Qué haces? Alguien podría verte!- Regañó metiendo a Harry para dentro de
su habitación y certificándose de que el pasillo seguía vacío.
-Estoy asustado.
-¿Por qué?
-La profesora sinistra me invitó a tomar el té…
-¿Querrás decir la profesora Trelawley?...
-Sí, y me leyó las cartas… yo no quería pero pensé que no hubiese ningún
problema en ello… te juro que no sabía…
-¿Qué no sabias? Habla me empiezas a irritar!- resopló.
-No sabía que podía ver cosas de verdad! Siempre pensé que esa mujer era
una fraude… que la adivinación es una fraude….
-¿Y qué dices que vio de tan importante?- Harry se sonrojó.
-Ella sabe lo nuestro.- murmuró como si fuese una sentencia. Severus dejó
caer su cuerpo sobre el sillón.
-Esto es un error…
-¡Ya empezamos!- giró los ojos con impaciencia.- No creo que se chive… seguro
que se muere de miedo de esas pociones maléficas que podrías administrarle sin
que se diese cuenta…
-No puedo dejar que pongas en riesgo tu futuro por una tontería.
-Eso no es muy Slytherin de tu parte. ¿Pero de qué coño hablas?
-¡Vigila la lengua! – Regañó.- Hablo de esto, de este… ridículo romance. La
verdad, casi me hiciste creer que me amarías para siempre pero no es así.
-Dios mío! ¿Qué has tomado? Yo te amo, ¿acaso aun dudas de ello??
-Lo que sientes es solo un amor de adolescencia, se te pasará enseguida y
entonces te podrás a pensar…. “¿Cómo demonios he podido amar ese hombre viejo y
de pelo graso y como pude acostarme con él…?
-¡NO SIGAS! ¡No quiero oír nada más! ¡Severus, me importa un bledo que tu
pienses que va a pasar eso! ¿Por qué no te limitas a vivir lo que la vida te ofrece?
¿Quién sabe si un día Voldemort acaba conmigo y nunca podremos ser felices?
¿Por qué sigues con tu constante inseguridad!?
-Porque la vida nunca me ha regalado nada Harry, solo hemos negociado… yo
le doy algo y ella me da algo a cambio. No estoy acostumbrado a
regalos…-comentó como si hablase solo, con la mirada negra fija en el fuego.
Eso tocó profundamente a Harry.
-Yo si quiero regalarte cosas… quiero regalarte mi cuerpo y mi alma… mi corazón
y mi amor…- Cogió la mano del hombre contra su jersey gris del uniforme.
-No puedes ser real…- suspiró.- No ves que no puede ser…
-¿Por qué?! Dime el por qué! ¿Es por Dumbledore? ¿Por Voldemort?
-Porque no puede ser… Yo no te merezco. ¿Estás feliz de oírlo? ¡Ya puedes
ir a presumir de ello con tus amigos!- Arrancó con brusquedad su mano del pecho
del Gryffindor.
-¡Yo nunca presumiría de algo así! ¿Quién te crees que soy?
-¿Hijo de tu padre?- Harry no supo cómo pasó pero no pudo impedirse de reaccionar
con un tortazo en el rostro del mayor.
- Nunca dudes de la honestidad de lo que siento por ti, ni me compares con
la crueldad de mi padre hacía ti!
Lo que Snape sintió no fue solo la fuerza del impacto, sintió también todo
el poder mágico de Harry transbordando por cada poro de su piel, sintió el peso
de sus palabras en su consciencia. No dijo nada, no podía. Un chico de quince
años querría hacerle cambiar toda una vida de certezas. Lo logró, ahora ya no tenía
certeza de nada.
La furia en los ojos del muchacho fueron muriendo en el silencio y las
lagrimas tomaron su lugar.
-Lo siento- Murmuró bajito antes de volver a erguir su mano pero esta vez
para acariciarle la mejilla.- Lo siento mucho…
Snape besó la suave mano y cerró los ojos saboreando la caricia sobre la
piel dolorida. Al final si tenía la certeza de algo… Harry no solo era un
huracán que le arruinaba la vida, también era la calma y la paz que su espíritu
añoraba.
-Debería cortarte las manos y la lengua por la insolencia.- susurró y Harry
no pudo evitar una sonrisa entre las lágrimas.
