2 de maio de 2013

Harry Potter y el destino inexorable- capitulo sexto



CAPITULO Sexto
REVELACIONES


-S
ilencio! Abrid el libro en la pagina 160. Espero, que todos sin excepción- miró a Harry y a Ron.- habeis traído el ensayo sobre las propiedades de la selenita.- La clase se paralizó. El sentimiento era mutuo por todos los alumnos, esa mañana Snape estaba más mal humorado que nunca.

-Se habrá caído de la cama…- murmuró Ron.

-Sr. Weasley, ¿se acuerda de cómo se hace la poción para calmar la ansiedad?

-Mmm… no señor.

-…se usa la selenita…- murmuró entre dientes Hermione.

-No recuerdo que haya cambiado de nombre señorita Granger! Menos 20 puntos para Gryffindor.- Informó mientras hacía aparecer agitando varita, unas instrucciones, en la pizarra negra.- Hoy, la poción fortificadora. Tenéis una hora y cuarenta minutos… al final…

-¿Sabes? Eh oído algo sobre que van a cancelar los juegos de quidditch de esta temporada.

-¿Qué dices? ¿Quién te dijo eso?- murmuró Harry empezando a cortar los ingredientes con su daga de plata.

-Oí decir a Angelina esta mañana en el pasillo de Astronomía. Hablaba con McGonagal.

-Si eso es cierto la profesora nos avisaría…- Miró desconfiado alrededor y bajó mas el tono de la voz- A lo mejor es que ha ocurrido algo!

-Potter! ¿Le importaría repetir lo ultimo que acabo de decir?

-¿Lo que acaba de decir señor?

-Exacto. Lo último.- Harry se sonrojó al ver que toda la clase le miraba con atención, salvo Malfoy que se reía como un mono en su lugar.

-No lo se, señor.- Admitió dolorosamente. Snape dirigió una mirada llena de reprimenda y añadió:

-Por tanto, estaba distraído. ¿No es así?

-Si, señor…- murmuró bajito apretando con fuerza la daga hasta que sus nudillos se quedaron blancos. Snape exhaló el aire con irritación.

-No le he oído!

-Si. Señor.- Repitió esta vez más alto. Snape le estaba humillando, en ese momento le odió como tantas veces antes lo odiara, con todas sus fuerzas.

-Bien, cinco puntos menos para Gryffindor. Volved al trabajo, la estrella de Hogwarts ha acabado su actuación.- Irguió de nuevo el libro que aparentemente estaba leyendo desde hacia rato.

-Harry… Snape estaba callado…- Anunció Herminone mirándoles de reojo.

Tembló de irritación. Ya no podía seguir concentrándose en la poción fortificadora. Todo su auto control se dirigía ahora en mantenerse en su lugar y no correr en dirección al profesor y clavarle la daga en el cuello. Estrechó su mirada esperando el final del aula.

-¿Por qué has hecho esto?

-No se a que se refiere.- Atravesó el escritorio con sus ojos ardiendo como si fuesen dos flechas de fuego listas para clavarse en Severus.

-¿Por qué me sigues odiando de esta forma?- Derribó un montón de libros de cima de su mesa. El profesor no pareció intimidado con el agresivo gesto.

-Vigile su lengua!- Le espetó

-¿Por qué eres así conmigo?

-¿Se ha cansado del papel de héroe Sr. Potter? ¿Ahora tiene preferencia por el papel de victima…?

-Cerdo asqueroso!

-Menos 50 puntos para Gryffindor por faltarme al respeto, y está castigado!

-Perfecto! Dígame el día y la hora para que no llegue tarde!- Gritó sin preocuparse de que alguien le escuchase.

-Y si no baja el tono con el que me habla llegaremos a 100 puntos, Potter!

-Nunca te enterarás de nada Severus…- murmuró cansado con el pelo revuelto y los ojos llenos de lágrimas.

-Esta noche en mis aposentos. Ahora lárguese antes de que pierda mi paciencia.- Su tono fue frío. El muchacho se marchó batiendo la puerta.

Se siguió silencio, eterno y pesado. “Idiota” pensó dándose por fin cuenta de que algo inevitable estaba por venir.

*

El caballo dio un  sonoro relincho y el retrato se abrió dejando paso a los tan conocidos dominios de Snape.

