2 de junho de 2013

Harry Potter y el destino inexorable- capitulo vigésimo primero



CAPITULO Vigésimo primero
Palabras grabadas


A
llí estaba todo, tal y como lo recordaba. La cueva de piedra fría y gris con enormes estalactitas  seguía conteniendo todas las pertenencias de Voldemort. Sus libros y sus pergaminos, sus ropas y algunos objetos de poco valor.

Ahora con Lucius encerrado en Azkaban y Narcisa fuera todo el tiempo visitando a Belatrix era muy fácil entrar en la mansión y esquivar a los elfos domésticos.

Todo aquel lugar le llenaba la cabeza de memorias que accedían a su mente a contra voluntad.

La cama de dosel de mármol trabajado a mano con un colchón de plumas y sábanas de satén rojo había sido el escenario de tantas noches de sexo, el altar igualmente en mármol blanco tantas veces testigo de su sangre y su semen.

Apartó la mirada y suspiró. Tantos errores que cometió con el pretexto de complacer a su amo. ¿Pero quién era el verdadero culpable de la miserable vida que tuvo? ¿El mismo? ¿Que solo buscaba ser aceptado  y respetado? ¿Lucius? ¿Qué era una terrible compañía desde su época de estudiante? ¿Los merodeadores que se burlaban sin piedad de sus defectos físicos como si él hubiese elegido nacer así? ¿Su padre?...

Ese verano era distinto, había cumplido los diecisiete años. Su semblante era triste al regresar a la casa dónde pasó su terrible infancia. Todo allí eran las recordaciones del dolor y el sufrimiento inflingido por su padre. Jamás volvería a ser así…

Atravesó el jardín descuidado, cargando su pesada maleta llena de libros y pertenencias.

-¿Madre? He llegado…

-Hola ratita… has llegado tarde…- solo su padre Salió al porche a recibirle, traía un vaso y estaba tomando de el.

Le miró solo un momento, seguía tan inmundo como siempre. Allí estaba el vivo retrato de sus recuerdos… pelo grasiento corto y pegado a la cabeza, rostro delgado amarilleado por el alcohol y sin afeitarse. Los pantalones demasiado grandes escondían sus piernas delgadas. El torso estaba desnudo dejando a descubierto unos pocos de pelos negros alrededor de los pezones.

-No me llames eso! ¿Dónde está mi madre?

-Psss…- se encogió de hombros y se metió en casa.

Severus siguió arrastrando la maleta con sus delgados brazos hasta el interior pestilente a pociones y cosas muertas. Miró a su alrededor, todo estaba como lo recordaba. Su madre siempre demasiado ocupada con las pociones como para encargarse de limpiar lo que fuese… y su padre…

En un inocente descuido su varita le fue arrebatada del bolsillo.

-Devuélveme eso!- Protestó soltando la maleta al instante.

-Sin esto, no eres más que un niño indefenso… y yo me voy a ocupar de que estés bien atendido!...

-¿Qué quieres?- posó su mirada dura en el hombre.

-A ti. Ahora ya no eres un niño, te habrán salido pelos… tantas noches soñando con tenerte en mis brazos Severus! Sigues asquerosamente apetecible!

-Estas enfermo!

-Hagamos algo distinto… estoy arto de que grites y patalees cada vez que lo hacemos… ¿y si esta vez eres más contenido? No es que no me guste cuando gritas…- Acarició el cabello negro que caía sobre los hombros del joven mago.

-Me das asco… quita las manos de mi pelo!- retrocedió pero sus espaldas se dieron de golpe con la pared de piedra ruda.

-¿Así que prefieres gritar?- insinuó una rodilla entre sus piernas presionando su entrepierna.- Lo tuyo es que te peguen, que te ordenen y te humillen…

-Preferiría que no me tocases!  He venido a decirte que soy un discípulo de Lord Voldemort…

-No eres más que una puta! Sí crees de verdad que a ese Lord le vas a servir para más que unas buenas metidas de polla, te equivocas… No sirves para nada más. – Sus manos se cerraron sobre el cabello y le empujaron hasta que cayó de rodillas delante de su cintura.- Echo de menos tu boca, zorra… a chupar!

