Capitulo 6
Ofideon
-Comandante!- Bramó Jensen entrando
en el puente.
-Sí señor?- Se puso de pie de un
salto.
- Prepárelo todo para nuestra
marcha, pida permiso a embarcadero para soltar la nave. Tenemos mucho camino
por delante…
-Jensen, ¿estás seguro de que la
nave va aguantar? Quiero decir, ese crío, no sé, no creo que esté arreglada…
Nuestros mecánicos….- murmuró Chad.
-Son unos incompetentes… pero no, no
está arreglada. Y no sé si volveré a firmar la solicitud de muchos de los
alistados aquí!
-Lo siento Señor.
-Venga, a que espera, ponga rumo a
Soladac.- Su rostro permaneció tenso mientras recordaba la última batalla
contra los They. Los miembros del consejo tendrían ya, muy seguramente
respuestas sobre la proveniencia de los dragones estelares y que hacer al
respecto. Aun así sabía que no podrían subestimar más a sus adversarios, eran
listos como serpientes.
-Señor, ¿quiere que mande revisar la
nave en cuanto lleguemos?- preguntó Chad, aun temiendo por su seguridad.
-Por su puesto, Jared es un
chapucero!
-Por cierto, es que estoy
intrigado…- admitió el comandante- ¿Por qué nos ayudó?
-¿Por qué crees tú que nos ayudó?
-¿Porque quería algo a cambio?-
Probó
-Aprende algo Chad, sea cual sea la
especie de uno, todos los seres son motivados por el interés.
-¿Y qué quería a cambio?- El capitán
no contestó solo dejó su ceño fruncido y entonces Chad no preguntó nada más,
sabia por experiencia propia que Jensen no tenía intención de revelárselo por
lo cual no hablaría más del tema.
Planeta Solladac,
centro de la S.P.A
Los senadores y los venerables se
sentaban en la cámara del consejo en el piso inferior de la torre Stellar. La luz se intensificaba al reflejarse en las
paredes de marfil. Sus atuendos andrajosos nada tenían de semejante con la ropa
cómoda de los militares.
Allí de pie en medio de una amplia y
vacía sala de suelo brillante como un espejo esperaba algunas palabras del
parlamento.
La primera palabra la siseó uno de
los más viejos senadores.
-Bien, Capitán Ackles, le hemos
llamado para que nos dé una opinión de lo que vivió cerca de Dallastar.
-Milord, lo que pasó lo envié en un
informe al consejo…
-Sí, pero queremos que hable de esos
detalles irrelevantes que no especificó.
-Con respeto Milord, pero hay opiniones
que uno debe guardarse…- dijo Jensen haciendo una breve reverencia.
-No si esta en causa la integridad
de los planetas de la alianza!- intervino un senador phealyn.
-Capitán, ¿cree que se nos pasó algo
por alto?
-Yo solo creo que se podrían haber
ahorrado vidas… hemos caído en un truco y lo hemos pagado con sangre…- respiró
profundamente sin dejar trasparecer la oración silenciosa por sus compañeros asesinados.
Nunca habría sido un hombre de fe, pero al final de una vida entera de guerra
nunca había tenido una batalla tan trágica.- Quince naves volaron juntas,
quince! Con la potencia del Ofideon y todas tan bien preparadas y solo regresó
una!- su voz retumbó en la cámara.
La asamblea estaba en silencio
concentrada en Jensen, algunos parecían templando los nervios para que su
rostro no traspareciese emoción alguna mientras escuchaban las palabras de
aquel guerrero.
-Esto es una tragedia, una
catástrofe, un fracaso…- dijo sombríamente – eso es obvio para todos nosotros,
y esos hechos por si solos sugieren el curso de acción que ha de tomarse. Pero
sospecho, honorables dignatarios que aquí hay algo más que un fracaso trágico,
catastrófico.- El viejo conserje se levantó.
-Está hablando de traición!?- El
siseo en conformidad llegó de todas las partes de la sala, una manifestación
casi sorprendió a Jensen por su pasión y su intensidad.
Inhaló hondo para continuar:
-Solo eso explica cómo pueden
anteceder nuestros movimientos… ¡pienso que hay un traidor entre nosotros!
-Eso son sospechas que deberían
comprobarse antes de hacer acusaciones Capitán Ackles! – Espetó uno de los
miembros que traslucía una pétrea expresión de ultraje e indignación hacia
Jensen.
-Si es usted inocente, no tiene nada
que temer.- Murmuró el capitán.
El miembro más viejo, que se situaba
justo delante, dentado en una silla bordada con marfil se levantó despacio y
con un gesto sereno sostuvo las dos miradas furibundas que se descargaban una
sobre la otra.
-Los sucesos en Dallastar fueron
catastróficos y trágicos, de eso no hay duda. Demasiados guerreros valerosos
perdieron su vida allí. Propongo que se haga paz en este senado en su memoria.-
Hizo una pausa y continuó.- Capitán, ¿de quién fue el plan de ataque y quien
era el responsable por su ejecución?
-Era mío señor. Yo estaba a cargo de
todo.- Dijo tranquila y fielmente.
-..Entonces se le podría culpar de
traición Capitán Ackles…- interrumpió metiendo cizaña de nuevo el otro miembro
del senado.
-Se me podría culpar de muchos
errores pero no creo que yo sea el hombre que busca senador Dolph…
-¡Silencio!- Dijo por fin el anciano
perdiendo la paciencia- Este no es lugar para pisoteaos la dignidad como si no
fueseis más que una chusma de They!
