CAPITULO Tercero
OSCURO PASADO
E
|
l silencio a su alrededor contrastaba
con los gritos que oía en su sueño. Durante algunos instantes se quedó inmóvil,
mientras el recuerdo del sueño llenaba cada partícula de su cerebro. Por fin,
incapaz de soportar aquella tortura se levantó y se puso las gafas.
Vistió su albornoz y salió por el retrato de la Dama Gorda mientras ella
roncaba con sonoridad. Bajó las escaleras arrastrando los pies. La cicatriz le
quemaba con un dolor agudo y penetrante. La mirada nublada no le dejaba ver con
claridad el pasillo por el que caminaba.
Se cogió de la pared y se detuvo un instante recobrándose de su respiración agitada. El dolor parecía más agudo ahora, como si un
puñal tratase de traspasarle el cráneo. Cerró los dientes con fuerza intentando
aguantar un poco más, pero sus piernas no respondían. Se sintió desfallecer.
Esperó entre gemidos sentir el embate
de su cuerpo contra la alfombra que revestía los suelos de la torre.
En lugar de eso dos brazos ampararon su caída.
- ¿Qué hace a estas horas aquí, Sr. Potter?
-… No me encuentro bien…- reunió fuerzas para decir antes de perder el
sentido.
Su consciencia empezó a volver y con
ella un mundo de sensaciones. A poco y poco los olores fueres de la habitación
le traían de vuelta. Lo primero que sintió fue una agradable sensación de
confort y calor, después se dio cuenta de que lo gritos habían cesado dando
lugar al suave sonido de pasos.
Abrió los ojos con lentitud. Aquel techo era desconocido.
-¿Dónde estoy?
-Veo que ha recuperado la consciencia, empezaba a creer que se había
muerto… lo que llenaría de tedio mi verano, sin poder… enseñarle Oclumancia.-
Dijeron unos labios ácidos.
-¿Porqué estoy aquí?
-Se desmayó en el pasillo, ¿no lo recuerda? Por suerte yo me dirigía a la
Torre de astronomía y le vi. ¿Cómo se siente?- El profesor se acercó a la cama
y se sentó en una silla justo al lado.
-¿Porqué no me llevo a la enfermería? ¿Dónde estoy?- insistió.
-Está en mis aposentos, Potter. La madam Pomfrey ha salido, a una
conferencia en San. Mungus. – Harry suspiró. Snape le había ayudado, ¿por qué? –
No crea que me hace ilusión, pero no podría dejar al chico de oro, desmayado en
un pasillo. Dumbledore me despediría enseguida.
-¿Me está leyendo la mente?- Murmuró el gryffindor sentándose en la cama.
-No hace falta, usted piensa tan alto que solo un sordo no lo oiría.- Harry
miró desconcertado y comentó:
-Puede que Dumbledore confíe en usted, pero yo no!
-No pretendo ni deseo que lo haga. Será mejor que duerma ahí esta noche, no
vaya a ser que la estrella de Hogwarts vuelva a desmayarse.- Se levantó y salió
tras echarle una mirada de reprobación.
Volvió a su sala, oscura, fría y húmeda.
Su cómoda mazmorra. Era allí solo donde su mente se despejaba y dejaba
fluir con coherencia sus pensamientos.
Cierto, Dumbledore no había comentado al chico su brillante plan de
dejarles solos en Hogwarts durante todo el verano. Pensó en lo muy irónica que
se convertía la situación. ¿Qué pretendía al final? ¿Qué se matasen entre
ellos? Casi seguramente ese chico le haría perder los nervios y algún día
caerían accidentalmente alunas gotas de alguna poción mortal en su zumo de
calabaza.
*
-Empezaremos por entrenar concentración y sensaciones. Tiene que mantener
la calma y la serenidad ante mis embestidas. Después cuando pueda controlar
eso, pasaremos a la segunda fase. ¿Me ha comprendido?
-¿Y eso que tiene que ver con leer la mente?
