No era el trabajo, o las personas, era él quien
estaba/era complicado. Lo admitía; estaba teniendo una mala racha. Creía que
sólo se tendría que preocupar por el matrimonio de Jared, que de pronto
perdería a su mejor amigo, pero no. Ahora venía Misha y no respetaba para nada
lo del espacio personal y se lanzaba como una puta quinceañera y le besaba.
Negó con la cabeza mientras se tomaba un vaso de agua. ¿Cómo podía besarle así
si ni siquiera saber si era gay? ¿Cómo podía besarle sabiendo que no quería ni
una relación de amistad con él? Misha era estúpido, tenía que serlo. No le veía
otra alternativa.
Sobre el beso, no había querido pensar mucho en
ello. Era preferible recordarlo como una escena más entre Castiel y Dean.
-¿Ha pasado algo? – Jared se sentó a su lado
mirando de reojo los scripts.
-No, ¿por qué?- disimuló.
-Estás raro desde el otro día. ¿Pasó algo entre tú
y Danneel?
-No.
-¿Entre tú y Misha, quizás?
-¿Qué quieres decir? -Jensen pestañeó y se giró.
-¿Yo? Nada.- Jared continuó mirando los scripts
con esa sonrisita picara en los labios.
-¡Dilo! ¡Ahora dilo! Si has preguntado eso es que
tienes alguna idea en tu cabeza.
-JAJAJ Jen, sólo noté que desde la noche de la
acampada estás odiándolo un poco más que antes. Ahora incluso pasas de él
delante de Erick y en plenas escenas.
Jensen masticó algunas palabras que Jared no
comprendió antes de decir muy bajito:
-Me besó.
-¿Perdón?
-Misha me besó esa noche en la tienda de campaña.
No quiero repetirlo ni recordarlo.
Jared se quedó de piedra por unos segundos.
-¿Tú qué hiciste?
-Nada. ¿Qué querías que hiciera? – Contestó bajito
para que nadie se enterase de lo que hablaban.
-No lo sé. Teniendo en cuenta lo mucho que decías
odiarlo, como mínimo romperle la cara.
-¿Estas insinuando que me ha gustado?- Puso cara
de haberse chupado un limón.
-No, no lo sé. ¿Te ha gustado?
-¡NO!- dejó claro cruzándose de brazos y
recostándose en la silla.
-Si…- Jared le señaló con burla con un dedo .-
Te ha gustado… pero como eres un tozudo ahora tienes que seguir con tu versión
de que le odias.
-Porque le odio.
-¿Y por qué?- cuestionó Jared.
-¿Por qué no? Y si valoras nuestra amistad no
insistas, Jared.- Se levantó y le dejó solo.
Durante las siguientes semanas Jensen siguió así,
cerrado en sí mismo. Jared salía mucho más con su novia para preparar los
detalles de la boda y eso le producía nauseas. Se encerraba en su habitación
donde trataba de poner su mente en orden sobre el hecho de que él y Jared ya no
vivirían más juntos. Le costaba aceptarlo. Cada vez que trataba de llegar a una
conclusión útil para su vida, aparecían esos ojos azules celestes y sus labios
parecían recordar el toque de los labios de Misha.
-¡Maldita sea!
La última semana antes del hiatus, Misha se acercó
a ellos cargando su mochila. Traía puesta una camiseta verde y unos pantalones
vaqueros desgastados.
-Espero que os vayan bien las vacaciones…
-¿Te marchas?- Jared se puso de pie y le dio un
abrazo en forma de despedida, .
-Sí. No me necesitaran por ahora, así que iré a
Nepal unos días. – Sonrió. Y se sorprendió por ver que Jensen también se
levantaba y le miró unos segundos antes de tenderle la mano.
-Que tengas buen viaje.- dijo sin más. Después
volvió a mirarle y se alejó.
-Le has besado.- Jared trató de decirlo de una
forma que le hiciese sentirse culpable de algo.
-Me lo dices ahora.- Pestañeó.
-Te dije que te ayudaría y tú la cagaste.- Le tiró
de la camiseta obligándolo a sentarse donde antes había estado Jensen. – ¿Crees
que no sé por qué está así? Porque cree que va a quedarse solo, porque todas
las tías le dejan o solo le quieren por su fama o su pasta.
-¿Y qué vas a hacer? ¿Lavarle el cerebro?
-No, aun no sé si eres digno de hacerte su
amante.- Gruñó Padalecki. – ¿Qué quieres de él exactamente?
