Delirios de Fan

Acababa de llegar a casa del trabajo y entraba en mi habitación que estaba a oscuras. Mis ojos se abrieron como platos, un hombre  estaba allí, sentado sobre la cama. Doy un paso para encender la luz y escucho su voz diciéndome: 

- No lo hagas... –Doy un bote de la sorpresa, podría reconocer esa voz en cualquier sitio...

Entonces él se levanta y me empuja contra la puerta sujetándome las manos detrás de la espalda con fuerza. Tiemblo de emoción y mi cerebro no logra organizar palabras. Estoy atrapado por ese cuerpo de 1,89 que me sigue hablando:

- Tanto tiempo escribiendo cosas guarras en Internet sobre mi, haciendo montajes pervertidos... y no sabes ni siquiera que se siente al tenerme dentro... deberíamos cambiar eso, ¿no te parece?...- esa voz en mi oreja hace que me recorra un escalofrío.

Se restregó en mi trasero haciéndome sentir el bulto de su ingle contra mis nalgas, besándome el cuello, desabrochándome los pantalones que se caen al suelo.

-Ahora tus relatos serán más realistas... 

No hay tejido entre mi piel y sus vaqueros, tira de la pequeña cinta de mi tanga y la rompe para meter su mano en mis muslos y mi ingle. Suspiro asustado y confuso al mismo tiempo. No es posible que esto estuviese pasando, ¿cómo había entrado en mi casa? Los pensamientos se desvanecen de mi mente cuando su mano se mete entre mis cabellos y tira de ellos obligándome a quedar de rodillas. Ahora que mis ojos ya se han acostumbrado a la oscuridad puedo percibir las formas de su cuerpo en la penumbra.

Escucho el ruido de su cinturón cuando desabrocha la hebilla. Sin decir nada me hunde la cabeza entre sus piernas, mmmm ahí, dónde el olor a hombre se hace más fuerte. Inspiro y me siento excitado lo suficiente como para lamerle como él quería. Se empuja con un ritmo fuerte y estamos así un rato, pero va tan rápido que me saltara la piel de los labios ya cubiertos de saliva.  

Hugh enseguida se aburre, me empuja de nuevo contra a la puerta, me levanta una pierna y me lubrica con saliva, un poco... solo lo suficiente para que mis gritos no se escuchen en Londres.

Siempre en silencio me penetra, rudo como un animal... siento que me quedaré inutilizado de por vida y eso me hace soltar un gemido de lo mas profundo de mí.

-Así aprenderás a no difamar a la gente, no ser un pervertido... ¿no querías un punto de comparación entre yo y tu novio? Venga... cual te gusta más...

-Tu... me gustas mas tu... Hugh- logro decir entre las embestidas que me hacen pensar que vamos a tirar la puerta abajo.

-Buen chico...- Satisfecho por la respuesta me masturba, sus dedos de pianista me recorren la piel con violencia, me muerde el lóbulo de la oreja y puedo sentir su respiración agitada contra mi espalda.

El placer es inolvidable, cierro los ojos con fuerza y dejo que me recorra, y cuando la ola de placer se disipa me descubro desnudo sobre la cama... vacía.

-Hugh?...- llamo y solo me contesta el silencio..

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Entonces me apetece llorar, porque solo ha sido una fantasía más.

Fin.