-Nuestras emociones nos traicionan. Tiene que aprender a esconderlas antes
de aprender a ocultar lo que piensa. Las emociones son un reflejo de los
pensamientos. Trabajaremos de afuera hacía dentro. ¿Lo ha entendido ahora?
-Si, señor.- Contestó. Sus labios se cerraron en una fina línea adoptando
una expresión neutra.
-¿Tiene unos labios muy apetitosos? – Sus ojos se abrieron como platos y su
piel blanca se tornó rosada en las mejillas. Snape casi se rió al escuchar el
ahogado, no. – Concéntrese! Y quite las
manos de la cara!
-Qué estúpido! – suspiró volviendo a relajarse.
-Es necesario! Bien… ¿Sabe que tiene
un cuerpo delicioso también?- Horrorizado, en shock, así es como se quedó
después de la última pregunta.
El chico obedeció reluctante.
Severus rió interiormente, hacía tiempo que no se divertía tanto.
-¿Aún es virgen?- Nada
-¿Le gusta como
le mira su amigo Smith?- Nada. Estaba casi impresionado cuando…- ¿Qué cosas
indecorosas hace en la ducha? Me pareció oír algo hoy mientras se duchaba… ¿un
gemido?
El chico se
sonrojó. Severus apartó la mirada, casi sonrojado también con el sucio
pensamiento.
-Eres un sádico!
¿Cómo va a saber lo que hago en la ducha?!
-Ese no es el
meollo de la cuestión. Concéntrese!
-Este es el tema!
No me gustan estas clases y no pienso seguir con ellas!
-¿El gran Potter
tiene miedo de que su malo profesor de pociones descubra que se masturba en el
baño?
-No, quizás yo no quiera esconder mis emociones, ni convertirme en un
hombre sádico y asqueroso como mi malo profesor de pociones!- escupió en un
tono frío. Se sintió defraudado, herido. Pero no debería sentir eso, ¿verdad?
Siguió la mirada del chico que atravesaba el espacio, recorría la punta de
su zapato y subía por sus piernas hasta detenerse en sus manos cerradas sobre
su regazo.
-¿Qué miras Potter? No es educado mirar así a la gente. - sus ojos se
clavaron duros en los de Snape.
-No crea que no se cómo se juega a esto… - Una sonrisa traviesa se dibujó
en los labios del joven alumno suavizando su mirada verde e intensa, intentaba
leer algo en sus diminutos ojos castaños.
“Dios, estoy creando un monstruo!...”
Pensó apartando su misma mirada.
-Cuidado Potter, creeré que trata de imaginarme desnudo…- Nada, ni un rubor
en las mejillas del menor. – Deja de mirarme así!
-¿Cómo sabe que le miro? ¿A que mirada se refiere?- Dijo sin cambiar su
expresión facial. – ¿Nunca le han mirado con deseo? Eso es porque es feo y
grasiento…
Las palabras de Harry se clavaron como un puñal en su corazón. Bueno, no
había dicho ninguna mentira. Sabía bien lo que veía en el espejo cada mañana.
Luchó con la rabia y le miró impasible.
-Cuidado Snape, creeré que trata de imaginarme desnudo!...- susurró
provocativamente.
-No lo creo. – “Vale, ¿esto es lo
mejor que sabes hacer?”
-Vamos profesor, yo se que lo hace… y me desea…
-Aunque sea difícil para usted creérselo, hay personas que no se sienten
atraídas por su fama.
-Claro. Pero no hablamos de cualquier persona. Hablamos de usted. Aunque yo
siempre me he preguntado, ¿Qué clase de cosas indecorosas hace después de la
media noche? ¿Se masturba en el baño?
-La clase acaba aquí.- Gruñó furioso.
-¿Esta enfadado? Debería controlar sus emociones… ¿o es que no puede resistir a mi fama?-
siguió con las embestidas. Snape le mostró una más de sus sonrisas irónicas,
quizás una de las mejores de su repertorio.
-Mañana a la misma hora.