-¿Profesor Snape?-Nadie contestó. Harry siguió avanzando por la habitación, explorando. Todo parecía decirle que Severus no estaba muy lejos: El fuego encendido, dos libros abiertos sobre el sillón, un vaso de whiskey de fuego medio lleno. Era su favorito, pensó Harry sonriendo, no le interesaba saber como es que podía estar tan seguro,  pero sabía que era su favorito…

La colección de cosas raras de su estantería aumentara en los últimos días, podía ver una garra de algo y algas de varios colores dentro de botellas cerradas con lacre.

-¿Profesor Snape?- Repitió pero igualmente recibió silencio como contestación. Avanzó un poco más. Sobre la mesa varios pergaminos y la pluma. Leyó, a lo que parecía Snape estaba indeciso sobre la nota de su trabajo de la selenita.

 Contornó la mesa y se detuvo un instante delante de la puerta entre abierta de la habitación del mayor.

-¿Profesor…?-Entró.

La última vez se marchara tan deprisa que ni tuvo tiempo de mirar la sencillez de la habitación de Snape. Era clásica, sin estanterías con pociones ni cosas asquerosas, no había libros ni plumas. La cama doble de dosel en madera negra adornada con terciopelo verde ocupaba la mayor parte central de la habitación. Al fondo dos candelabros enormes sostenían velas encendidas por las que escurría cera como si fuese agua.

Sobre la cama estaba una capa negra, la reconoció enseguida, estaban también unos pantalones y una camisa blanca. Se acercó dejando correr los dedos sobre el suave terciopelo hasta tocar la camisa con las yemas.  Inspiró de ella el suave aroma a hierbas que reconoció de su maestro y acarició el rostro rozado con el fino tejido.  Su entrepierna ganó vida. Nunca pensó llegar a sentir esto por su odioso profesor. Era indecoroso.

La puerta del fondo se abrió y tras una nube de vapor salió Severus con una toalla cubriéndole la cintura.

Se sintió expuesto, exhibido.

-¿Qué hace aquí?- dijo obviamente sorprendido.

Precioso” pensó Harry soltando la camisa al instante. Se acercó con timidez.

El cuerpo delgado y firme acariciado por las gotas de agua parecía suplicar su toque, el pelo mojado y revuelto le hizo temblar por entero.

-¿No va a contestarme?

-Me… me dijo que…- Tragó saliva- viniese aquí a cumplir mi castigo…

Oh, Merlín, este es mi castigo Severus, mirarte y no poder tocarte” se sonrojó aun más con el pensamiento que dibujó una imagen suya y de Severus tocándose. Era una imagen de lo más obscena.

-Espéreme fuera!- Hizo un gesto indicando la salida.

Después de una normal tardanza Snape salió de su habitación convenientemente vestido y con el pelo seco. Traía el ceño fruncido y parecía tan enfadado como en aquella mañana.

-Esto no puede volver a repetirse. ¿No le han enseñado a llamar antes de entrar?- Harry se sonrojó y dijo:

-Yo lo hice.- Snape exhaló irritado.

-Bueno aunque lo haya hecho, este no fue su mejor comportamiento!- Se sentó en su sillón favorito-¿Quiero saber que fue eso que pasó esta tarde en mi despacho?

-Profesor…- Harry se arrodilló delante suyo y colocó su cabeza sobre su regazo.- Es que me siento alejado de todo el mundo… me siento solo…

Snape cerró su mandíbula ante aquella revelación. Observó el cabello oscuro del muchacho sobre su pantalón, el rostro apoyado contra su muslo. Podía sentir la mano del chico jugueteando con una de las pliegue de su capa.

Con una reacción que no conocía pasó su mano por los cabellos del joven y los alejó de su frente. Los ojos verdes cerrados, los labios rojos húmedos. Era un rostro angelical marcado por el dolor y el sufrimiento. Acarició la legendaria cicatriz con un dedo, recorriéndola con un suave toque.

-Yo no se porque me sigue tratando así…- Levantó su rostro y Snape pudo ver sus grandes ojos verdes por detrás de las gafas llenarse de lágrimas. Con infinita ternura retiró las gafas y le limpió los ojos.

No supo como exactamente pero sus labios se acercaban y prácticamente bebió las palabras de Harry:

-No puedo dormir sin usted…- Casi podía saborearle, su cerebro tardó en orientarse. Apartó su rostro utilizando todo su autocontrol.

-Váyase a la cama, Potter.

-No sin usted!- Dijo febrilmente sonrojado, acercó con urgencia todo lo que le permitía su postura. Cerró los ojos y con sus labios tocó los de su maestro. 

Mierda, demasiado tarde….” Sus ojos abiertos como platos se cerraron durante un instante, solo un instante en el que pudo sentir que esos labios eran suaves y calientes.

