27 de maio de 2013

Harry Potter y el destino inexorable- Capitulo decimo noveno

CAPITULO Décimo noveno
FELIX FELICIS




A
brazado al cuerpo de Snape posó su cabeza sobre el pecho del hombre deslizando la mano desde sus labios, recorriendo toda la piel al descubierto hasta llegar al ombligo, dónde jugueteó sensualmente con el agujerito.

Felizmente juntos. Por fin.

-Oye…- sujetó el brazo se Severus- la marca…

-¿Qué pasa con ella?

-Si Voldemort ha muerto, ¿no debería haber desaparecido?

-Mmm- levantó el brazo- No estoy seguro, pero su color ha desaparecido un poco.

-Y si…- Se aperto más contra el cuerpo que le rodeó la cintura con cariño.

-Olvídalo, tú le mataste.

-Lo sé, pero el cadáver desapareció…- Snape acarició el pelo oscuro del chico y se movió un poco entre las sábanas.

-El que haya desaparecido no le trae a la vida… Está muerto, los dos lo vimos.

-¿Pero y si está vivo?- insistió.

-Qué va. Nadie sobrevive a un “Adavra Kedavra”.

-Ajjaja… ¿estás seguro?- murmuró apartando el mechón de pelo que se amontonaba sobre su cicatriz en un gesto casi imperceptible.

-Uf, vale… Algunas personas misteriosamente tienen la capacidad de no morirse con ese conjuro, pero Harry, solo una persona en el mundo hizo eso. No creo que voldemort pueda hacerlo también… a él nadie le amaba…  Además, si está vivo ya sabes que me pasará…- murmuró.

-No! No permitiré que te toque! Te protegeré! Le mataré de nuevo!- Dijo con tanta certeza y entusiasmo que Snape no pudo contener una sonora carcajada. – ¿De qué te ríes?

-De ti…

-Estúpido!

-Venga, no te enfades, es que tu cara estaba graciosa cuando dijiste eso.- Dándole un besito en el hombro.

-¿Si? ¿Cómo de graciosa? ¿Así?- Hizo una mueca antes de que Snape le atrapase para un tierno beso.- ¿Estás feliz?

-No hay nada que de más felicidad a un hombre de mi edad que estar en la cama con un chico de la tuya…

-Qué mal suena eso…

-Claro que estoy feliz, ¿Por qué me lo preguntas?

-Tenía que saberlo. Ahora que por fin te has decidido a aceptar nuestra relación.

-Hm, ¿tenía otra opción?

-No lo creo…- sonrió pícaro.- Te perseguiría, sería tu sombra hasta que te decidieses a estar conmigo.

-Eso es muy romántico, pero podría denunciarte por acoso sexual… Porque me has acosado varias veces… durante las clases, viniendo a mis aposentos como una cría de conejo en celo… metiéndote mi varita en sitios menos adecuados…

-Ajaja… cállate!- Le tapó la boca con sus labios, pero solo fue un segundo, después continuó echando de nuevo la cabeza sobre el pecho del hombre:- Decía que ahora ya voy a poder ir y venir de tus aposentos como me plazca.

Harry sonrió con su propia idea de meterse en la cama de Severus cada vez que le apeteciese. Le frotó un pezón con el dedo índice lleno de saliva.

-De eso tenemos que hablar…

-¿Por qué?...- Acercó más la cabeza para alcanzar el pezón con la punta de la lengua, lamiéndolo con descaro.

-Porque lo vamos a mantener en secreto. Nadie puede saberlo… y deja de hacer eso!

-¿Qué pasa Sr. Snape, no puede mantener la cordura y la polla baja si sigo mamándole el pezón?- Sonrió.

-No, es que si sigues haciendo eso volveré a tener ganas y…

-…?Y no tienes energía para otra?- Concluyó casi satisfecho Harry.

-He dormido poco  esta noche. He estado preocupado con algunas cosas…

-¿Alguna de ellas era yo?

