13 de junho de 2013

Amor, efecto secundario- capitulo 1


1º capitulo
Tacteando terreno






“¡Deberíamos acostarnos, fortalece las relaciones...!” Si al menos hubiese dicho algo como “Te quiero” o quizás “te deseo” por no pedir que expusiese su lado emocional. Pero no, tan propio de él…

Wilson apartó con cuidado el papeleo que llevaba intentando terminar durante toda la mañana. Era imposible. Solo podía pensar en esa indecente proposición dicha en el más usual tono de burla. De hecho tan solo había dormido unas dos horas en un sueño agitado e inconstante. No había podido pegar ojo y eso solo le había regalado una terrible cefalea.

Se pasó la mano por su rostro de niño, afeitado y bien cuidado antes de  suspirar y tomarse un ipobrufen con el resto de su frío café.

La puerta de su despacho se abrió y House entró a paso rápido mirando el pasillo antes de cerrar la puerta.

-Uf, creía que no lo lograría…

-House!

-Cállate!- Dijo sin mirarlo.- No quiero que Cuddy te oiga decir mi nombre! Por cierto, no anda ella por aquí, ¿no? Creo que la he despistado…

-¿Qué ocurre?

-Hombre, buenos días antes que todo!

-Tú eres quien ha allanado mi despacho…- House se dio la vuelta dejando de mirar por la ventanita de cristal al lado de la puerta.

-Que mal humor, ¿te ha dejado tu mujer?- Wilson suspiró buscando su habitual paciencia. House era una persona difícil.

-Me dejó hace meses…

-Oh bien, tampoco era buena compañía.- se sentó y estiró la pierna.

-¿Qué ocurre?

-Hmm... Lo de siempre, Cuddy quiere por todos los medios arrastrarme a una sala cerrada y sin ventanas…

-¿Qué hagas tus horas de clínica?

-NO, ¡quiere que le done esperma!- Dijo encendiendo su GameBoy® y sacando de su bolsillo un juego nuevo.

-Creía que Chase te sustituya en la clínica.- Volvió a los papeles.

-De momento lo hemos… interrumpido.

-¿Has perdido alguna apuesta?

-No, Cuddy lo descubrió.- Contestó sencillamente.

-Y hablando de ella…- Wilson señaló al cristal. La jefa hablaba con un funcionario al otro lado. House se notificó mentalmente, de hacerle la vida imposible a ese hombre de uniforme azul que parecía chivarse, antes de intentar levantarse de la silla a todo vapor. La pierna le traicionó y la mujer abrió la puerta justo cuando él abría la ventana y se intentaba meter por el balcón.

-HOUSE!

-¿¡A que hace una mañana estupenda!? Un cielo despejado y el sol que realza tus...

-¡Realza la cantidad de gente que necesita ser atendida!- Le cortó y se cruzó de brazos.- Hace dos semanas que te veo vaguear por ahí y ni siquiera estas cumpliendo tus horas de clínica.

-¡Los pacientes son aburridos!

-¡¡Están enfermos!! ¡Por eso son pacientes!

-¡Yo también estoy enfermo… mira, llevo bastón!- lo levantó y lo agitó en el aire.

-Todos en este Hospital están enfermos, por lo tanto espero que hoy hagas tu trabajo, que para ello te pagan.- Salió sin decir nada más.

-¿Dos semanas sin hacer nada?

-Bah exagera… ¡aun no me he superado!- Apagó su GameBoy® y lo metió en el bolsillo de su chaqueta gris.- ¡Odio la clínica!

-Tú lo odias casi todo.

-¡Lo que incluye la clínica!- Sin ninguna esperanza de escapatoria se tuvo que encaminar para la clínica del hospital.

El hombre podía ser terriblemente arrogante, sarcástico, vanidoso, un autentico idiota pero vivir con él había sido la mas maravillosa tortura. Se divertía a su lado.