Harry gimió cuando un brazo le apartó.

-Váyase a la cama!- Snape se levantó.

-No puedo dormir, ¿que se supone que debo hacer?

-Venir aquí no es la solución.- El hombre se pasó la mano por el rostro. Y por un momento solo le observó.

-Va a volverme loco, profesor…

-Esto no es un pedido, Potter. Lárgate de aquí!- El chico obedeció reluctante.

Suspiró y enfocó el problema. Harry Potter le besó.  Estúpido, estúpido, estúpido… esto nunca debió pasar…” Dejó su cuerpo caer pesadamente sobre el mismo sillón. La respiración pareció cortarse por un segundo cuando imaginó la escena. Se descubrió imaginando lo que daría por haber visto esos ojos sonreír cuando su rostro se posó contra su pierna.

Todo se alejaba del curso normal de su vida, y la culpa era toda de ese chico. Su rutina rota por ese insolente muchacho. El problema era que ahora Harry Potter empezaba a hacer parte de esa rutina.  No había nada que pudiese hacer, el joven era demasiado tenaz.

Cogió el mapa y se quedó mirándolo durante unos segundos mientras buscaba el H.Potter que vagueaba en círculos por la biblioteca. Cerró el mapa. “Él no es mi problema!”

Caminó un rato por el oscuro silencio de su mazmorra. “Terminará volviéndome loco! Es inmoral, es indecente… no puedo dejar que se quede allí toda la noche…

Guardando el mapa en el bolsillo de su traje metió la mano en una cesta que tenía al lado de la hoguera y cogió un poco de polvo de flu y apareció en la chimenea de la biblioteca.

-Recuerdo haberle dicho que se fuese a la cama, Potter!- Harry se dio la vuelta y le fusiló con la mirada.

-Y yo recuerdo haberle dicho: No sin usted! – Severus estaba exhausto, la capacidad de desobediencia de Harry era algo que le traspasaba.

-¿Qué quieres de mi?

-¿Y usted, que es lo que quiere?- Cuando te pregunten algo a lo que no quieres contestar, invierte la pregunta.

-No me busques más problemas, Potter!

-Mi nombre es Harry…- murmuró.

-Harry, el relacionamiento entre alumno y profesor está prohibido…

-Dígame que no lo ha querido tanto como yo! Dígamelo a la cara! He visto como cerraba los ojos mientras lo hacía!

Snape rió sonoramente.

-Qué inocente eres Potter. Un beso no es una prueba de amor eterna! – Le miró directamente a la cara. Duro. Firme. Frío.

-Yo tampoco dije que lo era, solo dije que también lo quiso… y yo se que si.

-Cuanta modestia… ¿Por qué te desearía yo?- “Maldito” – Y ahora vete a la cama de una vez!


Al llegar a la torre se sacó el manto de la invisibilidad y le espetó una patada a uno de los calderos de la entrada de la sala común.

-¿Qué demonios haces?- Ron bajaba las escaleras de piedra observando como Harry se sentaba en el sofá delante del fuego mortecino.  Su rostro estaba cerrado, ostentaba una expresión dura. Era solo una máscara, comprendió Ron, la misma que Harry usaba a menudo para ocultar la tristeza o la frustración.-¿Ha pasado algo?

-Nada importante.- Contestó. “Él no se merece ser algo importante en mi vida…”- ¿Has terminado los deberes de Trelawley?

-Si.-Suspiró.- Si quieres te los dejo para copiar. Puse que el prójimo mes seriamos víctimas de la influencia de Júpiter y por ello nuestra semana sería desastrosa. Le encanta que nos ocurran desgracias!- Sonrió.

-Pues suena como que la semana se me ha adelantado..

-¿Qué?

-Nada, olvídalo.

-Oye, ¿dónde has ido? Te busqué por todas partes incluso fuimos a ver a Hangrid, pero él dijo que no te vio. 

-Solo salí a tomar el aire.

-Ah, vale. ¿Sabes? Krun le ha regalado a Hermione un anillo pijo, la vi enseñándoselo a Pavarti en la comida…

-¿Seguís sin hablaros?- curioseó sin mucho interés.

-Más o menos… me molesta que siga con eso de Krun! Es un completo idiota, ni siquiera es tan listo como ella! 

-Estas celoso Ron…

-¿Celoso yo? ¿De Hermione??? JAJA ¿eso tiene que ser una broma no? Pasa de la una, me voy a la cama. ¿Vienes?