Jensen se mantuvo de pie,
manteniendo el control para no darle dos ostias a Dolph que sonreía con
petulante satisfacción.
-El de traición no es un cargo que
pueda hacerse a la ligera. Yo particularmente no doy crédito a esa acusación
Dolph, ni por un minuto, ni por un instante. Creo que todos recordareis los
sacrificios que el capitán Ackles hizo durante el transcurso de los últimos 10
años, de la tarea que ha conducido y ha llevado adelante hasta aquí. No pienso,
ni creo que hubiese trabajado tanto solo para tramar una traición.
-Gracias señor.- Jensen hizo una
reverencia.
-Propongo que exponga sus ideas.
-Señor, de hecho creo que alguien
nos espía y filtra informaciones secretas. Pido permiso para trabajar en el
sentido de descubrir al traidor.
-No podemos prescindir de su
capacidad de mando…
-Señor…- habló lentamente- pienso
que solo ganaremos terreno en esta guerra cuando descubra al traidor.
-Eso es lo que vos decís.- Replicó
una vez más el senador Dolph.- Estáis acaso subestimando su capacidad como
estrategas?
-No he dicho eso, Milord.- Contestó
Jensen- Pero no creo que su nivel de inteligencia haya crecido tanto en los
últimos 2 años… Al principio su fuerza se basaba en el número de guerreros que
tenían, pero a poco y poco han empezado no solo a superarnos en número como
también nos anticipan en movimientos. Empiezan a ser muchas batallas perdidas y
empiezo a sospechar…- El senado hizo silencio. Una pausa se arrastró durante
varios minutos.
-¿Y va a proponer una lista?-
preguntó Dolph.
-No, solo desmoronaría la alianza y
destruiría el S.P.A- Contestó el Capitán.
-Sí, de eso estoy de acuerdo… Nadie
deberá saber del curso de sus investigaciones, no debemos poner en causa la
integridad del sistema de la S.P.A y mucho menos alertar al traidor. El consejo
le concede luz verde a su misión. Esperamos noticias suyas en cuanto tenga algo
de concreto.
-Sí señor.- Hizo una reverencia y supo que debía retirarse.
En las grandes puertas de la cámara,
Jensen giró sobre sus talones y su mirada se encontró con la de Chad.
-¿Qué haces aquí?
-Te estaba esperando… caminemos…-
Jensen se limitó a sacudir la cabeza y empezó la marcha por los pasillos.
-¿Para qué me esperabas?
-¿Qué te dijo el consejo?- Preguntó
lleno de su típica curiosidad.
-Los ancianos están de acuerdo en
que busquemos al traidor. Naturalmente no me alejaré de mis otras misiones,
pero comprenderás que esta es prioritaria…
-Jensen.- Chad se detuvo- mis deseos
son los de ayudarte fielmente en esta causa, así que, de ese modo te pido que
hagas tus evaluaciones a mi persona y que después me aceptes como tu ayudante.
-Chad, sabes que eso no es
necesario, eres mi comandante y no dudo de tu lealtad hacia la alianza.
-Se que doy la impresión de ser un
poco cobarde pero créeme que eso no detendrá mi cometido.- Dijo sosegadamente
el rubio.
-Mi decisión ya ha sido tomada-
declaró Jensen en un tono seguro- Te pediré que te unas a mi pero tienes que
jurar que no lo comentarás con nadie.
-Gracias.- Retomó el rumo siguiendo
a Jensen.- Pero dime, ¿Qué idea ha sido esa la de traer al chico aquí?
-¿Qué?- Preguntó sorprendido el
capitán.- Yo no le traje…
-Sí, le he visto bajar del
embarcadero.
-¿Qué? ¡Maldita sea!- gruño Jensen
que agarró a Chad del brazo y tiró de él en dirección al embarcadero- Maldito
crio!
Ofideon algunos
minutos antes
Se asomó desde una de las ventanas
del Ofideon y sus ojos grises abarcaron el lugar. Era la ciudad más hermosas
que jamás había visto.
Esbeltas torres de marfil se alzaban
entre las millones de luces que se extendían por kilómetros hasta donde
alcanzaba su mirada.
Desde su ventajosa posición, podía
ver tres de los muchos puentes que bordeaban el corazón de Solladac. Las naves
espaciales cruzaban los cielos como hilos multicolor. Los edificios
predominantes de la cuidad eran torres de metal que simulaban formas. Esplendidas
estructuras de cuarzo rosa se erguían entre ellas de modo que solo asomaban los
ápices de esbeltas espiras.
Los límites de la cuidad no eran
visibles, así que concluyó que Solladac era una de esos planetas en que las
ciudades se unieron unas a otras para formar una única. Aquél era un largo
territorio desconocido pero por poco tiempo…
Hola, Saito. Gracias por continuar Stellar que es un relato que me encanta, aunque esta vez ha sido un poco más corto, ¿no? Pero se está poniendo muy interesante y estoy deseando leer más y mássss. Besosss.
ResponderEliminarSe la han jugado a Jensen, ya tengo ganas de que se encuentren, van a hacer explotar el planeta, seguro. Gran capítulo, muchas gracias.
ResponderEliminarGracias, Saito por otro capitulo!!! Besos & Abrazos!!
ResponderEliminar~Edmarie~
Se me había olvidado decir que la imagen está genial, me encanta. Besoss.
ResponderEliminarEste comentário foi removido pelo autor.
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