Le gustaba la cruda perspectiva que tenía de la vida y de las personas que le rodeaban. Gregory House era… interesante. Mmmm… antes era su mejor amigo, ahora era su mejor amigo… ¿interesante? Una de sus espesas cejas de levantó ante el pensamiento. ¿Todos sus fallos matrimoniales a que se habían debido? Cerro los ojos un momento… pasaba demasiado tiempo en el hospital... demasiado tiempo con House… En definitiva, debería hacerlo oficial, estaba enamorado. Suspiró.

House cogió la primera carpeta de encima de una mesa repleta de muchos papeles y dossiers con documentos del hospital. Sonrió.
Sin molestarse en darse la vuelta murmuró:

-Puede volver a sus reuniones Doctora Cuddy no voy a escaparme por la ventana del baño…- la mujer entro a su despacho y él murmuró mas bajo aun- no podría trepar con el bastón… Enfermera tome nota: Gregory House  entró en la clínica a las 10:30 horas.

-¡Si son las 11h!- protestó la enfermera.

-No es mi culpa de que te estuvieses ligando al chico del reparto del material y no me hayas visto.- Cogió la carpeta y se alejó dejando la enfermera ruborizada.

Dentro de la sala estaba un hombre sentado sobre la camilla cubierta de papel absorbente. Usaba gafas y tenia un aspecto de idiota que casi siempre poseían todas las personas que acudían a las consultas…

-Bueno, ¿Y a usted que le pasa?

-Estoy enfermo…- Los ojazos azules de House le lanzaron una burlona mirada de incredulidad y cerró la puerta.

-¡No me diga! ¿Y aparte de eso, que le duele?

-Es que en realidad no me duele nada.- Declaró el paciente sentado muy cómodo.

-¿Entonces vino a…? Déjeme que lo adivine, necesita el día libre!

-No, no es eso… oiga es que me siento raro. Duermo como un oso, me siento a comer como si fuese un verdadero cerdo, devorándolo todo; cuando estoy con mi mujer la follo como un conejo y me siento muy bien, estoy como si tuviese veinte años!

-¡Se siente como un joven semental!

-¡SI!- concordó el paciente  riéndose con buena disposición.

-Ya veo… acabo de descubrir una cosa.- Murmuró House frunciendo el ceño.

-¿Cree que puede ser algo que me este dando mi mujer o serán los frijoles con antioxidantes que me he comprado en el mercadillo?  

-¿Sabes que esto… es un hospital…- señaló al edificio antes de coger un papel y un bolígrafo para garabatear algo que le tendió al hombre – Su problema, que como usted dice no es un problema pero no es mi especialidad.

-¿Qué es?

-No lo sé, tiene que ir a un veterinario…

Se levantó y salió de la sala.

-¿Ha terminado con el paciente Dr. House?- preguntó la enfermera viéndole salir seguido del paciente terriblemente enfadado que exigía ver a la presidenta del hospital. House le ignoró y entregó el archivo con el caso clínico.

-Mmm… mi nuevo record, un minuto e veinte segundos….- dijo con una sonrisa forzada. Su pierna le molestaba y a cada día mas. No importaba nada más en el mundo cuando el dolor empezaba a latir. Subía por su muslo y le envenenaba la razón.

Abrió el frasco naranja de Vicodin y se tomó la pastilla sin agua, chupándola con lentitud como si fuese la más deliciosa gominola de fresa.

-Ya te llamaré cuando el Dr. Cuddy empiece a gritar.

-No te molestes, llámame solo si quiere acostarse conmigo.

-¡House!- El hombre se giró buscando a la dueña de esa voz tan estridente.

-Por un segundo creí que era Cuddy aceptando mí proposición… ¡Tenías que joderme el día!

Cameron suspiró y se acercó a él haciendo un gracioso pero sexy ruidillo con los tacones.

-Tenemos un nuevo caso…

-¿Tenemos? ¿Desde cuando?- Giró los ojos- No me acuerdo de haber aceptado nada.

-Bueno yo…- caminó detrás de él que cojeaba hasta el ascensor ignorándola sin lugar a duda. La chica no se rindió, se metió en el ascensor con él. Siempre era necesario un esfuerzo titánico para que House se interesase por un caso. – Tienes que aceptarlo, hace semanas que nos tienes sin hacer nada!