-No!...- Severus no pudo evitar gemir cuando su cabeza imbatió con violencia contra la pared.

-Eso no es lo que quiero oír… solo quiero oír tu boca mamándome, ya!

Si pudiese tener su varita… todo acabaría… Le mataría sin dudar un segundo.

No siempre el camino deseado es el que podemos tomar… Esta vez, había sido su culpa. Lucius le había aconsejado a no volver a casa… tenía esperanzas de que ya no se repitiesen esos episodios… como había estado equivocado…

-Oh… lo haces de maravilla…

Resignación, nauseas, frustración, asco y odio fue la mezcla de sentimientos que le aplastaron el pecho mientras sus labios bebían con obediencia el licor rancio que escurría de una polla maloliente y con restos de inmundicie que se acumulaba bajo la piel del prepucio.

¿Cómo podía ser tan asqueroso?


Severus se arrodilló al lado del altar y vomitó intentando apartar de su mente el vivido recuerdo. El aire que le entraba por sus dilatadas narinas parecía oler a su antigua y fétida casa.

Su padre era sin duda el culpable de sus errores, el culpable de su fría conducta, de su desprecio por su cuerpo…

Voldemort… al fin y al cabo una forma de salvación durante años, pero ahora, no era más que otro obstáculo en su felicidad. ¿Cuántas veces creyó estar haciendo lo correcto para su felicidad? Ahora era distinto, se dijo. Harry  le amaba y le ayudaría a enterrar el pasado y a construir un nuevo futuro con esperanza. Le ayudaría a volver a nacer.

El libro que buscaba llamó su atención desde el otro lado de la cueva. Lo reconoció de inmediato. Parecía un libro antiguo, normal y corriente pero solo Severus sabía el poder de los hechizos que se hallaban en su interior.

Las páginas gruesas de papiro beige estaban escritas en latín con una caligrafía muy regular. Había sido escrito a mano probablemente por magos hacía varios milenios. Quizás durante la época de las grandes pirámides y sus faraones… antes del nacimiento de cristo, cuando la magia aún fluía libremente y sin restricciones en el mundo mugle.

Abrió el manual, lo recorrió de una punta a otra… no existía semejante ritual. No había nada mencionado…

Cierto, si Voldemort tuviese acceso a esa información la destruiría.

Cerró el libro con furia. Su amor estaba perdido… ahora el hombre al que amaba y al que odiaba estaban unidos en un solo cuerpo.

*

Ron y Hermione subieron las ingreses escaleras de piedra que rodeaban la torre. Uno a uno sus pasos les acercaban a la celda del recluso.

Harry seguía envuelto en la capa de Snape, sus delgados pulsos y tobillos presos con unos fríos grilletes de hierro.

-Oh Harry!- Hermione corrió arrodillarse detrás de las gradas.- ¿Cómo estás?

-Sácame de aquí! …- murmuró el chico.

-Ni lo sueñes Voldemort!- cortó Ron.- ¿Crees que no lo sabemos? Dumbledore nos lo acaba de contar… esos juegos no te valdrán de mucho…

-JAJAJA… muy pronto me haré más fuerte y entonces te retorceré el cuello, Weasley!

-Por favor… hemos venido para hablar con Harry, por lo menos una última vez.- Hermione se agarró a las barras de metal. Recordaba perfectamente  cuando un año atrás Sirius había estado en aquella misma celda.

-Qué tiernos…- la lengua de Harry acarició sus caninos en un gesto que detonaba bastante de la forma de Harry actuar. – ¿Por qué debería hacer eso?

-¿Por qué Harry puede implorarnos que le pidamos a Dumbledore que no le mande a azkaban?... ¿Eso incluye el posible triunfo de tus maquiavélicos planes?

