Dean, estoy harto de sexo convencional.
La carretera parecía no tener fin. Sam suspiró y se
acomodó en su lado del asiento. Como era difícil mantenerse allí, con sus larga
piernas encogidas en un espacio tan reducido.
-Hay que parar Dean…
-Ya queda poco. Nos quedaremos unos días, jugaremos
al póker y sacaremos pasta. – Sam giró los ojos y suspiró impaciente por salir
del coche en el que estaba metido hacían ya 6 horas.
La habitación de motel que alquilaron no era mejor
que las demás… eso, cuando se vive en moteles se sabe por la simpatía de los
dueños. Este les tendió la llave frunciendo el ceño y refunfuñó algo que Sam no
llegó a escuchar.
Al entrar barrió con la mirada la horrible
decoración verde de la habitación. No deshizo la maleta, tan solo la dejó junto
a la puerta y se tiró sobre la cama estirándose como un gato. Dean entró al
baño y cuando salió empezó a buscar algo dentro de su maleta, sacando toda la
ropa de forma descuidada.
-¿Y ya está?- preguntó sin mirarle, obviamente
seguía buscando algo ahora en los bolsillos de su cazadora.
-Sí.
-¿Vas a quedarte ahí?
-Humm mmm- Asintió con un murmullo colocando los
brazos detrás de la cabeza.-.. y tú también…
-Ah, no lo creo. Cerveza y póker Sammy…
-Yo creo que si…- murmuró bajando la mano despacio,
dejándola deslizar por su cuerpo, tanteando sus músculos hasta llegar a su
vientre. La metió por debajo de la camisa a cuadros que llevaba puesta. Esto
fue lo suficiente para atraer la atención de Dean que detuvo su búsqueda y le
miró tragando saliva.
Durante años habían tenido sexo, desde que Sam y
Dean dejaron atrás la adolescencia, siempre mientras John los dejaba solos y se
iba de cazaría. Dean siempre había sido él más pervertido, el que le enseñaba
todo a su hermano… cosas deliciosas y que les ocuparía el tiempo. Pero con el
tiempo dejó de ser un juego y empezó a ser una necesidad.
Había sexo con chicas… si, pero era sexo. Solo eso.
Después había las noches de Sam y las noches de Dean… Las noches de Sam eran
tiernas, nunca rudas, nunca como si fuese una puta. Las noches de Dean eran
otra historia…
Sam nunca solía hacerle esa clase de adelantos, Sam
era más recatado solía sonreírle con timidez, o coger su mano mientras veían la
tele…
-Sam…
-Hmm Dean ¿sabes cuánto tiempo llevamos sin
hacerlo?- ¿Si lo sabía? Claro que lo sabía… - Una semana…- se lamió los labios
e empezó a desabrocharse la camisa.-… una larga semana…
Dean se acercó a Sam y se dedicó a mirar cómo se
acariciaba sobre la cama. Joder, como era sensual… siempre lo había sido,
obsceno y sensual.
Sam tembló sintiendo sus propias manos rozar sus
pezones y separó los labios antes de soltar un gemido apagado y continuar:
-Una semana sin tenerte dentro de mi Dean… es una
tortura. Estuve deseando todo el día que aparcases el puto coche y me follases
contra el maletero…- Siempre había tenido una boca muy hábil, lo suficiente
como para dejar a Dean pulsando bajo los vaqueros.
-Dios, quítate los pantalones!- Ordenó el más viejo
quitándose la chaqueta y la camiseta de un tirón.
-No… quiero jugar Dean.- La piel de sus brazos de le
erizó. Esto escapaba a todas las categorías de sexo con Sam que tenía organizadas
en su mente. Era como una noche Dean pero pedida por Sam. Frunció el ceño, esto
era un nivel desconocido y temió meter la pata.
-¿A qué quieres jugar?
-Joder… ¡no puedes cargarte más el ambiente!- Gruño Sam.
Había metido la pata…
-Ok.- Dean se quitó las botas y las tiró lejos- Yo
decidiré el juego, si crees que no puedes seguirlo di “Bobby”.
-¿Bobby?- Dean sonrió pícaro ante el asombro de su
hermano.
-Sí, muy seguramente me cortará el rollo de un tirón…-
Sam se puso de rodillas en la cama y atrajo a Dean hacia su cuerpo metiendo los
dedos en el cinturón. – ¿Te gusta?