-¡No es mi culpa de que nadie me mande e-mails!- Cameron suspiró.

Después de un caso de un paciente con Kuru que habían resuelto hacían ya tres semanas House no había vuelto a aceptar ningún otro caso  y la muerte por aburrimiento empezaba a ser el diagnostico del personal de ese equipo. Ya habían leído todos los libros que había en el despacho, Chase ya había terminado un par de libros crucigramas.

-Puedes hacer mis horas de clínica si te sientes inútil. Podrás ayudar a los pobres enfermillos y…

-La paciente presenta fiebre, convulsiones, leucopenia…- Le cortó.

-Una infección, ¡aburrido!- Salió del ascensor.

-No hay infección, además Cuddy ya lo ha ingresado en tu departamento.

-¿Cuddy?- “Arpía”- ¿Desde cuando elige Cuddy mis casos?

House se sacó la chaqueta y la lanzó al sofá. Chase y Foreman intentaban entrar en acuerdo con un crucigrama de Sudokku.
-Dejad eso cinco minutos, que es el tiempo que llevaremos en estar de acuerdo que la amiga de Cameron tiene una infección por estafilococos…

-¿Qué amiga?- Se interesó Chase.

-Una muy amiga…- Contestó pícaro digiriéndose a la maquina de café olisqueando su taza.- ¿Quién ha estado usando mi taza?

-¡No es mi amiga!

-Mmm… tú enemiga no, sino ya la hubieses enviado a casa con Augumentin cada ocho horas… Ah no, espera tú no harías eso, ¡eres amiga de todos!

-Con estos síntomas, podría ser una infección, si…- Foreman leía el historial clínico con atención.

- Cuando uséis mi taza intentad que no sea para cosas asquerosas, no me gusta como huele… huele a mierda…

-¡No es infección!- protestó Cameron.

-También pueden ser diabetes…- continuó Foreman.

-¿Qué voy hacer? Mis subordinados se rebelan…- soltó la taza.- La leucopenia explica la infección y la infección la fiebre y, la fiebre explica las convulsiones.

-Si voy a ser irónica diré: ¡No hay infección!

-No estas siendo irónica, estás siendo una plasta. ¡Dame el marcador! Tenemos tres síntomas, - los empezó a anotar en la pizarra blanca.- Para que Cameron se sienta útil quiero que empecéis a pincharla, a ella no, a la paciente. Quiero, analices de glicemia para descartar diabetes, una punción lumbar y hemocultivos para la infección que no tiene. Mientas ponedle antibióticos de amplío espectro.

-¡Si no tiene infección los antibióticos substituirán la flora por microorganismos mas resistentes!

-¡Bueno entonces date prisa con el hemocultivo!- Cameron resopló y los tres le vieron salir de la sala e ir derecho al ascensor.

-House, ¿podemos hablar?- la mirada el medico se fijaron en el impecable Dr. Wilson que caminaba derecho a él con sus siempre bien cuidados zapatos. Sus zapatos eran un fetish. Limpios, clásicos, cómodos, elegantes, como él. Que patético fijarse en detalles tan sin importancia, pero al final eran siempre esos detalles los que le decían todo, toda la verdad.  Los de Wilson le decían a gritos que buscaba un buen polvo.

-Cuddy solo folla conmigo, estamos intentando que tenga un hijo.- Wilson ignoró el sarcasmo de House y añadió:

-¿Podría ser en mi despacho?

-No, a ella le gusta que sea en su casa siempre… ¿te ha vuelto a dejar tu mujer?

-¡Nunca hemos vuelto!

-Lo se, es jodido cuando nuestras hembras nos adornan la cabeza…- se dirigían al despacho de James. Muy limpio, muy recogido, muy Wilson al fin y al cabo.

-Es que, tengo un problema…

-¿Mayor que el dolor agonizante de unos nervios dañados en una pierna?

-Uf… no.- Murmuró el joven doctor.

-Entonces no es un problema, es un obstáculo en la vida.- House se sentó y estiró la pierna mala.

-Tienes razón no es un problema. Es una duda. ¿Tú sigues queriendo recuperar a Stacy?