-Dumbledore nunca mandaría a Harry Potter a Azkaban…

-Pero tú no eres Harry, eres Voldemort… ¿Y bien, vas a dejarnos hablar con Harry?- Ron se acercó más a las gradas.- Sabré cuando es él y cuando eres tu. Las serpientes sois terribles actores!

La mirada verde llena de rabia se suavizó.

-Hermione!- intentó acercarse pero fue impedido por los sólidos grilletes.- Ron!

-¿Cómo estas Harry?- Le preguntó la chica ya segura de que ahora le hablaba su amigo.

-Asustado… ¿Y Severus? ¿Cómo está Severus?

-Está como loco… Ya han avisado a la orden, hay gente vigilándote.

-Me parece bien que lo hagan… tened cuidado por favor… y ayudad a Severus.- Sus ojitos se llenaron de lagrimas brillando más aún.- Hermione… dile que le amo.

-Lo haré.

-Siento mucho todo lo que te dije Ron… De verdad que lo siento.

-Olvídalo. Te salvaremos.- prometió el pelirrojo arrastrando a Hermione de la mano.

*

La noche llegaba, oscura y sin luna envolviendo el castillo en una tenebrosa aura de mal augurio. Esa no era una noche para dormir. Por lo menos no para él. Si no encontrase la respuesta que tanto buscaba quizás muchas otras se sumarían a esa.

Tan solo el rozar de la pluma sobre el pergamino rompía el helado silencio de su oficina.

Desde que trajera el libro no pudo despegarse se él, y a cada hora que pasaba se sentía mas desesperado. Lo único que le animaba a seguir era pensar que tendría a Harry de vuelva en sus brazos.

Por Merlín, espero que Albus esté con mas suerte que yo…” Pensó, recordando que el anciano estaba investigando en la biblioteca restringida del ministerio de la magia.

Rituales, pociones, encantamientos, ese libro estaba repleto de conocimientos interesantes y asustadores al mismo tiempo. Estaba de principio a fin escrito en latín y todo era magia negra y antigua.

Paginas que se seguían unas tras otras numeradas en la esquina superior con números romanos.

Con un poco de pegamento mágico restauró la página que Voldemort había arrancado para que preparase la poción que le revitalizaría el cuerpo.

Tras recurrir las páginas una a una con lecturas atentas  apartó el libro de sopetón. Ahí no había nada, se dijo consciente de su total fracaso.

Se resignó y volvió a concentrarse en el libro, volviendo a hojearlo todo de nuevo… le dolía la vista ya, el reloj se acercaba a las cuatro de la madrugada.

Se fijó una vez más en la estética del libro: hojas gruesas, escritas tan solo por un lado, entintadas con el jugo de escarabajos. Algunas páginas estaban marcadas por restos de tinta en la cara no escrita. Severus confirmó su idea de que aquel libro había sido escrito hacía mucho. Ni siquiera se habían molestado en esperar que secase la tinta al unir las páginas.

Entonces, algo le intrigó,   en una de las caras no escritas había una marca de un número romano que no correspondía al número de la página entintada.

-Aquí falta una página…- concluyó ahora ya prácticamente efusivo. Su descubrimiento podía salvar a Harry.

Todo encajaba, Voldemort pudo haber arrancado esa página para proteger su secreto. El hombre de cabello negro sonrió satisfecho, solo tenía que descifrar algunas cosas que ponía y ya tendría la solución a su problema.

Semejante descubrimiento mandó todo su cansancio al espacio. Cogió un espejo para ponerlo al lado de la hoja marcada y poder leer las letras al revés.

Tal y como había sospechado era un ritual compuesto de dos pociones y hechizos.

La poción principal no era muy demorada pero sin embargo requería varias plantas y sustancias difíciles de encontrar… entre ellas sangre de unicornio. Miró de soslayo hacía su armario y allí estaba la botella de cristal que Voldemort le entregó en el bosque. Sonrió interiormente. “Quién diría que esa botella podría ser su salvación o su muerte….”

Una criatura mágica de gran valor había muerto para que tuviese esa sangre, ahora la utilizaría para algo bueno y digno.