-Cuanta modestia…

-Venga, admite que no pudiste dormir porque no estaba yo…- Antes de que Snape pudiese contestar Harry le pinchó con fuerza el pezón.

-AU, Vale, lo admito.- El chico sonrió con un suspiro y volvió a echar cabeza sobre el pecho de mármol.

-Si lo vamos a mantener en secreto vas a seguir siendo un cerdo como antes en las clases, ¿no?- Severus frunció el ceño.

-¿Un cerdo? Qué pocos modales tienes, tendré que empezar a castigarte con más ahínco.  De todas formas espero que tengas consciencia de lo que va a pasar a partir de ahora.

-¿Qué va a pasar?

-Puede que Dumbledore me despida. La orden ya no me necesita, me acuesto con un alumno menor de edad, soy mayor de edad y profesor… Me parecen unos excelentes motivos. – Harry solo alcanzó a oírle en un murmullo. Era como si Severus tuviese miedo de que alguien más escuchase.

-No creo que lo haga.- Comentó.- Cuando fui a su despacho tras la derrota de Voldemort me dijo que se había dado cuenta de que no debería separarnos… ¿Sabes que pienso?

-¿Qué Dumbledore ya sabía lo que iba a pasar de antemano?- Sugirió apartando sus cabellos negros y revueltos para verle mejor el rostro.

-Sí.

-…

-Yo sigo creyendo que sabe algo más.

-Es posible. Dumbledore siempre sabe mucho más que todos nosotros.

-¿Crees que puede saber si sigue con vida?- Snape pareció reflexionar durante unos instantes y después contestó:

-Si está vivo yo seré el primero en saberlo… y ahora deberíamos levantarnos. Tengo clases en las que comparecer.

-¿Sabías que toca mi clase? Gryffindors….

-Mmm entonces deberíamos quedarnos, odio Gryffindors.- murmuró con sarcasmo, pero Harry no pareció ofendido.- Y odio más cuando empezáis hablar como viejos pregoneros en mis clases…

-¿Por qué te incomoda tanto?

-Porque no escucháis nada de lo que digo.- Se sentó en la cama.- Tú te quedas mirando como un imbecil al caldero y le vas añadiendo cosas al azar, Weasley habla como una cotilla, Longbottom lo explota todos los calderos, Lavender resuelve todos los crucigramas del profeta diario, Seamus puede pegarle fuego hasta a sus propios calzoncillos y Granger… es una insufrible sabelotodo! ¿No crees que sea un buen motivo para que me irriten?

-Bueno…- se sonrojó, Severus podía ser muy plasta en las clases, pero la verdad es que tenía un poquito de razón. Eran unos salvajes…- Voy a vestirme entonces.-Antes de levantarse capturó la boca de Snape con sus labios hinchados y rojos para un húmedo beso más.- ¿Puedo volver por la noche?

-Llévate el mapa, no quiero que Filtch vuelva a cogerte!

*

-Ah, Severus, tenemos que hablar…- Le sorprendió la voz del director de camino a clase.

-¿Ahora?

-Es un asunto de extrema importancia.

-Claro. Déjeme solo un momento para que encamine  a los alumnos en sus quehaceres, antes de que mis mazmorras se conviertan en un circo.- Se giró de talones y entró en el aula. Los alumnos que estaban de pié se sentaron de inmediato y sus voces que quedaron inaudibles.

-Tenéis una hora para practicar las pociones que hemos estudiado. Recordad que cualquier una puede salir en los exámenes finales. Espero que cuando vuelva no haya ruido… ni explosiones…- miró a Neville y salió sin más palabras cerrando la puerta de madera agrietada.

-Hablemos en mi despacho.- Pidió el viejo siguiendo por el pasillo. – Entonces tu y Harry…

-¿Es de lo que quiere hablar?- Inquirió mordaz Snape.