-Que venga conmigo a Nepal… Que me cure las
heridas cuando me caigo de los árboles… realmente no lo sé, Jared, no tengo nada
que ofrecerle. Lo único que sé es que no me odia tanto cuanto dice… esa noche
dormimos en el mismo saco de dormir y me estuvo cuidando toda la noche.- Jared
guardó silencio. Él también estaba convencido de que algo pasaba en la cabeza
de Jensen.
-Pensaré en algo.- Le dio unos golpecitos en el
hombro.
-Feliz Boda.
-Gracias.
Y la boda fue muy bien, sólo con amigos y familia
de Jared y G. Se lo pasó muy bien y se tomó demasiadas cervezas a la salud de
los novios.
Se quitó la corbata y salió afuera para respirar
un poco de aire fresco. Estaba mareado por las cervezas.
Caminó un poco por el jardín del enorme hotel
donde tenía lugar la fiesta cuando se dio cuenta que Erick venía en su
dirección. Desconectó el móvil y se lo metió en el bolsillo. Parecía algo
perturbado.
-Jensen…
-Hola, ¿pasa algo?
-Sí. Misha ha tenido un accidente. Está en el
hospital.
-¿Cómo pasó? ¿Está mal herido?- Erick se pasó la
mano por el mentón.
-Creo que sí, está inconsciente… no sé mucho más
salvo que dijo tu nombre.
-¿Mi nombre?- repitió desconcertado.
-Sí, por eso del hospital han pedido que vayas.
-Lo que deberían haber hecho es contactar con su
familia. –protestó Jensen algo incomodo por que Misha prefiriese su presencia a
la de cualquier otra persona.
-Ya la han avisado. Creo que es mejor que no
digamos nada a Jared hoy, es su día y no quiero estropeárselo, pero tú…
-Yo me quedaré aquí en la fiesta de mi amigo
porque es su día.- le dio la espalda y volvió a la fiesta.
Se sentó observando el ambiente. Había vino, buena
comida, la gente cantaba karaoke cuando se arriesgaba a subir al palco
improvisado. Era una fiesta perfecta, pero sin embargo la noticia del accidente
de Misha lo había cambiado todo. No es que antes estuviese radiante de
contento; Jared se casaba y eso era como una puñalada en el pecho, pero ahora
se preocupaba y no dejaba de preguntarse por qué?
Misha era un miembro del equipo y sabía que
debería sentirse preocupado por su estado de salud, pero no era solo eso,
tampoco era eso. Le preocupaba más que un simple compañero de reparto y eso le
molestaba más que una patada en los huevos.
Era exactamente el mismo sentimiento de cuando se
fue a Nepal. ¿Le besó y luego se fue a Nepal? Bueno… tampoco es que quisiese
hablarlo con él. Al final no tenía nada claro qué era lo que quería. Todo lo
que sabía era que su vida ya no iba del todo bien; de vez en cuando una punzada
en el corazón le jodía el día.
Erick se sentó detrás de Jensen en una de las
sillas adornadas especialmente para la ocasión.
-Su familia tardará en llegar, ¿Por qué no vas a
verlo?
-¿Y por qué debo ir yo exactamente?- dijo por
encima del hombro.
-Porque te ha estado llamando a ti. Mira, ya sé
que Misha no te cae del todo bien, pero por alguna razón él siente alguna
conexión en relación a ti. Deberías ponderarlo.- Le dio una palmada en el
hombro y le volvió a dejar solo.
De nuevo esa punzada. Si le pasase algo a Misha
quizás no se perdonase por ni siquiera haber acudido a verle. Suspiró y se
resignó a las circunstancias.
Los hospitales eran sitios que le daban
bastante mal rollo y ahora la tranquilidad del sitio y el olor a fármacos solo
contribuían a que su ansiedad aumentase. Una enfermera sonriente le indicó la
habitación de Misha y le pidió que mantuviese el ambiente tranquilo. Misha
había sufrido un accidente y le habían operado de urgencia, de momento ya
estaba despierto pero aún débil.
Entró con lentitud en la habitación
iluminada por una bombilla incandescente en la parte superior de la cama.
No tenía muy claro para qué eran todos los
cables que veía, pero reconoció los tubos que tenía sobre el rostro que eran
para el oxigeno. Fijó su mirada con más atención y pudo darse cuenta de que
tenía insertado un catéter en su yugular y una bolsa de sangre colgada del
soporte.
El semblante de Misha estaba pálido pero
tranquilo bajo las magulladuras.
Jensen suspiró y se acercó un poco más
hasta poder tocar la mano del enfermo con la punta de los dedos.