Su muerte no había sido totalmente en vano.

Tras leer la lista de ingredientes varias veces se levantó y se acercó a la encimera de su oficina. Necesitaría Acedera y Centaurea Menor que mezcladas con la sangre de unicornio purificarían el cuerpo invadido.

La poción herviría durante siete horas y entonces debería añadirle siete gotas su sangre.

Sangre de unicornio purificará su alma… sangre de su amante purificará su cuerpo…”

A fuego lento el caldero seguía solo su labor mientras el hombre mandaba su pequeño cuervo negro con un mensaje urgente a Dumbledore. El director debería ponerse al corriente de sus descubrimientos.

Ya solo quedaba sentarse en su sillón con su reloj de arena en la mano y girarlo siete veces después de la caída del último grano de arena.

Había girado el reloj tres veces cuando Dumbledore entró en su despacho.

-Severus…

-Albus, me alegra de Hades te haya encontrado tan rápido.- posó el reloj con cuidado sobre la mesa de madera oscura y se levantó.

-La poción… ¿estaba en el libro?

-Más o menos… Voldemort había roto la página pero hice unas investigaciones y descubrí esto…- le enseñó la marca de la tinta en el verso de la otra página.- Todas están así… pero esta no coincidía con la página que sigue…

-Mmm Voldemort debería saber que no existen crímenes perfectos. – Le guiñó un ojo.- Excelente Severus…

-La poción deberá estar lista dentro de cuatro horas. Entonces debemos iniciar el ritual.- Severus sujetó el libro con ambas manos- Podríamos llevarlo a cabo en la sala de menesteres. Allí no podrá entrar nadie ni interrumpir, es importante que todo salga bien…

-Severus, todo saldrá bien. – Le tranquilizó el anciano, testigo de su inseguridad.

Snape soltó un largo suspiro y añadió:

-Tengo miedo Albus, el ritual no es tan sencillo… y Harry, solo es un niño. Yo le quiero tanto…

-Lo se. Tranquilo, estaré allí para ayudarte. Cuéntame el ritual.

-Primero tenemos que llevar a Harry hasta la sala de menesteres dónde le echaremos sobre un altar de mármol… luego hay que rodear su cuerpo con un hechizo… pone en el libro que se creará una barrera en forma de pentagrama…

-Para ello hace falta mucha magia, advertiré a los miembros de la orden. Todos deben estar presentes sin excepción!- concluyó Dumbledore.

-Sí, pero entonces viene la peor parte… harry debe tomar una infusión de Acónito al tiempo que nuevos hechizos son recitados.

-¿Una infusión de Acónito?... eso es muy arriesgado.- Suspiró Albus cruzándose de brazos.

-…Si no sale bien Harry podría morir, lo sé… El Acónito es muy venenoso, pero es necesario.- Se inclinó sobre el libro.- Pone que es la única forma de matar a la otra alma que aún no está totalmente conectada al cuerpo.- Lo posó sobre la mesa y abrió unos pergaminos.- Según mis investigaciones, Albus, el alma de Voldemort terminará su proceso de conexión dentro de veinte y cuatro horas.

-No podemos tardar más tiempo o será todo en vano!- Los atuendos del viejo ondularon detrás de sus pasos que se dirigían a la salida.- Voy avisar a la orden…


3 comentários :

  1. Se pone muy interesante, pero malvado no nos dejes así!! Pobre Snape que mala suerte ha tenido toda su vida! Tiene que ser capaz de salvar a Harry!! Que el pobre se merece un fueron felices... jejejeje. Me has dejado con ganas de más!!!!
    Besos. Guada

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  2. Estupendo, muy bueno. Tengo que reconocer que por tu culpa se me ha pasado ese cansancio que tenía con los fics de Harry. Este me encanta, pero después quiero el de Sherlock. Muchas gracias.

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  3. Hola, Saito. Muy interesante el capítulo, pero qué repugnante y asqueroso es el padre de Snape, ojalá hubiera tenido la varita para poder cargárselo. Besoss.

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