-Iré enseguida… Buenas noches Ron.


*

En la mañana siguiente cuando todos se levantaron, Harry seguía sentado en el sofá con la capa entre las manos mirando el vacío. El fuego se apagó, la basura del día anterior seguía esparcida por el suelo, papeles de golosinas, hojas de pergaminos viejos…

Sus compañeros pasaron saludando con un animado “Buenos días” al que no contestó.

Se dejó un poco más, completamente inmóvil fijándose en la chimenea y después, tomando la mayor decisión de su vida se levantó arrancando el nudo fuerte de su corbata. Subió hasta su habitación y empezó a vestirse.

Ron abrió las cortinas de su dosel.

-Buenos días! ¿Cómo has dormido?

-Muy bien.

-Mmm, vayamos a comer, me muero de hambre!- insistió.

-¿Dónde toca clase ahora?

-Astronomía. ¿Copiaste los deberes?- preguntó buscando los zapatos debajo de la cama.

-No, pero no importa, olvida los deberes. Vamos.- se limitó a decir.

*

Por fin terminó la clase con la profesora siniestra y la pausa le dejaría tiempo libre para hacer algo que no le salía de la mente.

-Ahora vengo, tengo que hacer una cosa..- murmuró a Ron y a Hermione que observaban indignados como Fred y George ponían en práctica algunos de sus juguetes mágicos.

-Tengo que hablar con usted…- Sus pasos le condujeron solos hasta las mazmorras.

-No hay nada sobre que hablar. ¿O quizás venga por su nota del trabajo de la selenita?- Contestó Snape tomando notas sobre varios pergaminos.

-Profesor, no siga ignorándome!

-Potter…

-Vigilaré mi tono… Lo siento. Quiero pedirle perdón.- Bajó la mirada. Severus cerró el puño contra los pergaminos. “Oh Merlín, no me pongas esa cara…” – Siento mucho lo que pasó la noche pasada”

-Olvide lo que pasó la noche pasada. Nunca ocurrió.

-He dicho que lo sentía… no que lo olvidaba.

-Lo que pasó fue imperdonable!- Soltó los pergaminos.

-No pasó nada! Usted me detuvo!- Añadió indignado.

-Demasiado tarde…

-…yo creo que demasiado temprano…- estas palabras cortaron con brusquedad al profesor.

“?Dónde habrá aprendido a desarmarme de esta forma? Dios soy patético…”

-Necesito una oportunidad…

-¿Para qué necesita una oportunidad, Potter? Le di mi confianza y usted se comporta de esta forma!- El muchacho se sonrojó.

-Necesito mostrarle que yo no soy la persona odió durante tanto tiempo… Yo no soy mi padre! – Soltó los libros y contornó lentamente la mesa. Con cautela aprovechando la confusión de Snape que parecía demasiado trastornado con la frase. – Profesor, por favor…- Tocó con sus dedos la mano del mayor.

-Soy tu profesor. Te exijo que me muestres algún respeto, ¿está claro?- Su voz tembló.

-No estoy siendo irrespetuoso… es que he descubierto una cosa que no puedo olvidar. He visto una parte de ti que nunca creí que existiese… La única parte humana que creo que existe en ti… cuando te vi dormir… fue maravilloso.- Dos esmeraldas verdes clavada en su rostro.

-Ya veo… ¿y que ves en mi normalmente?

-¿Eh? Bueno, lo que se esfuerza tanto por aparentar… un rostro neutro que me irrita pero al que admiro… Quiero decir, me irritas pero sé que lo haces por ayudarme… Y creo que eres una buena persona, pese a que antes creía que eras un cerdo odioso.

-¿Y qué le hizo cambiar de opinión sobre mi persona?

-El hecho que… aunque el profesor Dumbledore no esté de acuerdo en que yo hubiese dormido en su cama… quiero decir en sus aposentos, tú sigues viéndome…- “Pequeño bastardo  pensó cuando el chico terminó sin saber a cuál de las acusaciones reaccionar antes.

-¿Ha pensado que puede que le soporte para no tener que aguantar escenas como las de la otra noche?

-¿Es eso verdad? ¿Estás arto de mí?

-Potter deje de actuar como un niño!

-¿Eso es lo que soy para ti? ¿Un niño insoportable al que aguantas porque Dumbledore te lo ordenó?- Las lágrimas de frustración volvieron a surgir en esos ojos tristes.

