28 de dezembro de 2013

La guitarra desaparecida









Tiró el móvil por la ventana del hotel. La habitación estaba revuelta, lo volvió todo patas arriba. Había rebuscado en cada rincón y nada. Su guitarra no aparecia.

Se sentó frustrado en el sillón. Después de todo el trabajo planeando como hacer que Wilson saliese para poder entrar en la habitación, para que ahora no estuviese ahí su guitarra.



Suspiró. Debería armar un otro plano, uno que dejase a wilson en una posición más vulnerable y le dijese donde la había escondido. La guitarra era hecha a mano, cara, ¡única!

Se levantó y quitó las cosas de la cama deshecha. Wilson volvería y cuando volviese estaría allí para obligarlo a confesar.

Estaría echado cómodamente sobre su cama. Para eso se quitó la chaqueta, las zapatillas y los vaqueros.

Cogió de nuevo el mando y conectó la tele. A esa hora ponían muchos programas aburridos para quien sufre de insomnio, pelis antiguas de terror y lo mejor pelis porno. Siguió mirando los canales... Wilson estaba abonado a un canal gay...

Lo dejó durante un momento. Sonrió al ver a hombres desnudos al rededor de una piscina, haciendo una orgía... gemían alto y se follaban como animales. Le interesaba pero la apagó. Realmente quería concentrarse en su venganza no en sexo.

Mmm... Se estiró como un gato en la cama y saboreó el olor de wilson entre las sabanas. Estaba muy cómodo, su pierna apenas le dolía y estaba cansado. Cerró los ojos por un momento. Creyó que solo era un momento, pero cuando abrió los ojos de nuevo Wilson ya estaba en la habitación.

Recorría su TiVo con el mando en la mano.

—No lo borraste...

House se sostuvo en sus codos y pasó la mano por la cara.

—¿No sabes entrar sin hacer ruido?— Preguntó molesto.

—¡Estas en mi habitación!

—¿y? Quiero dormir!

Wilson le miró confundido.

—¿Vas a quedarte ahí?— le preguntó apagando la televisión.— No voy a dormir en el sofá de mi propia habitación!

—Pues, duerme aquí...— separó las sabanas a su lado dejando entrever sus calzoncillos azules claros y sus piernas desnudas. La mirada de wilson seguía fija en house, desconfiado. Empezó a quitarse el sweater y los vaqueros muy despacio receloso que House dijese algo o hiciese algo para burlarse de él. Las burlas no llegaron y wilson se acostó en su lado de la cama cuidando de que ninguna parte de su cuerpo estuviese en contacto con House.

Respiró hondo.

—¿Dónde está?

—¿Qué?

—La guitarra, ¿dónde está?— susurró.

—¡No lo sé! ¿Por qué iba a saberlo? Ni que yo fuese el secuestrador...— No terminó la frase, la mano de House se cerraba sobre su cuello en la oscuridad.

—Ya no quiero jugar a este juego....— Su rostro por encima del de wilson, sus narices casi tocándose.

—Yo no juego a nada.— Insistió Wilson

—Le contaré al mundo que eres gay.

—¿Qué? ¡No lo soy!— protestó agarrando el duro brazo de House e intentó empujarlo.

—Entonces porque estas abonado a un canal gay?

—Er...— House lamió el labio superior de wilson y este no hizo nada tan solo saboreó la dulzura de la otra lengua.

—Dime dónde está...

—Olvídalo.— sonrió sacando la lengua para que House la recibiese en su boca. El otro hombre la chupó y la succionó entre sus labios.

La mano de house soltó el cuello del oncólogo y buscó su entrepierna.

—Dónde está...

—Ah... no sé. ¿Vas a acariciarme hasta que te lo diga?

—No, voy a follarte hasta que me lo digas...

—¿Todas las noches? – rozó su barba de tres días por su sensible piel del cuello.

—Todas...— A juzgar por lo bien que la mano de House exploraba su pene con la palma, lo bien que sus dedos palpaban sus bolas... “oh... tu guitarra nunca aparecerá...” pensó la pequeña parte consciente del cerebro de wilson. –¿Qué pasa wilson? ¿Porque estas tan duro? ¿Qué quieres?

—Oh....— arqueó la espalda, los labios de House volvian a su cuello y su tierno lóbulo.

—¿Qué quieres?

—Mmm... – La mano trabajaba bien en su ingle apretando la glande expuesta y sin prepucio, cerrando la mano sobre ella, frotándola con la palma callosa del bastón.— ohhh, así... sigue así...

