3 de setembro de 2013

Promesa





Hugh dejó el bastón junto a la ropa. Cómo le dolía el hombro de llevar todo el día apoyándose en ese brazo. Eso sin contar la cadera derecha, estaba echa polvo, todo él estaba echo polvo. Terminaría convirtiéndose en cojo de verdad de seguir así. Estaba casi seguro de que era una especie de ironía de la vida. Muchos actores que hacían de locos al cabo de un tiempo se vuelven locos de verdad… suspiró, nunca se sabe lo que nos deparará el futuro.

Se vistió la cazadora negra y azul antes de coger los guiones y el casco.

Estaba realmente cansado, molido, solo quería llegar a casa, esperar a Robert y meterse con él en la cama para un merecido sueño.

-Hugh, ¿vamos a tomar salir para tomar un poco el aire, no quieres venir?- Le preguntó Lisa muy sonriente.

Durante meses que le perseguía, le miraba con esa sonrisa que tenía ahora…. Esa sonrisa de perra en celo, Dios, él nunca diría algo así, se consideraba una persona con educación.

-Gracias, pero no me apetece, quizás otro día.

-Oh, que poco sociable.

-Bueno, quiero mantenerme en el papel, ya sabes…- sonrió un poco y buscó las llaves en los bolsillos de la cazadora.- Espero que os divirtáis.

Lisa no insistió, sabía que con Hugh no valdría de nada insistir, él sabía siempre lo que quería.

A lo mejor Robert iría con ellos… pensó. Nunca hablaban de cosas personales o dándose demasiada confianza, ninguno de los dos estaba interesado en que su relación se descubriese… y menos Hugh.

Quizás si no tuviese siempre tanto trabajo hubiese aceptado esa invitación para distraerse un poco pero a la mañana siguiente los rodajes empezarían temprano y él tenia el día lleno.

La noche estaba templada, las estrellas brillaban muy tenues en el cielo limpio ofuscadas por las luces de la ciudad. Cómo echaba de menos Londres… No era la ciudad en si misma, eran sus hijos. Echaba de menos esas tres caritas tiernas y sonrientes que le besaban y le abrazaban cuando llegaba a casa. Suspiró.

Se puso los guantes y el casco antes de subirse a la moto. Con un poco de suerte las carreteras estarían despejadas y llegaría pronto a casa. Le sabría bien una ducha. Sonrió al recordar que Stephen siempre le decía que una buena ducha y una taza de té con miel eran el mejor remedio para todos los males. ¿Cuál era su mal?

Era agradable sentir el viento rozarle el rostro, una sensación de libertad y felicidad que no sentía en ningún otro sitio más que en su moto. A veces era mucho mejor que el sexo, ir por la carretera y sentirse parte de ella…

Entonces sin que se lo esperase, algo le saltó al camino. ¿Un perro? ¿Un zorro?

No tuvo tiempo de pensarlo, solo intentó esquivar al animal y no matarse en el intento.

La moto tomó el control de la situación, la adrenalina se disparó en su cuerpo y sus manos se agarraron con doble fuerza al manubrio. Todo parecía muy rápido y muy lento. La caída fue muy rápida pero el dolor tardó varios segundos en manifestarse.

Abrió los ojos y por un momento evaluó su estado mentalmente. Aparte del dolor horrible provocado por la magulladura que sangraba en el lado derecho de la pierna y todo el pantalón desgarrado, todo parecía normal.

Intentó levantarse ignorando el temblor en las piernas. Se quitó el casco. Su rostro estaba sudado pero sin magulladuras. La moto seguía en marcha y a su lado un coyote muerto. Suspiró intentando relajarse.

Echó un vistazo a la moto tras levantarla, no parecía haber sufrido muchos daños aparte de unos arañazos… peor estaba el coyote. Ya no podía hacer nada por él.

Volvió a la moto y la paró y la puso en marcha de nuevo para comprobar si estaba bien.Ya estaba dispuesto a irse, pero ahora con mucho más cuidado que antes.

Al llegar a casa sus manos aun temblaban bastante; tanto que casi no podía meter la llave en la cerradura.

Se quitó el casco y la chaqueta polvorienta. Cuando arrancó los guantes sus manos también tenían sangre por la fricción de la caída.

Los pantalones estaban para tirarlos y ahora que su cuerpo empezaba a enfriarse de la emoción, parecía que le dolía un poco el pié también.

Cojeó hasta el baño y empezó a llenar la bañera. Qué ironía, bueno las ironías pasan… Se miró al espejo y estudió su rostro por segundos. Nada podía detener los años ni las arrugas…

Durante toda su vida había intentado ser feliz pero era como si siempre hubiese estado un poco vacía, ahora podría arriesgarse a decir que era feliz, Robert le hacía feliz. Sonrió.

Alguien metía la llave en la puerta.

-¿Hugh? Ya he llegado, Tardé un montón en librarme de Lisa… ¿Hugh?