-Me gusta lo que hay debajo…- Dijo sin pudor
juntando sus cinturas y empezando a desabrocharle la bragueta- Dean… estoy harto
de sexo convencional…
-Sammy hasta ahora no está siendo convencional... Me
estoy follando a mi…
-Cierra el pico- tiró más fuerte de la bragueta.-
Quiero…
-¡Ya sé que quieres!- Le empujó de vuelta a la cama
y se quitó el cinturón de un gesto. Después gateó sobre el cuerpo de Sam y se
sentó sobre su vientre.- ¡Quieres que te trate como a una puta! - Levantó sus
brazos y se los ató con el cinturón a la cama.- ¿Quieres que te trate como a
una puta Sammy?- Sujetó su mentón antes de lamerle los labios separados y rojos.
Sam sabía a chicle de fresa y a pecado.
Dean no se molestó en terminar de desbrochar la
camisa tan solo tiró de las puntas y los botones volaron por la habitación
exponiendo el pecho musculoso de Sam.
-¿Vas a castigarme Dean…? Porque quiero que me
castigues…- Terminó con un gemido audible al sentir los dedos de su hermano
pellizcar sus pezones y rodarlos mientras buscaba follar su boca con la lengua.
Dean sonrió moviendo sus caderas sobre la ingle del
joven. Sam parecía disfrutar pero esto no era un castigo… así que decidido a
complacer a su hermano se levantó llevándose con él los pantalones y los
calzoncillos. No había imagen más caliente que aquella, Sam de piernas abiertas,
brazos atados como una virgen en un ritual satánico.
¿Era eso lo que quería Sam? ¿Sentirse atrapado?
¿Dominado con rudeza? El pensamiento hizo si bajo vientre arder. Miro a su
alrededor y sonrió al encontrar sobre la mesita justo al lado de la puerta una
vela verde. Era gruesa y tenía un exquisito olor a limón.
Le daría el ritual satánico que tanto deseaba… Se
lamió los labios encendiendo la vela y sentándose de nuevo sobre la ingle de
Sam.
-Quiero oírte gemir Sammy…- y lo oyó, cuando las
gotas de cera caliente cayeron sobre el pezón derecho de su hermano. Sam contuvo
la respiración y apretó las gradas de la
cama entre los dedos.
Dean siguió su labor, esta vez dejando caer la cera
sobre el otro pezón. Esto realmente parecía excitar a Sam que se mordía el
labio inferior y movía las caderas aprisionadas.
-oh…Dean… - El más viejo arrancó la cera seca con
suavidad y apretó los pezones sensibles con las yemas de los dedos. Sam sacudió
todo el cuerpo por la intensidad de las sensaciones… lloriqueó cuando Dean
metió uno de los pezones entre los lamios y lo mordió con una sonrisa pícara en
los labios.
Apagó la dichosa vela y bajó por el cuerpo de Sam,
besando, mordiendo, dejando un rastro de saliva hasta llegar a las caderas. El
pene de Sam estaba enorme, sudado y con las venas pulsantes e ansiosas.
Se arqueó cuando Dean lo recorrió con la lengua y
murmuró algo sobre dejarle caer unas cuantas gotas de cera caliente sobre el
glande… pero lo que sintió fueron los dedos de Dean meterse en la raja de su
culo, abriéndolo, explorándolo, acariciándole por dentro.
Después su boca bajó a sus huevos, enterrando su
nariz en el vello de Sam. Separó las montañas de carne firme de su culo lubricó
el ano con la lengua sintiendo las contracciones del músculo impaciente,
follandole lentamente y saboreando cada uno de los pliegues de su piel.
-Dean… Dean…- y Dean le penetró con la gruesa vela.
Centímetro tras centímetro distendiendo su ano tembloroso al tiempo que Dean
dejaba caer saliva sobre él para ayudar en la penetración.
-Puedes con él Sammy… ya casi está todo…
-Es… oh Dios… muy grueso… necesito orinar…- jadeó
sintiendo la presión del enorme objeto en su interior.
-Ni se te ocurra!- murmuró dando un lametazo en el
olvidado pene de Sam. – Estás tan sexy…
Unos empujones más y la vela entró por completo. Sam
movía las caderas en un ritmo desesperado. Enseguida Dean se lamio la palma de la mano y volvió
a masturbar a Sam quien soltó varios lloriqueos.