House sonrió sintiendo su propia erección hacerse más pesada.

Se apoyó en su pierna sana para echarse sobre el cuerpo de wilson.

—¿Lo notas?

—House...— su erección se rozó contra una de las piernas de wilson sensualmente, tentativamente, empujando sus caderas de forma ritmada.— OH House....

—¿Dime qué quieres?

—House...— las manos de wilson se metieron por debajo de la camiseta del otro hombre y exploraron su pecho al tiempo que sus labios buscaban mas besos. House apartó el rostro:

—¡Contesta!

—A tí, oh dios, te quiero a ti... dame....

—¡Yo quiero la maldita guitarra!— soltó a wilson y volvió a su lado de la cama. El otro hombre gimió alto, por la frustración y la falta de sobrecarga sensorial.

—House! No… no juegues con esto…— El hombre se dio la vuelta en la cama.

—¿Con esto te refieres al bulto entre tus piernas?

—¡Dios! Me refiero a lo que siento por ti…

—Dame la guitarra y negociamos.

Wilson suspiró.

—Está bien… No está aquí, está en el hospital…— acercó sus caderas a las del otro hombre.

—No tan rápido, ¡me mientes!

—No! Está en la capilla, detrás del púlpito. La escondí ahí porque sabía que revistarías mi despacho. ¿Satisfecho?— suspiró

—¿Por qué debería creerte?

—Porque tengo este bulto… porque te quiero, porque no podría mentirte ahora… — Se rozó de nuevo en las piernas del Nefrólogo y se colocó sobre él para poder morder su cuello y su oreja. House se giró en la cama.

Ambos hombres quedaron frente a frente. House atrajo la pierna izquierda de Wilson sobre su cuerpo para poder acariciarla entera, desde las nalgas hasta la rodilla. Wilson metió las manos por debajo de la camiseta de House una vez más. Le gustaba su pecho, la forma de su clavícula, la curva de su estomago y como se enredaban entre sus dedos el pequeño vello bajo su ombligo.

La cintura de Wilson rozó la suya haciéndole jadear.

—Haz eso de nuevo… tócame…— No pudo terminar, la boca de House buscó la suya con furia, deseo. Le dañaba los labios con los dientes, su lengua era ruda y le exploraba sin decoro.

La mano del médico aprovechó la sumisión de Wilson para meterse entre sus bóxeres y explorar la piel suave de sus nalgas. La apretó con fuerza mientras sus labios buscaban el cuello expuesto para morderlo y volver a su boca por pedido exigente de Wilson.

Wilson busca los botones de los bóxers de House y los desabrocha de forma provocativa. Mete la mano y libera el grueso pene rodeado de vello fino. Juguetea con él y con la piel de su capullo, sonriendo por la nueva sensación.

—Me gustaría lamerte ahí debajo… meter la lengua bajo tu prepucio…

La respiración de House se agitó, sus labios soltaron un sonido de satisfacción y reclamaron de nuevo los de Wilson, mordiéndolos y chupándolos con ganas.

House movió su mano y cogió de nuevo el pene de Wilson. Ambos iniciaron un movimiento ritmado, a juego con sus besos y caricias.

Wilson duró menos de lo que desearía, pero House era su única fantasía actualmente. El placer fue tan intenso que le hizo gritar en silencio.

Al cabo de unos instantes se corrió Greg, apoyando su rostro contra el pecho del otro, respirando con dificultad.

—House…

—¿Hmm?

—La guitarra no está en el hospital…

—Lo sé.— le besó y se dio la vuelta sintiendo como Wilson apoyaba su rostro contra su espalda.



Fin.



7 comentários :

  1. hermoso, esta muy buena la historia gracias saito por la historia me encanta esos dos ya epero con impaciencia tu proxima historia hasta prontito

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  2. Jajaja me encanto, amo a house y este wilson safsdafs
    Muchas gracias por el lindo shot ♥

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  3. Ha estado muy bien la historia, pero ¿dónde está la dichosa guitarra?, jajajaja. Besoss.

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  4. Jajajja, el pillo de House sabía donde estaba la guitarra!! Puede que la escondiese él, para ser travieso con Wilson ;P

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  5. Jajajaja.... Muy bueno, Sai. Me alegra que Wilson esté aprendiendo a jugar, no toda la diversión va a ser siempre para House, jejeje
    Besos

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  6. Lol, me encantó la historia, ese Wilson es todo un loquillo
    Lo amé besitos ❤

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  7. Gracias ha estado muy bien la historia, un abazo y feliz año 2014

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