-No. Solo quiero decirte que mantengáis la discreción. No quiero que haya ninguna clase de rumores por los pasillos.

-No se preocupe, todo seguirá como antes.

-Aparte de eso, creo que cuando el chico sea mayor deberíais asumir vuestro compromiso. Pero por ahora no me parece prudente…

-Para entonces Potter se habrá aburrido de mi y estará lejos con algún mago joven, rico y guapo… es la ley de la vida.

-Que seguro estás Severus, de que te va abandonar…- Le miró de soslayo mientras esperaban que el pasaje secreto a su despacho se abriese y las escaleras bajasen.

-La única forma de no decepcionarte es siendo pesimista!

-Ajaja, no creo que sea necesario ser tan pesimista. Venga, siéntate… quiero hablarte sobre un detalle… ¿Dónde os encontrabais, los mortifagos?

-¿Qué ocurre?- Su voz sonó preocupada.

-La orden ha estado buscando a Nagini, que como bien sabrás es uno de los horcruxes. La forma como Nagini estaba conectada a Voldemort era algo fuera de lo normal. –Recordó-Lupin creía que sería en la casa de los Riddle era el escondite, pero resulta que la han quemado.- Ajustó mejor sus gafas de media luna a su nariz redonda.

-Nunca hubo ninguna reunión en la antigua casa de los Riddle, siempre nos encontrábamos en el sótano de los Malfoy, donde de hecho Voldemort hizo su estancia por tiempo indefinido.- Comentó.

-¿Crees que Nagini podría estar allí?

-Muy seguramente. No estaba en el bosque aquella noche… entonces estará en la casa. ¿Qué piensa hacer con ella?

Dumbledore contestó inmediatamente sin ni siquiera reflexionar:

-Lo que debe ser…

-¿Y con Harry?

-… Nada. No veo la forma de que nadie descubra y pueda utilizar ese trozo de alma de Voldemort que se encuentra en Harry. Ni él mismo parece haberse dado cuenta. Cuando Nagini esté muerta todo el peligro desaparecerá.- Concluyó el anciano.

-Mucha gente irá a Azkaban…

-Muchos han ido ya… y Malfoy es uno de ellos.

-¿Lucius?

-Sí, muy pronto el ministerio decretará la detención de muchos otros que juran haber estado sobre la maldición Imperius

-Espero no estar en la lista.

-Ajajaja mi joven Severus no creo que lo estés, pero lo tendrías muy bien merecido.- Le guiñó un ojo.

Vale, a veces el viejo es absolutamente patético.”

-Si solo era eso Albus creo que debería volver, no vaya a explotar Hogwarts… Longbottom y calderos son cosas que no deben juntarse… Cómo la dinamita y el fuego… ya me entiende.

-Claro, claro. Mejor ve a ver como siguen.

*

-Hola.- La cena estaba servida en el Gran comedor, mesas enormes llenas de ricos platos. Todos los Gryffindors estaban disfrutando de suaves conversaciones durante la comida.

-Hola, ¿ya estamos de mejor humor?- preguntó Ron cogiendo varias chuletas de cordero y metiéndolas al plato.

-Sí, siento haberos tratado así. Vosotros no tenéis la culpa de mis problemas.

-¿Por qué no te sientas con nosotros?- Dijo Hermione con su encantadora sonrisa.- Ron te estaba haciendo un sitio…

Harry frunció el ceño, vio claramente como Hermione le pegaba una patada a su novio por debajo de la mesa.

-No quiero molestar, mejor me siento un poco para allí… -señaló a los gemelos.

-…no, espera. Siéntate aquí.- Dijo al fin Ron.- Lo siento Harry pero es que me molesta que no nos cuentes las cosas y luego cuando todo ya está resuelto vuelves. Somos tus amigos también cuando las cosas van mal, ¿lo sabías?

-Lo sé, lo siento.

-¿Dónde estuviste todo el día? Después de la clase de pociones no te vimos más.