-¿Mañana??! Se supone que estoy de vacaciones!
-Bueno, se supone que ya no… A la misma hora. Buenas tardes!
-¿Profesor Snape?... Gracias por ayudarme por la noche. – Dijo antes de
salir por el hueco del retrato del caballo.
Debería decir algo después de esto, replicarle que siempre iba saltándose
las normas, pero no pudo. Solo se percató de que el muchacho le había sonreído.
“… es porque es feo y grasiento…”
Recordó. Con eso siguieron otros pensamientos:
-Severus, ¿sabes cuantos
hombres lo darían todo por compartir mi cama? ¿Por sentir mi cuerpo rozar el
suyo?- preguntó el joven y poderoso amo de los Mortifagos.
-Si, amo.
-Perfecto. ¿Entonces sabes
lo privilegiado que eres? Deberías estar orgulloso de ser mi pequeña puta…
Porque, con lo feo que eres nadie te querrá nunca…
-Lo estoy, mi señor.
-Los feos como tu corren el
riesgo de nunca sentir placer o calor de otro ser humano.- Levantó una ceja.-
Pero yo soy un buen amo.
El Lord de las Tinieblas
sujetó su barbilla con dedos fríos antes de embestir con su lengua contra la boca entreabierta de
su esclavo. Le gustaba la miel que probaba de la boca de Severus y eso le obligaba
a chupar y a lamer más toda la extensión de los suaves labios. Sintió la
escurridiza y cautelosa lengua tocar la
suya como probando hasta donde podría avanzar. Voldemort succionó el caliente
órgano hacia su propia boca y se quedó
mamando de el durante unos instantes.
Un hilo de saliva escapaba
entre sus bocas.
Ya no estaba seguro de querer que esas cosas volviesen a pasar. Cada día
que se arrastraba, parecía nacer solo con la intención de recordarle que su amo
había renacido. “?Acaso este no es el destino que buscaste? ¿Qué clase de cosas
indecorosas hago después de la media noche?...” Apartó la mirada de las
llamas.
-Fóllale Lucius… quiero
verlo.- Murmuró Lord Voldemort acariciando Nagini sobre su regazo.
El pelo rubio de Malfoy brilló
cuando la capa resbaló de su cabeza y le
cayó a los pies. Estaba desnudo a excepción de unas botas de cuero negro.
Sonrojado, Severus cayó de
rodillas en el suelo y lamió una de sus botas, recorriendo el cuero, dejando un
rastro de saliva.
-Ven aquí!- le regañó
tirándole del pelo sin la más mínima pena.
-Lucius…- Gimió de dolor.
-Cállate, has oído al amo.
Reclínate y separa las piernas!
-Lucius!...- Abrió los ojos
como platos. El rubio era enorme. No habría forma de prepararse en tan poco
tiempo y solo con saliva. Sintió una ola de miedo apoderarse de su delgado
cuerpo. Su inconsciente le decía que ya conocía ese dolor… podría soportarlo.
-Date prisa Severus, estoy
impacientándome!- Dijo Voldemort acomodando mejor sus piernas en el sillón.
Suspiró resignado. Metió dos
dedos en la boca y los llenó de saliva. Después, se relajó tanto cuanto pudo
antes de meterlos de una vez en su apretado anillo.
-Oh…
-Ya está bien, abre las
piernas!- Insistió Lucius.
La polla de Lucius se metió
por el apretado culo de Severus arrancando de su garganta un descomunal
aullido.
Lucius le dañaba
horrorosamente, obligándole a eyacular tres veces antes de detener la tortura.
Una vez abierto y expuesto Lord Voldemort se quedó mirando su agujero abierto y
lleno de semen durante varios minutos, esperando con paciencia verlo cerrarse.
Lo acarició con un dedo antes de lamerlo.
No recordaba mucho más de eso. Además no quería pensar más en su pasado
pero las imágenes le asaltaban una tras otra como una película sin stop.
Eso no solo era indecoroso era ultrajante y humillante.