-Al final he venido.- murmuró. Las cejas
de Misha temblaron y sus ojos se abrieron con lentitud.
-Jensen…
-Sí, estoy aquí.- cerró sus dedos sobre la
mano fría sobre la cama.
-¡Has venido! – Murmuró bajito.
-Venga. Procura descansar.- bajó un poco
su rostro para poder verse en esos ojos cristalinos. Por momentos pensó
que podría no haber vuelto a ver esa mirada. Misha le gustaba y había estado a
punto de perderle. De nuevo esa punzada.
-No te vayas.
-Dentro de nada estará aquí tu familia.
-Perdona.- dijo la voz ronca- no quiero
ponerte en una mala situación.
¿Por qué sería una mala situación conocer
a la familia de Misha si entre ellos no había nada…? Pero si, pensó; sería
raro.
-No es eso.- mintió- es que no es muy
aconsejable que te emociones. – Tampoco tenía muy claro por qué se disculpaba o
le ponía excusas, pero se dijo a sí mismo que todo era sólo porque Misha estaba
en una mala situación. Nada entre ellos había cambiado ni lo haría. Misha
seguiría siendo un ser raro con el que no quería, ni era buena idea mezclarse.
-Sólo ha sido un accidente de coche…- dijo
tratando de sonreír.
-Sí, solo has podido morir.- Sí, ¿y qué
habría pasado si se hubiese muerto? De nuevo la puta punzada que le revolvía el
estomago y le daba esa horrible sensación de caer en el vacío.
-Te he fastidiado la boda de Jared.
-Oh, por favor. Aunque te haya dicho que
no te metieses en mi vida y acabase por decirte que no estaba contento con esa
boda, creo que realmente no importa ya.- ¿De verdad no importaba? Se preguntó.
¿Si no importaba por qué seguía tan empeñado en no dejar partir a Jared?
Misha miró al techo. Iba a decir algo pero
en ese instante uno de sus hermanos asomó la cabeza sin hacer ruido. Jensen
saludó con palabras cordiales y se despidió con una mirada.
Cuando llegó al coche y se sentó, decidió
que ya no volvería a la fiesta. Realmente no estaba de humor. Sólo deseaba
ducharse y tenderse en la cama con los ojos cerrados sin pensar en nada. Su
cerebro se había vuelto más cansado que nunca en los últimos tiempos, siempre
analizándolo todo, sobre todo las decisiones que tenían que ver con Misha.
Por la mañana seguía despierto dándole vueltas
a la cabeza. Ni siquiera sabía qué era eso que tanto le hacía pensar.
En el piso de abajo los perros de Jared
ladraron y supo que el moreno había entrado en casa. Suspiró. Muy pronto
dejarían de compartir aquella casa. No tenía ganas de verle. Jared sólo iría a
por las maletas para irse de luna de miel y no quería despedirse. El otro
hombre no pareció haber pensado de la misma forma y pasó sin llamar.
-Jen…
-Estoy dormido.- Contestó con la cabeza
cubierta por el edredón.
-Vengo a despedirme.
-No quiero, lárgate.
-Supe lo de Misha… también supe que fuiste
a verlo.- En ese instante Jensen se sentó en la cama y apartó el edredón.
-¿Cómo lo supiste?- Jared se fijó que
Jensen aun llevaba puesta la ropa de la fiesta mientras contestaba:
-Erick me lo contó.
-Hijo de puta. Dijo que no te lo contaría
para no fastidiarte la fiesta.
-Ya... pero ha sido un gesto muy bonito lo
que has hecho.
-No tuve más remedio.- protestó.- Erick no
dejaba de darme la lata.
-Ya, claro, estoy seguro que fue sólo por
eso…- dijo en tono burlón.- pudiste haber vuelto a la fiesta después.
-Estaba cansado.
-Estabas demasiado preocupado y pensativo
sobre lo que sientes como para poder divertirte con chicas y cerveza…
-Ahh, ¿sacaste un cursillo intensivo de
psicología por correspondencia?
-No hace falta que seas ácido, yo te
conozco Jen.
-No me conoces para nada. No me importa
ese tipo, así que deja de dar con el tema. Esta noche saldré con Daneel y
cenaré y me la follaré…
-La follarás pensando en Misha…
-¿No deberías irte? Tu mujercita te está
esperando.
-Uy cuánto despecho.- Se burló Jared
tirándole una almohada.- Volveré pronto.- cerró la puerta y Jensen alcanzó la
puerta con la almohada.