-Empuja…- pidió Dean acariciando el ano con la otra
mano.
Sam cerró los ojos e hizo como se le pedía,
agarrándose más fuerte aun de las gradas hasta que la vela empezó a salir
lentamente.
-Ohh.. Dean…
-Más… - dijo y continuó jugueteando con el líquido
pre seminal que le salía casi a chorro. Su propia polla, olvidada bajo los
pantalones lo estaba dejando todo pringoso, ver a Sam así, era lo más sexy que
jamás habían hecho.
La vela salió y el ano de Sam se quedó abierto, pero
insatisfecho.
-Joder!- Dean pegó un bote, carcomido por la
ansiedad, se colocó entre sus piernas y le penetró agarrándole de las caderas
con rudeza. Al día siguiente Sam, su Sammy estaría lleno de moratones pero le
dio igual, embistió con fuerza, sintiendo el interior suave del más joven
aprisionar su polla.
Echó la cabeza hacia atrás y cerró los dientes
luchando contra las ganas de correrse. No quería que terminase ya…
Sam gemía, alto, sin importarle que fueran dos
hombres en una habitación de motel, y gemía como una puta. De forma lánguida y
constante, al ritmo de cada embestida dura.
-Dean… no puedo… no puedo más…- Su polla babeante
chocaba contra el vientre de Dean a cada empujón y su próstata era golpeada más y más rápido. Estaba cada
vez más mojado, sintiendo como ya escurría de su interior el jugo pre orgásmico
de Dean.
Dean gruñía cogiéndole ahora de sus muslos,
forzándolos a estar bien abiertos para poder llegar bien fondo. Aunque quisiese
durar mucho, no pudo, sam era demasiado bueno, le excitaba demasiado…
Su orgasmo empezó con una embestida más fuerte, le
recorrió por entero, le hizo sostener la respiración y correrse dentro de Sam,
bien fondo, bien adentro, sin despegar sus caderas de las de su hermano.
Sam sintió el liquido caliente recorrer su interior,
y los dedos de Dean una vez más apretando sus pezones sensibles y la otra mano
bombear su polla.
No hizo falta más que dos estocadas y Sam se arqueó
gimiendo con intensidad al tiempo que un chorro de semen cubría su abdomen y
pecho.
Dean empujó una vez más sus caderas, asegurándose de
que toda su corrida quedaba en el interior de Sam y se retiró con suavidad para
no desperdiciar ni una gota. Después, volvió acariciar los pezones de Sam con
su semen y los apretó un poco más, hasta escuchar un gemido agotado.
-Espero que te haya gustado el castigo…- Le soltó
las manos y Sam le miró exhausto y sin fuerzas. – Estoy deseando que te
recuperes… para que me castigues por lo que te hice…
Si, por favor! Ahora una historia en la que Sam castigue a Dean. Gran historia, muchas gracias.
ResponderEliminarHola! Sii la tengo en mente, muy pronto os la traeré! Y otras más!! Muchas gracias por leerme!
EliminarUff, Saito, cuando me dijiste que pensabas hacer esta historia, no pensé que me iba a parecer tan excitante, porque ya sabes que no soy fan del wincest, pero la verdad es que me ha gustado y mucho, jajaja. Besosss.
ResponderEliminarinu, a los pocos te harás fan del wincest! jajajaj conseguiré domarte!! XD
EliminarDios esta muy buenaaaaaaaaaaa, ijiji quiero másssss.
ResponderEliminarMe encanto, besos Saito
XD uf muchas gracias linda! Vuestros comentarios siempre tan fieles son muy importantes! Me dan mucha alegria! gracias!
EliminarWoow me encantó!! espero que sigas así! ahora solo ha esperar más de esto. Besoos!
ResponderEliminarMuchas gracias Elonoe! Me alegra mucho que te haya gustado!!
EliminarWaw! estuvo increible!
ResponderEliminareXcelente trabajo Saito como siempre!
Hola Saito: que te hizo el pobre de Sam? Pensé que no volveríamos a saber de nada de esa vela!, que se derretiría allí. Estuve conteniendo el aliento hasta que reapareció! Jajajaja Me encanta tu creatividad, tus ideas son originales. Besos
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