-Fui a ver a Hangrid… está un poco disgustado con Puppy.

-¿Puppy? ¿Qué es Puppy?

-El cuervo. Dice que no sabe cómo pudo haberse convertido en ladrón porque siempre lo crió con todo el amor…

-Lo de serse ladrón está en los genes. Es como lo de serse idiota, como Malfoy.- El pelirrojo se tragó un poco de carne.

-Hablando de Malfoy, ¿habéis visto como está poco comunicativo desde la caída de Voldemort?

-Es normal, estará destrozado. Ahora su sueño de convertirse en uno de los más prometedores mortifagos se le ha ido por el desagüe… ¿Os imagináis llevar una vida con un único sueño y luego de la noche a la mañana te matan a tu ídolo?- Se burló Ron.

-Ya como si se mueren los Chuddley Cannon…- dijo Hermione.

-Andaa.. No digas esoo!

-¿Tu, Harry qué opinas?

-Opino que a lo mejor está así por su padre, lo meterán a Azkaban seguro.

-¿No lo sabes? Si ya está allí. Me lo contó mi padre. Deberías vigilarle las espaldas a tu murciélago, no vayan a condenarlo a él también.- Sugirió.

-¿Qué dices!? Severus me ayudó, sin él yo estaría muerto. De no ser por su valentía no tendría ni tiempo de oír el Kedavra de “Adavra Kedavra”

-Severus está realmente enamorado de ti.- El chico se sonrojó.

-Sí, hemos hecho las paces. Ahora todo irá bien. Él ya admitió que lo mejor es que estamos juntos. De momento lo mantendremos en secreto pero cuando me gradúe quiero hacerlo público! Quiero que todo el mundo sepa que es mío!

-De todas formas no creo que nadie lo quiera…- Añadió Ron.

-¿De qué hablas Ron?- Hermione le propinó otra patada por debajo de la mesa.

-No podré dormir... qué asco… ¿Te los imaginas haciendo esas cosas? Tocándose y acariciándose en sus sitios… ¿Oye, Harry tú le metes la lengua?

-Ron!- Protestaron Harry y Hermione al mismo tiempo.

-Tú haces que parezca asqueroso! Pero estoy segura de que Harry y el profesor Snape están muy felices con su relación. Eso es lo realmente importante… no las vueltas que tu le des al tema…

-Gracias Hermione.- Harry empezó por fin a servirse de su cena.- Podría necesitar vuestra ayuda algún día…

-¿mmm? ¿De qué hablas?

-Verás Ron, seguro que muchos días no me quedaré a dormir en la torre… podrías encubrirme esos días.

-¿Y decir qué? Si va a ser muy seguido mas te vale que se lo cuentes a Neville y a Seamus, así no harán preguntas.

-No puede ser. Le prometí que no se lo contaría a nadie y ya estoy rompiendo la promesa contándooslo.- Dio un pequeño mordisco en la carne.- Se todos modos seguro que Severus sabe que os lo he contado.- Miró de reojo al profesor que cortaba con todo el decoro la comida que tenía en el plato. Dumbledore le hablaba animadamente y él parecía retribuir algunas palabras de agrado. -Deberíais verle sonreír… - murmuró soñador.

-Prefiero guardarme las imaginaciones mas terroríficas para durante el día. Ya sabes que soy muy susceptible y que tengo pesadillas con mucha frecuencia…

-Ya…- Hermione le lanzó una mirada de total desagrado. No podía entender porqué su novio se estaba haciendo tan cizañero. ¿Tan difícil era admitir que Harry y Snape estaban juntos y que eran felices juntos? Bueno, incluso para ella había sido un shock al inicio, pero ahora podía aceptarlo perfectamente.

-Bueno, me tengo que ir ya…- sonrió.- Hoy no me esperes levantado, Ron.