Con el comienzo del hiatus tenía más
tiempo para hacer lo que quisiese, ¿pero qué era eso exactamente? Daneel estaba
ocupada, Jared se iba de luna de miel… Podría llamar a algunos amigos, de esos
que siempre están disponibles para cervezas y tías pero la verdad es que
tampoco tenía muchas ganas.
Su agenda estaba casi sin compromisos y
esos pocos terminarían definitivamente en una semana. Pensó que hasta que eso
pasase a lo mejor se le ocurriría qué hacer o algún sitio que visitar.
Bajó las escaleras de la casa y ésta le
pareció demasiado grande. Odiaba estar solo. A veces cuando tenía mucho trabajo
o cuando debía centrarse en algún papel deseaba estar así, solo, tranquilo,
pero ahora cuando eso realmente pasaba, se sentía olvidado por todos… o casi
todos. Su teléfono sonó.
-¿Hola?
-¿Jensen?- La voz de Misha era muy débil
del otro lado de la línea.
-¿Ha pasado algo? ¿Estás bien?
-Sí, estoy bien. Solo quería darte las
gracias por haber venido el otro día.
-No importa.- Dijo escuchando los suaves
jadeos del otro actor.- ¿Misha?
-Perdona es que me cuesta respirar.
-No deberías haber llamado.
-Necesitaba escucharte.- Dijo tan
tranquilo mientras Jensen se quedaba de piedra con la frase.- ¿Jensen?
-Sí, sigo aquí.
-Perdona, pero es la verdad.- Su corazón
se apretó como un puño dentro del pecho. Quiso tirar el teléfono contra la
pared, pero en lugar de eso dijo:
-Debes descansar. ¿Ya sabes para cuándo te
darán el alta?
-Creo que la semana que viene.
-Bien. Se quedará tu madre contigo,
supongo.- Jensen jugueteaba con la punta de su bota sentado en el sofá.
-No, ya se han ido todos. Jim se pasará de
vez en cuando para ver cómo voy.
-¿Beaver?
-Sí, ha estado aquí varias veces. Ha
insistido.
-Él tiene una hija, no puede ocuparse de
ti.
-Sí se lo he dicho, pero es un cabezota.-
Su respuesta salió con un ligero intento de risa.- es que yo me niego a tener
extraños trayéndome té y diciéndome lo bien que me veo en la televisión. Aunque
creo que mi ejército de minions no le importaría cuidarme.- Jensen suspiró al
otro lado de la línea, una vez más daba por seguro que Misha estaba como una
cabra. Había varios niveles de locura en lo que había categorizado a Misha,
pero este era nuevo.
-¿Por qué se fue tu familia?
-Porque ya estoy casi recuperado y ellos
tienen cosas que hacer.
-Ah ya…- estaba seguro de que eran
personas muy ocupadas. A decir verdad no sabía por qué tenía que preocuparle
que Misha se quedase solo, era su decisión. – Bueno si quieres puedes quedarte
aquí, Jared no está y yo andaré por aquí. No quiero que la serie sufra con tus
imprudencias, pero haz lo que quieras.
-¿De verdad no te importa?
-Sí, me importa, pero hay cosas
prioritarias. Debes recuperarte antes de que termine el hiatus.
-Gracias Jensen.
-Ya te llamaré, tengo cosas que hacer.- le
colgó de inmediato. ¿Cómo demonios se le ocurría decirle que se quedase en su
casa? Se concentró. Esa tarde debía asistir a una entrevista para un canal de
televisión chileno y debería de ir tranquilo. Sólo esperaba que el tema
“Sentimientos de Dean por el ángel Castiel” no saliese a tono, porque podría
terminar diciendo alguna cosa de la que se arrepintiese.
La entrevista sería grabada en el Set
porque no sería en directo, pero aun así ésta vez estaba mucho más ansioso que
en cualquier otra entrevista que hubiese dado. Le entrevistaba una chica morena
de ojos castaños bastante atractiva.
-Jensen, antes de nada quiero decirte que
estás haciendo un excelente trabajo enseñándonos las emociones de Dean. Has
tenido unas escenas realmente duras pero tu merito está conquistando cada vez
más fans en el mundo.
-Muchas gracias.- murmuró algo avergonzado
por los halagos.
-Sabemos que ahora Dean no puede dejar el
pasado enterrado y tienes como compañero de reparto a Misha Collins quien
protagoniza Castiel, el ángel que te salvó de la perdición. ¿Cómo ves tú la
relación de los dos?- Y ahí estaba la señora dando en el clavo justo para empezar
con el pié derecho.