*
Recorrió con el dedo índice la amarilleada página del manual de tapas
gruesas que Snape dejara sobre la mesa.
-¿Está seguro de que aquí hay información sobre Oclumancia?- El mayor levantó
la vista del libro en el que había metido la nariz horas atrás. Le observó sin paciencia.
-Quizás si empieza a leer en lugar de saltarse entre paginas descubriría
muchos conocimientos!
-Ya, pero si el libro es de Oclumancia debería estar explicito.
-La holgazanería no es la mejor arma de un mago… el libro NO es de
Oclumancia. Es un manual de Defensa contra las artes Oscuras.
-Yo no soy Holgazán!
-Creo Sr. Potter que es una divergencia de opiniones…- Volvió al libro-Mire
sobre la pagina 150. Están las técnicas de relajación mental. Léalas con
atención y póngalas en práctica antes de que empecemos la clase.
Aun con la explicación del profesor tardó unos instantes en encontrar la
materia que buscaba.
CAPITULO XII- RELAJACION
MENTAL
En
este capitulo trataremos de las diferentes técnicas que se pueden usar para
conseguir estados de relajación ideales para trabajar la mente.
Suponiendo que la mente y
los estados mentales están relacionados directamente con lo que es físico y
corpóreo entonces, podremos investigar la relación de la mente/cuerpo a través
de las sensaciones y formas de estar.
Relacionemos entonces los estímulos
con el comportamiento:
Por ejemplo la provocación como papel causal. El papel
causal determinará el comportamiento y el estado mental futuro. (…)
(…) Herramientas de la
técnica:
Respiración
Relajación
La respiración implica todo
el cuerpo y a todos los músculos (…)
Cambió impacientemente la página y volvió a leer donde ponía:
(…) si practicamos
habitualmente conseguiremos alcanzar la capacidad de modular esferas
relacionadas con situaciones que provocan estados de tensión muscular física.
Iniciación de la práctica:
Cómodamente cierra los ojos
y toma consciencia de tu respiración (…)
Se rascó las palmas de las manos. “Qué
rollo!” pensó. Ese libro le parecía una completa perdida de tiempo. Hizo
una pausa y por fin se decidió y cerró el manual.
-¿Ya lo ha leído? – Quiso saber frunciendo el entrecejo. “Demasiado rápido para ser verdad…”
-Si y no. No entiendo una palabra. Demasiado filosófico. Preferiría que me
lo explicase, si no le importa. – Un suspiro sonoro se escapó de los labios
entreabiertos del profesor que hizo señal para que cambiase su asiento por un
sillón delante del suyo.
Cerró su mismo libro y cruzó los dedos sobre él, observando al niño que
tenia ahora delante cuyos pies rozaban el suelo. Si, Harry solo era un niño.
Frágil, triste, inocente.
-Bien, hará lo que le diga. Recueste su cuerpo en el sillón y cierre los
ojos… Ahora inspire por la nariz lenta y profundamente contando hasta cinco
para usted. Contenga la respiración tan
solo un segundo y expire despacio contando de nuevo hasta cinco. Repítalo hasta
que se sienta relajado. – Concluyó cerrando sus labios en una fina línea.
Harry inspiró y expiró de la forma adecuada durante un corto periodo de
tiempo. Sintió su cuerpo relajarse y su mente tranquilizarse. Hasta podría
arriesgarse a decir que se sentía cómodo en la mazmorra. Cuando abrió los ojos
su profesor mantenía el mismo y eterno semblante serio.
-Tal y como leyó, debe hacer este ejercicio cada día… si no lo practica
créame, lo sabré. Ahora empecemos con el bloqueo mental. Le enseñaré algunas
técnicas, pero antes dígame, ¿cómo siguen sus pesadillas?
-Mal.
-¿Ayer volvió a soñar?
-Si, pero soñé algo distinto esta vez. No fue la clase de sueño al que
estoy acostumbrado, ya sabe…
-No tengo ni idea. ¿A que se refiere?