-Severus…
-No digas nada…- dijo el mayor levantándole de sopetón entre sus brazos y
llevándolo hacía su habitación.- No hagas que me arrepienta…
-Te amo.- Jadeó el chico apretándose contra el cuerpo firme, sintiendo con
las manos la clavícula resaltada y el
pecho por encima de la ropa. Pudo sentir como Snape tembló al escuchar sus
palabras cerca de su oído y eso le animó a seguir respirando cerca del lóbulo
de la oreja.
Le acostó cuidadosamente sobre la cama de terciopelo y le sacó las gafas.
Después se recostó sobre el chico.
-Estás loco… ¿Por qué te empeñas en amar a un hombre viejo y feo, de nariz
larga con pelo oleoso que nunca te dirá cosas bonitas al oído? Eres el chico
que sobrevivió, podrías tener el amante que quisieses…
-Ya lo hice, elegir digo, al amante que quiero.- Quiero a este hombre viejo y feo, terco y que va a
empezar a leer poemas de amor para recitármelos al oído. Te quiero a ti.
Niega en desesperación. Las grandes palabras de la adolescencia: Nunca,
siempre, todo, nada, nadie….
-Nada, ni Dumbledore me hará desistir de ti.
-¿Nada?
-Solo si tú me dices que es lo mejor para ti.- Harry miró en el fondo de
los ojos de Snape que parecía reflexionando.
Severus quiso abrazarle, decirle que él era lo mejor para su vida, pero
necesitaba contenerse. No contestó nada, solo pasó a acariciar la mejilla del
joven con los nudillos.
-Tus ojos son preciosos…- Dijo al fin y Harry suspiró antes de capturar los labios del mayor para un largo y
tierno beso.
De forma inesperada alguien llamó a la puerta. El joven rompió el beso
alarmado.
-¿Esperas a alguien?
-No suelo recibir muchas visitas…- murmuró irónico.
-Yo que sé, a lo mejor el alguna de tus serpientes!
-Cállate y métete al armario!- Harry obedeció empujado por unas manos
firmes en su espalda que no le daban elección.
“Uf, ¿por qué no tengo mi capa cuando
la necesito?”
-¿Quién es? – escuchó decir a Severus en un terrible tono mal humorado.
-¿Puedo pasar?
-Albus, no esperaba tu visita….
-Lo sé. – El viejo pasó a la habitación desordenada.- Es que estaba en mi
oficina caminando de un lado para otro y pensé: creo que Severus esconde algo
en el armario de su habitación… Y ahora,
hasta creo que puedo adivinar de qué se trata…
Snape estaba literalmente pagado al suelo, Albus siempre ejercía sobre el
este poder de hacerle sentirse un niño desobediente.
El viejo cogió el par de gafas redondas de encima de la cama revuelta.
-… ¿mmm, Harry Potter?- Cuando escuchó su nombre el muchacho contuvo la
respiración. – Sal del armario Harry.
La raja de la puerta de madera se abrió despacio y un chico de pelo
revuelto y ropa desaliñada salió descalzo y con la mirada fija en el suelo.
-¿Y bien? ¿Que tenéis que decir?
-La culpa es mía…
-¡Cállate Potter!- Amenazó Snape hablando por primera vez.
-No Severus, deja que Harry diga lo que tiene que decir.- Se giró y clavó en el joven su mirada azul glacial.
-Decía que la culpa es mía… toda esta situación la he creado yo. Siento
mucho haber metido al profesor Snape en esto. Y aunque estoy disculpándome por
haber roto las reglas, no voy a arrepentirme de haberlo hecho. No pienso perder
al hombre que amo al igual que perdí a todos los demás… -dijo con un fuete tono
de convicción en su voz.
-¿Y tu Severus? ¿Qué tienes que decir sobre esto?- El hombre no dijo nada,
tan solo miró al suelo.- Bueno… muy pronto sabrás lo que sientes y podrás decir
algo…
“?Eso quiere decir que nos
apoya?”
-Y Harry, deberías volver a la torre, necesito tener una conversación con
el profesor a solas…
-¿Una conversación sobre esto? ¿Entonces debería quedarme, no?- Protestó
Harry.
-¿Os importa? Dejad de hablar como si yo no estuviese presente!- Snape
estaba furioso.- Albus tiene razón, no seas impertinente y vuelve a tu
habitación. “Los profesores deberían ser
autorizados a usar el látigo de vez en cuando….”