-Yo creo que Castiel está algo confuso
ahora, se ha dado cuenta que su padre le ha abandonado y empieza a seguir el
ejemplo de Dean. Está algo más humano, ya no sabe si debe obedecer las órdenes
de su padre o pensar por sí mismo. Creo que tal y como Dean, ambos se han
cansado de limpiar la porquería que han hecho sus padres.
-¿Qué puedes decirnos de la
evolución de la historia?
-Oh..- sonríe- la verdad es que no nos
cuentan gran cosa. Pero estoy muy contento de cómo ha ido hasta ahora… la
última temporada terminó muy bien y ahora los hermanos están juntos,
combatiendo el mal, creo que eso es lo que los fans quieren…
-¿Qué te gustaría que pasase?
-Uf, me gustaría que dejasen de pelearse.
Dean y Sam tienen que luchar lado a lado, ya sabes…
-Exacto, ¡eso es exactamente lo que
queremos! Muchas gracias Jensen.
-Gracias.- contestó.
-No dejéis de ver Supernatural en la CW.-
Se levantó de la silla y respiró hondo. Por lo menos no había insistido mucho
en lo de la relación de Dean y Castiel.
Escuchó a los periodistas decir que se dirigirían
al hospital dónde Misha estaba ingresado para hacerle una exclusiva así que se
marchó lo más rápido que pudo antes de que decidiesen entrevistarle para tratar
de sonsacarle cualquier detalle que tuviese del accidente. De todos modos no es
que supiese gran cosa, solo que Misha iba conduciendo y ahora estaba en una
cama lleno de cables.
Se metió en el coche y sacó el móvil. Sin duda
necesitaba la compañía de alguien para distraerse. Llamó a Daneel.
-Hola amor.- murmuró con un suspiro- ¿cómo estás?
-Cansada, iba a ducharme. Dime, ¿quieres algo?
-Quería pasar la noche en una velada contigo y…-
no pudo terminar.
-Olvídalo, mi agente me llamó esta tarde, mañana
tengo cosas que hacer súper temprano.- Contestó la chica toqueteando
lo que parecía ser por el sonido, maquillaje y frascos de perfume.
-Vaya. Y mañana, ¿quieres que hagamos algo?
-Amor, tengo la agenda completa. No me queda ni un
segundo libre. ¡Lo siento!
-Bueno, está bien. Llámame cuando estés libre.
-Besos, te amo Jen Jen.- Dijo la chica antes de
desconectar.
¿Ésta era su idea de compromiso? La veía una vez
al mes. Estaba aburrido de que nunca tuviese tiempo para él cuando lo
necesitaba. Pero sin embargo él siempre lograba hacer un hueco para ella…
Jared ya le había advertido que un día se
aburriría, pero él siempre como buen y honrado paleto le decía que no porque
ella era la mujer de sus sueños. Ahora ya no estaba tan seguro… Quizás Daneel
no era lo que quería para su futuro.
hola saito gracias por otro capitulo, me muero por saber como les va a esos dos viviendo juntos!!pobre misha se ve que es propenso a los accidentes...espero jensen deje de ser tan cabezota.. besos
ResponderEliminarjajaja hola Monica! Muchas gracias por seguirlo!
EliminarOhhhh!!! Pobre Misha!!! Espero que su estancia en la casa de Jensen compense lo mal que lo está pasando ahora ;P
ResponderEliminarUff!! Jensen es duro de roer, menuda manera de autoengañarse!!!!
Muy buen capi.
Seguiré pendiente de esta historia.
Besos
Hola! Si Jensen tiene algunos problemillas por resolver en su interior. A ver como se las arregla.
EliminarMuy buen capítulo, dan ganas de ponerle la zancadilla a Jensen a ver si cae de una vez en lo que pasa, menudo cabezota.
ResponderEliminarMuchas gracias.
jaja si XD Pobrecito Jensen. Gracias por seguirlo!
EliminarHola, Saito. Jensen me pone de los nervios, no sé qué tendrá que hacer Misha para que sé dé cuenta de que está enamorado de él. Estoy deseando leer la continuación. Besosss.
ResponderEliminarEs que nadie quiere a Jensen? Pobrecito! No veis que esta muy confuso! XDXD
EliminarFantástico capítulo, a ver si Jensen deja de hacer el tonto ,me pone frenética con la tonteria que tiene encima.
ResponderEliminarMuchas gracias por esta estupenda historia
Ai pobreee! No lo hace aposta, es que es complicado. Gracias por seguirlo!
Eliminar