“Oh Merlín, no me hagas esto! Comprende que nunca podremos estar juntos… no de esta forma…”

-No, en realidad tengo placer en aguantar a chicos problemáticos… - Un poco más de sarcasmo, una buena defensiva. O, no. Volvió a sentir los dedos del chico posar sobre su mano.

-Yo se que probablemente tendré que frotar calderos por el resto de mi vida por esto, pero sé que habrá valido la pena!- Con un movimiento rápido sujetó su rostro entre sus dedos y le besó con furia, lamiendo esos labios que solo sabían herir insistiendo con la lengua.

Entonces y para gran sorpresa de Harry, Snape separó sus labios y le dejó invadir. Harry no esperó una segunda invitación, se adentró en la dulzura de la boca de su maestro chupando su lengua, provocativamente.

Con una sonrisa de victoria interior sintió todo su cuerpo ser atraído contra el de Severus que seguía sentado. Abrazó el hombre más viejo como si abrazase la vida.

 -Te amo…

-Esto no puede ser…- inspiró el olor del joven. Era el mismo que se quedara en sus sabanas después que hubiese dormido en sus aposentos. Le apartó con suavidad.- Siéntese Potter,  no quiero que alguien entre y nos vea así…- Las mejillas de Harry estaban a punto de explotar de calor. Todo su cuerpo lo estaba. Obedeció.

-Llámame Harry… por favor.

-Harry…- Suspiró.- Yo podría perder mi empleo si el director Dumbledore se entera de que algo como esto está pasando en Hogwarts… no puedo permitirme más problemas. – “…Ni puedo permitirme perder la protección de Dumbledore….”

-Podríamos mantenerlo en secreto!- Cuanta inocencia…

-Me impresionas.- levantó una ceja espantado por la tenacidad de su alumno.

-Sería perfecto! Mierda, nadie tiene que saberlo nunca!- estremeció ante la mirada de reprobación.- Lo siento… vigilaré mi lenguaje.

-Albus siempre lo sabe todo… así que sugiero que dejemos este tema donde está.

-¿Dejarlo? ¿Así? Estás loco…

-Potter!- Y se sentó de nuevo resignado- Aun soy su profesor! Pese a lo acaba de ocurrir…

-Creía que discutíamos un asunto personal.- espetó.

-¿Personal? Si está pensando que hay un “nosotros” olvídelo!  No hay tanta intimidad como para hacer de esto un asunto personal!- Añadió sádico.

-Te odio.

“Eres un asqueroso bastardo. ¿Qué intentas Severus? ¿Volver loco al chico? Que cruel….” Pensó.

-Esto nunca debió pasar Será mejor que se marche.- recogió la pluma y volvió a tomar atención al pergamino.

-No debió pasar!... Hace meses que pasan cosas que no deberían y seguirán pasando! Usted se limita a ignorar lo que siento y seguir con su vida como si nada!- recogió a la vez sus libros del suelo.

-Usted lo dijo, sus sentimientos son su problema. Buenas tardes, Potter.




10 comentários :

  1. Severus es un desgraciado, y Harry terco como una mula... Me gusta el respeto a los personajes originales.... Sabes inventar una historia muy buena, donde uno se.puede creer que eso puede pasar. Nota: sobresaliente.

    ResponderEliminar
  2. Severus es un desgraciado, y Harry terco como una mula... Me gusta el respeto a los personajes originales.... Sabes inventar una historia muy buena, donde uno se.puede creer que eso puede pasar. Nota: sobresaliente.

    ResponderEliminar
  3. Snape tiene un fijación con eso de quitarle puntos a Gryffindor, ademas de que pasa de caliente a frío con el pobre Harry u_u
    gracias por el capi Saito, besos!

    ResponderEliminar
    Respostas
    1. jjajaj si, le esta en la sangre XD
      debe de ser un trauma o algo asi. Besos

      Eliminar
  4. Fina. Severus dice que Albus todo lo sabe porque dejo a Harry y a Severus solos todo el verano. Aunque odio a Severus por su lengua afilada ha demostrado q puede ser tierno, considerado, porque no le hizo caso a Harry y lo mantienen en secreto. Mil gracias por el capitulo, besos, chao


    ResponderEliminar
    Respostas
    1. =O si pero no creo que quisiese que se enrollasen.. jajajaj bueno de todos modos nos encanta que se lien. jajaja

      Eliminar
  5. Hola, Saito, me han gustado mucho las descripciones de este capítulo. Pero menudo hueso duro de roer es Snape, jajaja, menos mal que Harry es como un perro de presa y no se rinde nunca. Besosss.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...