-En el baño.

El hombre dejó la chaqueta en el sillón de la entrada.

-¿Qué le pasó a estos pantalones…?- Los recogió del suelo y les echó un vistazo ajustando las gafas.- Tienen sangre… ¿Hugh?- Las soltó y casi voló al baño.- ¿Qué te ha pasado? Dios…

-Me he caído de la moto…

-¿Estas bien? ¿Te duele algo? Oh, tengo que desinfectarte eso… ¿Por qué no me llamaste?- Su corazón casi se paró al ver la sangre que le escurría de la pierna.

-Porque te pondrías así… estoy bien es un rasguño nada más, solo necesito un beso.- Le sonrió. Robert se acercó y le dio un beso rápido en los labios.

-Voy a por el botiquín… ¡No quiero pensar si te pasa algo!

-Ya, nos perderíamos la cuarta temporada de House...

-No seas tonto, quiero que le den a House…- se arrodilló delante del vater donde Hugh estaba sentado- Te amo cariño, no quiero perderte…- Le abrazó y Hugh retribuyó el abrazo.

-Estoy aquí, no ha pasado nada.

-No ha pasado nada esta vez, pero cada vez que sales en moto siempre pienso lo peor. ¿Cómo ha sido?

-Un coyote...- Robert cogía una compresa con betadine y lo pasaba con suavidad sobre la herida.- uf… ¡estate quieto!

-¡Tengo que desinfectarlo!-Hugh se recostó y dejó que Robert siguiese poniéndole betadine por toda la pierna. – ¿Se cruzó en la carretera?

-Prácticamente se suicidó, intenté alejarme pero… lo atropellé. -Los ojos de Robert estaban un poco rojos y sus manos temblaban.-¿Estás bien?

-No…- las lágrimas le salieron sin esfuerzo. Soltó la compresa y ladeó el rostro de Hugh con ellas.- prométeme que tendrás más cuidado… - le acarició los labios con el pulgar.- no se que haría si te perdiera…

-Tendré cuidado…- Le quitó las gafas y le limpió las lagrimas.-…te lo prometo. Te amo Bobbie…



-Yo también te amo, mucho...- Y sus labios se unieron en un tierno beso que aplacó las lágrimas de Robert y le hizo relajarse sabiendo que por una noche más tendría a su lado al hombre de su vida sano y salvo.

15 comentários :

  1. Oh, me ha encantado. Qué ternura y esas lagrimitas. Menos mal que acabó bien para ellos esta vez, aunque no para el coyote. Pobre.

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    1. Hola Paki!! Muchas gracias! Me alegra que te haya gustado. Es un poco dramatico tambien pero termina bien *-*

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  2. Fina. mu bueno el corto y pobre coyote, mil gracias por compartir, besos, chao

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  3. Este comentário foi removido pelo autor.

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    1. Hola Bills!!
      Siempre me haces unos comentarios kilometricos, jajajaja
      muchas gracias por leerlo y me alegra que te gustara.
      Muchas gracias por hacerme publicidad a los demás relatos *-* Eres tan genialoso! Besos

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  4. O.O Que lindo, me hubiera encantado que fuera más largo...pero pensándolo mejor así tal cual es, es perfecto y me encanto :D
    muchas gracias Saito por compartirlo con nosotros ☻ ♥

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    1. Hola Yari! Si, yo creo que las historias cortas con cosas del cotidiano son muy entretenidas y siempre puedes leer algo todos los dias, incluso cuando vas apretado de tiempo. *-*

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  5. Hola, Saito!

    Me ha gustado el relato, es dulce y tierno. Y esta vez ha terminado todo bien entre los dos.

    Gracias por compartir con nosotr@s.

    Besosss

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  6. Me ha gustado, aunque podría haber esquivado al coyote y haberse caído igual, sin necesidad de que se muriera el pobre bicho. Pero la escena con Robert me ha parecido muy tierna y eso lo compensa, jajaja. Besoss.

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    1. jajaja Ya sabes que tenia que morir, porque hugh tuvo un acidente una vez y se cargó a un coyote. Entonces escribi esta historia basandome en eso. XD
      Me encanta fundamentar mis escritos en cosas realas.

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  7. QUe historia mas bonita Saito, Muy tierna, la verdad (lo confieso bajo el riesgo de estigmatizarme jajajajaja) me muero por las historias melosas, soy una romántica sin cura!!!

    Morí con la demostración de afecto y sobre todo cuidado del otro... muy lindo, un beso y gracias por compartirla...
    Un beso Grande!

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  8. Que tierno! me encanta que tenga final feliz y me gusta mucho que escribas historias inspirandote en las personas y no en los personajes.
    Besoss

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  9. Me gustó mucho esta historia!!! Me encanta en la forma que escribes y en la forma que plasmas tu inspiración Saito!!

    Besos y abrazos

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