Harry miró a los dos hombres con una mirada llena de algo que podía ser
odio. Recogió sus cosas y desapareció por la puerta sin decir nada más.
-Bien, ¿y para cuando quiere que lo deje libre?
-¿De qué hablas, Severus?- Preguntó el hombre mirándole ahora por primera
vez desde que harry se marchó.
-Habló de mis aposentos… supongo que con lo que ha pasado va a despedirme.
-Ummm… Ya veremos… Todos necesitamos de tu presencia aquí. Eres el mejor
profesor de pociones de este siglo y además la orden cuenta con tu trabajo.
-Es ese el motivo por el que sigo aquí, entonces.
-No solo ese… pero dime, ¿en qué estabas pensando?
“La cuestión no era en qué estaba pensando… sino con qué…”
Él que durante más de diez años no había estado despierto y erecto a la vez
no pudo negar que había deseado al muchacho con ardor y locura. Durante años se había olvidado de lo que era
sentirse deseado por alguien, de lo que era follar a alguien… ¿cómo podía
haberse olvidado? Se había convencido de que el deseo carnal era una mera
debilidad muy inferior a sí mismo. Nada mejor que concentrarse en el trabajo
para olvidar…
-Hay muchas cosas sobre las que quisiera que hablásemos.
-¿Por qué no hablamos en el despacho?- Allí había quedado el olor de Harry,
no podría concentrarse.
-Hablemos de mis investigaciones, dejaré el tema sobre lo que hacía el
joven Potter en su armario para más tarde.
Allí estaba, siendo regañado exactamente como un niño y siempre el nombre
Potter venia al cuento. El anciano se sentó en el sillón percatándose de no
sobajar su túnica beige.
-La orden ha destruido casi todos los horcruxes salvo el anillo de
Slytherin y Nagini…
-Ya veo ¿y cómo los han encontrado?
-Tengo muy buenos espías…- sonrió. Era obvio que Snape no podría disponer
de tal información y lo aceptó.- Ahora necesito que tú consigas el anillo.
-¿El anillo? Eso es completamente imposible! Sé dónde encontrarlo, pero
traerlo es otra historia….
-¿Y dónde está?
-En el dedo de Voldemort. Lo usa como joya de la familia…
-¿Joya de la familia? La familia Riddle no tenía donde caer muerta, que
poca pretensión considerar el anillo de Slytherin una joya de su familia…- dijo
con ironía.
-Se consideró el heredero de Slytherin… es obvio que haya hecho del anillo
la herencia de su familia.- Observó Snape cruzando los dedos sobre su regazo.
-¿Y cómo van los encuentros con Voldemort?
-De momento me ha encargado una poción rejuvenecedora, una antigua que le
devolverá el cuerpo como era antes… al parecer el otro hechizo no salió como
planeado….
-Perfecto. Eso significa que será más humano y podremos acabar con él.
-Sí, eso fue lo que pensé. Desde que me dio la hoja de pergamino me he
dedicado a reunir todos los ingredientes de que necesito, pero algunos son
raros y difíciles de conseguir.
-Cuando termines, házmelo saber.
-¿Qué piensa hacer con el horcrux de Nagini?
-Aún no he llegado a esa parte de mi plan.- Severus se impacientó:
-¿Quiere eso decir que, si lo que hablamos antes llega a ser verdad, usted
no tiene ni idea de cómo extraer el alma de Voldemort del cuerpo de Harry?
-Sinceramente… no tengo ni idea, aún.
“Oh… perfecto! “
Dumbledore se dirigió a la puerta y añadió sin mirarle.
-Piensa que tu destino te está dando una oportunidad más de corregir tu
pasado… Veo que se está abriendo ante ti otra puerta… Solo espero que en cuál
de las dos puertas está la salvación de tu alma. Antes no me deba cuenta, y veo
que tu tampoco te das cuenta ahora pero a su debido tiempo lo descubrirás….
Snape cerró los ojos para contener la irritación por un momento,
concentrándose en algo neutro.
-¿Y qué hago con las clases de Oclumancia?
-¿Harry ya domina la técnica?
-No, aún no.
-Entonces seguís con ellas.
-¿Está seguro de que no prefiere ser usted quien le enseñe el arte al
chico?