-A que estoy acostumbrado a soñar con cosas que Lord Voldemort está
haciendo, o memorias suyas… Pero esta noche soñé con usted…- las mejillas del
chico se ruborizaron al instante.
-¿Qué pasaba en el sueño?- insistió con mirada firme.
-…yo no me acuerdo.- Apartó la mirada dirigiéndola al suelo.
-Fingiré que me lo he creído.
-Lo siento, yo…
-Pues no lo haga. Me irrita que se pase el día pidiendo disculpas por
todo.- Cortó.
-Por eso de los sueños he pensado que usted podría darme una poción para
dormir sin sueños…
-Se la daré si me dice que clase de cosas hacia en su sueño, Potter. – El
muchacho no pudo controlar su vergüenza y sus mejillas le delataron una vez
más.
-Le recuerdo que se concentre y relaje su mente. ¿Cuántas veces hemos
hablado de ello?
-Lo siento señor…- Bajó la mirada y añadió.- Quiero disculparme por lo de
ayer.
-¿Ah si? Un detalle muy Gryffindor de su parte.
-Se que intenta ayudarme, aunque nos odiemos… Intentaré comportarme.- La
vergüenza y el arrepentimiento de haberse comportado como un niño mal criado le
pesó en la conciencia durante el resto de la tarde anterior. Era como si el
odio que sentía por Snape estuviese
derritiéndose.
El hombre se levantó grácilmente del sillón y buscó en su estantería una
botella que a la luz de las velas le pareció a Harry contener un líquido verde.
Se lo entregó juntamente con un libro grueso negro de esquinas bordadas en estaño.
-La poción. Lea este libro antes de acostarse y repita el ejercicio de
relajación que practicó ahora. Buenas noches Sr. Potter.
Me gusta el avance la historia... imagino que pudo soñar Harry pero no quiero adelantarme y equivocarme jajajaj Un besoo :)
ResponderEliminarjajaja no lo digasss XD No se puede decir, es un secreto de Harry XD
EliminarFina. WWWUUUAAAUUUU Saito esta mejor que si lo escribiera la autora de Harry Potter, Felicidades Saito. cada dia esta mas interesante, besos, chao
ResponderEliminarNoo, solo esta normalo! Ademas ya lo escribi hace mucho =O
EliminarTiene que mantener la calma y la serenidad ante mis embestidas....y yo con cara de What!!!??? tan pronto!!! ??? pero eran otra clase de "embestidas" XD!!! muchas gracias por el capi Saito, que tengas una linda semana<3
ResponderEliminarXd si pero eran embestidas sicologicas! XD
EliminarNo seas asii ajjaja
Los capitulos van seguiditos, que bien! esto ya va por el buen camino, los dos solos, Severus queriendo borrar malas experiencias, Harry viendole con nuevos ojos...
ResponderEliminarGracias Saito, no puedo esperar para el próximo, se viene los mejor!.
Besos
Gracias Mariag, creo que te gustara. ;)
EliminarPobre Harry, lo que debe haber soñado!, necesitamos dibujos explicando el sueño de Harry, cuanto más detallados mejor, digo,para opinar con conocimiento de causa. . Muy buen capítulo, muchas gracias.
ResponderEliminarjajaj bueno no se, pero buscare algunos dibujos detallados para vuestro deleite, XD
EliminarMe ha gustado el capítulo, se está poniendo muy interesante y me has dejado con ganas de más. Pero no te olvides de Stellar que quiero leer el final de la primera parte... Besosss.
ResponderEliminarNo me olvido, esta en progreso. en realidad quiero terminarlo porque tengo ganas de empezar el 2 con los nombres nuevos =O
Eliminar¡ME GUSTA MUCHO COMO ESTÁ TRANSCURRIENDO ESTE RELATO! NO TE DETENGAS, QUE ESTÁ MUY INTERESANTE. UN ABRAZO
ResponderEliminarmuchas gracias Camilalo! Me alegra que lo sigas!
ResponderEliminar