-Uf, espero que se duche después, por lo menos...- Una vez más la mirada asesina de Hermione se posó sobre su cuello mientras sentía una dolorosa patada en sus tobillos.

*

Parecía que la puerta ya le reconocía sola, Severus debió haberla hechizado porque se abrió en cuanto se acercó al cuadro del caballo negro. Sonrió. Cómo estaba feliz, ahora tenía todo lo que siempre había deseado: Paz, amor y una familia. Severus era su familia, era todo lo que le quedaba…

Entró sin ceremonias y sacó la capa de sus hombros dejándola sobre el sillón. Recorrió con los dedos la madera pulida del escritorio y se ruborizó recordando aquella vez… Aquellos aposentos eran como su casa ahora. Se quitó el jersey y la corbata tirándolos al suelo. Después se deshizo de la camisa que igualmente dejó caer un poco lejos de las prendas anteriores de camino a la habitación.

Los zapatos ya sobraban y los dejó caídos descuidadamente a la entrada junto con los pantalones grises de su uniforme.

Unos pasos más, de forma distraída hacia la cama… la maravillosa cama de sábanas de terciopelo. Se sentó sobre el colchón arrancando de sus pies los calcetines fétidos. La cama reclamaba su cuerpo y se dejó caer sobre ella acomodando su desnudez a los cojines. ¿Desnudez? No aún. Se arrancó de un tirón los calzoncillos y los aventó lejos dando una sonora carcajada.

Qué suave era el tejido en contacto con su piel y que gustito. Solo faltaba la compañía perfecta que no tardaría en llegar. Suspiró y se echó boca abajo deslizando las piernas sobre el terciopelo.

-Mmm…- Todo olía a Severus, una dulce fragancia que no le dejaba indiferente.

Tras varios y largos minutos sus ojos empezaron a reclamarle una merecida noche de descanso. Sus dedos se movían entre su propio cabello en un ritual que repetía cada noche antes de dormirse.

En su sueño Severus le abrazaba y le metía entre las sábanas y después se acostaba a su lado abrazándole y sujetándole entre sus brazos.

Cuando despertó aún era de noche y en efecto Severus dormía a su lado, plácidamente y desnudo también. De súbito se sintió algo frustrado, quería haberle hecho una sorpresa y se durmió como un niño. Sus ojos verdes miraron una vez más la pálida piel iluminada por los rayos de la luna, sus cabellos negros azabache, sueltos sobre la almohada…. ¿Quién podría decir que no era guapo? Tan solo aquellos que no conocían los horrores del mundo, los que nunca habían visto lo que él pudo ver, los que no sufrieron como él sufrió… “Se han trabado batallas por personas menos guapas que él… batallas con ríos de sangre…”

Cogió su varita del colchón y murmuró un sencillo hechizo sobre su delgado cuerpo antes de sonreír.

Con ambas manos debajo de las sábanas recorrió el cuerpo a su lado hasta alcanzar el pene flácido y relajado entre la mata de vello oscuro. Así hasta resultaba gracioso pero Harry lo que quería era verlo grande y potente, lo quería ver pulsando entre sus dedos. Para ello se dedicó a bombearlo durante unos instantes, con vigor y precisión.

Severus balanceó las caderas y murmuró algo incoherente en su sueño. Harry sonrió una vez más y redujo un poco la fricción, haciéndolo ahora de forma lenta y torturante.

Su propio cuerpo vibró con el olor a sexo que Snape desprendía. Con su mano libre pasó acariciar su ano. Necesitaba esa polla dentro de su pequeño agujero. La verdad es que se sorprendía cada vez que lo hacía con Snape. ¿Cómo podía caber en su interior toda esa polla enorme?

Le excitaba lo grande y caliente que se ponía, y cuando estaba a punto de correrse parecía ganar vida propia pulsando enloquecedoramente dentro de su cuerpo.

Snape soltó un sonoro gemido despertando a la vez.

-Oh… ¿Qué haces?