-Muy seguro. Confío en ti.- Dijo saliendo sin más.
“Confía en mi… que consuelo… Después
de haber follado con él todas estas veces soy yo quien no confía en mí mismo…”
*
Se despertó con el ruido de su despertador el que desconectó sin levantar
la cabeza de la almohada. Parecía mentira que ya eran horas de levantarse.
Nunca había sido perezoso pero esa mañana se hacía difícil despegarse de las
sábanas.
Roló un poco de un lado al otro de su cama doble hasta que decidió que ya
no podía quedarse ni más un segundo, esa sería una mañana llena de Gryffindors…
Con un pequeño hechizo llenó el agua de la bañera y se aseó rápidamente.
Todavía quería llegar a tiempo para el desayuno en el gran salón.
-Bueno días Severus!- Saludó Mcgonagal al verle sentarse a la mesa.
Gruño sin la más mínima paciencia para aguantarla por las mañanas y justo
en mañanas como esa… de las que no podía esperar nada de bueno.
No era el haber dormido poco que le producía tal estado neurótico y de
irritación, era el saber que ya no era joven lo suficiente como para aguantar
noches sin dormir.
Sorprendiéndole una lechuza se posó a su lado y soltó una carta. Volvió a
mirar al animal, no lo conocía, pero le parecía una de las lechuzas de
Hogwarts.
Querido Profesor Snape:
Quería decirte que siento
mucho todo lo que ocurrió la otra noche. La culpa fue toda mía, no debí haber
roto las normas una vez más… Debí suponer que Dumbledore nos vigila…
Aún así me dejaste con las
ganas de lo que ibas hacer, me hubiese encantado aún qué fuese dentro del
armario… Te amo con locura.
Harry James Potter
Su mirada se levantó del pergamino y buscó a Harry entre sus compañeros
Gryffindors. Allí estaba, desayunando con su uniforme impecable, el pelo
revuelto y una enorme sonrisa en la cara.
El amor le sentaba muy bien…
Si Snape reacciona asi cada vez que le dan una tortaa jajajaja podria estar el dia entero dandoselas jajajaja Muyyy bien el capi y Harry es tan insistente y Snape tan malooo me encantaaaa ^^
ResponderEliminarBesossssss :)
Gracias por el capí.
ResponderEliminarMadre que bueno, me gusto, mucho.
Besosssssss.
A veces me asusta lo bien que escribes... Gracias por tan maravilloso finc. Nota: sobresaliente.
ResponderEliminarOtro capítulo que me ha gustado mucho, no sé cómo se las van a arreglar para estar juntos en medio de tanto mago con poderes adivinatorios, pero creo que Harry es demasiado persistente para darse por vencido, jajaja. Me gustaría tener una lechuza así para mandarte mensajes, Saito, sería mucho mejor que los sms,jajaja. Besosss.
ResponderEliminarBuen método el de la torta, aunque creo que con la carta se habrán enterado hasta en el pueblo. Casi puedo imaginar la cara de Snape al leerla. Es cierto que no me apetecía leer fics de Harry, ya los veía hasta en la sopa, pero el tuyo es muy bueno y además no les cambias las personalidades a los personajes (de verdad estoy cansada de Harry con los personajes del Señor de los Anillos, Harry con los personajes de Crepúsculo, Harry con..lo que se les ocurra).
ResponderEliminarLo estoy disfrutando, pero quiero el de Sherlock y el final de Stellar. Muchas gracias.
Fina. Hola Saito muchisimas gracias por tu trabajo, por compartir, esta cada vez mas interesante (como van a quedar juntos Harry y Snape, como destruir a Voldemort), besos, gracias
ResponderEliminarMuy buenas Saito, muchas gracias por el nuevo capitulo. Cada vez me tienes más enganchada. Este ha sido muy romanticón!! me encanta. Ya parece que Snape va aceptando el que Harry le quiere de verdad. Estoy de acuerdo Milagro Gabriel, asusta lo bien que escribes.
ResponderEliminarComo te digo siempre.... quiero más!!!
Besos. Guada
Genial capitulo como siempre, cada día me gusta más la historia, estoy impaciente por ver como se resuelve el enfrentamiento con el innombrable que cada vez esta mas cerca.
ResponderEliminarGracias por compartir tu talento, besoss