House avaluó la pregunta durante unos instantes y después:

-Si… la palabra problema no encaja…

-¿Qué?- dijo sorprendido.- ¿Por qué siempre lo tienes que meditar todo?

-Porque dijiste que era un problema… ¿Stacy te ha tirado los cejos?

-¡NO!- protestó. Su mirada fue clara, tan transparente que House no dudó de ella.

-¿Quieres a Stacy?

-¿Qué?

-Me parece que me ocultas algo… como aquella vez que tuviste esa idea de que dejase el Vicodin por una semana…- Jugueteó con su bastón sin dejar de mirarlo, analizar su expresión corporal.

-¿Sabias que la idea había sido mía?

-No. Ahora ya lo sé.- sonrió con ironía viéndole suspirar resignado.

House siempre conseguía todo lo que quería y de hecho era fantástico sonsacando cosas a la gente. Las leía a la perfección, las personas le fascinaban y le agobiaban, eran su mayor distracción y su mayor pesadilla. Eran sus puzzles.

-Bueno entonces tú y stacy estáis relacionándoos.

-No, no. Yo no haría eso.

-Lo sé. La cuestión es, ¿para que quieres saberlo? Stacy ya no trabaja aquí, se fue cuando renuncié a ella, ahora le va muy bien con Mark.
-Es que me preocupas…

-¿Te preocupo ahora? Se fue hace meses…- Le indagó con la mirada.

-… si, desde que se fue no te molestas en hacer nada ¡y Cuddy esta inaguantable!- declaró sentándose al lado de House.

-Cuddy siempre ha sido inaguantable, lo que pasa es que como no está Stacy la aguantas tú más.

-¡Entonces haz algo además de pasear tu bastón por el pasillo!

-Mi bastón es la alegría de este hospital. Voy a comer. Cuando quieras decirme la verdad de esta conversación en tu despacho, búscame. – se apoyó en el bastón.

-¿Qué dices?!

-La verdad Jimmy, sobre el problema. No esperarás que me crea todo esto, ¿no? ¡Venga ya! Mi QI es un millón por encima del tuyo.

-Menudo morro…

-Tienes las llaves de mi casa, pasa cuando te salgan las pelotas.

-¿Me estas invitando a tu casa?- Frunció el ceño.

House solo le miró y luego con una graciosa mueca digna de un niño de ocho años salió del despacho.

Era complicado, sí, avía perdido las pelotas en el momento. Podría perder su amistad. Wilson se rascó el pelo impecable y peinado. Había metido la pata. Ahora House hurgaría en su vida hasta descubrir que era lo que ocultaba.

-… mierda…- suspiró.

11 comentários :

  1. Hola!! Me gusto mucho el capitulo!! Gracias por regalarnos tus historias!! Besos

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  2. Hola, Saito.
    Me ha gustado muchísimo. Retratas a House a la perfección, con su humor ácido, su ironía, su agudeza y demás cualidades que lo convierten en el doctor más sexy de la tele, jejeje
    Me muero de ganas de seguir leyendo, me encanta esta pareja ;p
    Besos

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    1. =o no se si esta tan genial como tu lo dices, pero por lo menos pienso que esta entretenido, jajaja
      Muchas gracias!

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  3. Este comentário foi removido pelo autor.

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    1. Hola Billy!! Muchas gracias!! No os dejaré en mucha tensión, espero XD

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  4. Jajaja, House es tremendo, me he reído un montón con lo del veterinario. Y Wilson, es tan tierno, el pobre, me gusta mucho. A ver si lo continúas pronto. Besitos.

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    1. Muchas gracias minu! Me alegra que te hayas reído. A mi me gusta mucho escribir de House porque tambien me deja ser sarcastico y todo lo malo que me apetezca, nunca sale de personaje XD Besos

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  5. Muchas gracias Saito, me encantan tus historias de house y wilson! cuando la lea te diré que me parece ésta.
    Besoss

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    1. Fantastico! (no me esperaba memos de ti) me he divertido mucho.
      Gracias por estos buenos ratos que nos regalas

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  6. Un magnífico comienzo, muchas gracias.

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