-Prepararte para que me folles…- le chupó uno de los pezones expuestos.

-Pues te advierto que si sigues preparándome con tanto entusiasmo me voy a correr…

-Córrete, lo quiero sentir en mis labios…

-Oh, no… ven aquí…- Sujetó al chico por un brazo para subirle a sus caderas.- Monta en mi… ¿podrás?

Aún en la oscuridad Severus supo que se sonrojaba.

-Sí…- Cuando estuvo arriba balanceó sus caderas masturbando sus penes a la vez, restregándolos uno en el otro. No podría decir cual estaba más duro o más impaciente.

Después se volvió a llenar los dedos de saliva y lubricó su ano, aprovechando también el pene de Snape para rozarlo en tu entrada con suavidad.

-Eres tan sumiso Harry…- murmuró.

El chico separó sus nalgas y guió la punta del mástil hasta la entrada. El hombre irguió un poco las caderas para ayudarle en el principio. Harry casi perdió el aliento cuando sintió su estreches invadida.

-Ai… para… estás muy grande hoy…- Gimió el muchacho que se detuvo por un momento cogiéndose del pecho del mayor.-… me duele…

-Mmm ah… eres tu quien está muy apretado…- sin decir nada más cambió las posiciones saliendo de él  en el acto. Harry cayó sobre la cama con las piernas abiertas.

-Oh, eres un monstruo!

-Sí, y te voy a comer!- irguió las estrechas caderas del chico de forma a dejar a la vista su entrada roja y dolorida. Con las manos exploró toda la zona, acarició con las yemas de los dedos cada trozo de carne de las nalgas redondas, frotó sus testículos oyéndole jadear.

Después inició una exploración más intima besando y lamiendo hasta que su lengua llegó al pequeño ano. Lamió todo el círculo de músculo contraído, provocando en Harry sensaciones que nunca había probado. No pudo sostener un sonoro protesto placentero. La lengua caliente y mojada se adentró saboreando cada ruguita, relajando el delicioso camino. La adentró más y más mientras su mano empezó a masturbarle.

-Oh, Severus…- dijo con voz ronca cuando la lengua del hombre se movió como si le estuviese follando. Entraba y salía esparciendo saliva que escurría por sus testículos.- Follame ahora…

Con semejante pedido Severus dejó lo que estaba haciendo. Sabía por experiencia que no aguantaría mucho más. Lo malo de la juventud es la impaciencia, pensó, volviendo a coger su miembro tan duro y ansioso como antes.

Esta vez Harry estaba preparado y su pene resbaló sin dificultad clavándose hasta el final. Estaba perfecto. Ambos se besaron y se abrazaron cuando el movimiento de sus caderas empezó. Se miraron a los ojos durante mucho tiempo, labios abiertos, lenguas casi tocándose. Por fin Severus rompió el transe y le besó, chupando los carnosos labios del joven.

El sudor cubrió sus finas pieles mientras que el ritmo se hizo más fuerte. Podía ver la silueta de Harry en la oscuridad, los músculos de su vientre y sus caderas siguiendo sus movimientos, sus dedos cerrados sobre las sábanas, sus pezones erectos.

-Hmm..- Unas estocadas más fuertes y Severus se corrió en el cuerpo que hace mucho se había abandonado al placer. El hombre suspiró y se retiró con lentitud.

-Severus… aún no me he corrido… quiero más… te quiero…- El profesor cogió el hinchado miembro y lo bombeó como antes Harry hizo con él. El chico se retorcía de placer y el olor a sexo se esparcía por la habitación… la temperatura de su cuerpo subía varios grados, tenía tanta tensión sexual como al inició de la relación.

Con su mano caliente y sudada cogió de nuevo el pene de Severus para volver a masturbarlo. Snape lo besaba y lo excitaba y a la vez se excitaba… su miembro volvió a erguirse.

-Espera…- Jadeó tras un largo beso.- Aquí pasa algo…-Harry no pudo contener una risita poco inocente.- ¿Qué has hecho?

-Es un hechizo…

-¿Has estado buscando en la biblioteca?

-Venga… no te pongas así. Así puedo aguantar más tiempo… Vamos, follame!- Se levantó y volvió a subirse a las caderas del hombre ahora más que asombrado.

Sin decirle nada más se volvió a penetrar, pero esta vez sin necesidad de ayuda. La anterior corrida de Severus era un potente lubricante.

-Deshaz el hechizo…

-Aún no, o me correré enseguida… esto está tan bueno ahora… mmm podría hacerlo durante horas- movió el culo en círculos.- tú vas a tardar en correrte ahora y yo quiero saborear el placer de tenerte en mi…

-Harry…

-Quiero darte placer… mucho placer… te amo!

-Oh… más, más rápido… - el chico obedeció imponiendo un ritmo fuerte y muy placentero para ambos. En su interior Severus rozaba su próstata con cada estocada. Se sentía abierto y deliciosamente mojado por dentro.

Sus respiraciones jadeantes y el sudor en sus cuerpos eran la señal evidente de que estaban al límite. Snape no pudo esperar más tiempo, cogió la varita de la mesita y la apuntó hacía Harry:

-“Finite incantatem”- Y en ese momento Harry se corrió como nunca. Su cuerpo se estremeció en un violento espasmo que arrastró con él al mayor que de nuevo se corría dentro del precioso cuerpo del niño que sobrevivió.

Snape recuperaba el aliento abrazando al joven cuyo corazón latía descompasado contra el suyo.

-No vuelvas hacer esto…

-¿Por qué no?- Le susurró casi dormido por la maravillosa sensación de relajación por orgasmo.

-Puede ser peligroso.- Le besó el cabello mojado de sudor y le abrazó más aún.- Puede llevarte al limite sin que te des cuenta…

-Sí… con ese hechizo solo piensas en hacerlo, en seguir más y más hasta correrte… pero como no te deja hacerlo.. Es como un círculo vicioso.

-Por eso. Estos libros deberían estar en la sección restringida.

-Lo están…- Sonrió delineando la clavícula de Severus con sus dedos.

-No me cuentes como tuviste acceso a ellos…

-Venga! No ha pasado nada y te ha encantado!

Severus acabó sonriendo. Sí, había sido fantástico.














6 comentários :

  1. Fina. WWUUUAAAUUU Saito esta muy bueno el capitulo al fin juntos y que Angus no se opone a que esten juntos, la duda es donde esta ek cuerpo de voldemort y nagini, mil gracias por su trabajo, besos, chao

    ResponderEliminar
  2. Wow!! Que capítulo tan caliente!! Imagino que esto está ya en la recta final, estoy deseando leer más. Me gusta como escribes, espero que sigas contando más historias.

    ResponderEliminar
  3. Jajaja, me hace mucha gracia Ron y sus comentarios. Pero Harry le va a dejar seco al pobre Snape, es un maníaco sexual, utilizando incluso la magia, jajaja. Besosss.

    ResponderEliminar
  4. Este Harry esta desatado, como no lleve cuidado los mortifagos no van a tener que vengar a Voldemort, Harry solito va a acabar con él y con Snape. Sigo esperando el susto, pero el capítulo esta genial. Muchas gracias.

    ResponderEliminar
  5. Me ha encantado!!! Me entran ganas de saber usar ese conjuro! jejeje Que bien que Harry y Snape hayan tenido un poco de descanso del bueno.
    Perdona que no te comenté cuando lo leí, pero estaba en el trabajo y lo lei desde el movil y ahora me he dado cuenta que no de dije nada :-)
    Besos. Guada

    ResponderEliminar
  6. Genial capítulo, super caliente, me encanta! El humor de Ron no tiene precio y Harry es todo hormonas en ebullición.
    Gracias Saito, besoss

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...