Amor efecto secundario capitulo 10

Capitulo 10

Trato hecho

Wilson logró llegar antes de las 11. Tenía bastantes pacientes ya esperándole. Pidió perdón bastante abochornado.

Siempre hablaba con los pacientes intentando transmitirles esperanza, aliento que les ayudase a seguir con su vida. Les miraba y tan solo no escuchaba nada de lo que decían, en sus oídos solo retumbaban aún los gemidos y las palabras de la noche anterior.

House le había pedido que durmiese en su cama… bueno, no había pedido, House nunca pide nada.  Horas de descanso conversando, en realidad le había agradado bastante la idea de él y Greg manteniendo conversaciones en la cama, después besos, caricias, gemidos, sexo… De pensar en ello la sangre en su cuerpo se licuaba demasiado y corría más rápido.

Al acercarse la hora de la comida terminó con los pacientes y llamó al despacho de House.

-Cameron…

-Oh.. Cameron, soy Wilson, ¿me pones con House?

-mm, no ha llegado todavía.

-¿Qué?

-Cuddy ya le ha llamado y él le dijo que estaba durmiendo. Una mala noche por la pierna, creo.

-Sí, puede que sea eso. Gracias.- Colgó el teléfono. House era un remolón de cuidado.

Sonrió, menuda nochecita… no le extrañaba que quisiese quedarse en la cama.

Se levantó y bajó a la farmacia. Le llevaría un frasco de Vicodin o por la noche estaría insoportable. Le tendió la receta al farmacéutico.

-Perdone Doctor Wilson pero no puedo ponerle eso, usted no puede prescribir ningún fármaco. Su licencia ha sido suspendida por la DA. Está bajo investigación.

-¿Qué?!- Wilson recogió la receta y dio media vuelta hacía la oficina de Cuddy. Llamó antes de pasar.

-Doctor Wilson, perdone que no le haya avisado pero estaba aquí reunida con el Detective Tritter…

El oncólogo le miró de reojo doblando la receta y metiéndola en el bolsillo de la bata.

-Buenas tardes.- Saludó con una pizca de mal humor evidente en su tono de voz.

-El detective Tritter dice que le hablará de la investigación…- Cuddy le echó una mirada de: Intenta negociar un trato con él!

El hombre se acercó a Wilson. Su mirada era dura y James tuvo la impresión de que le evaluaba. Quizás como cómplice de House, como su protector o alguna otra cosa que no pudo averiguar.

-Dr. Wilson, siento mucho que su trabajo se vea comprometido, pero como debe comprender yo tengo que hacer el mío y… creo que si todos cooperamos, todo esto se resolverá lo antes posible.

-Bien.- Contestó.- Estaré disponible para todo lo que quiera preguntarme.

El policía miró a Cuddy por unos instantes y después dijo:

-Estoy seguro que si e intentará proteger a su mejor amigo… aún así le interrogaré. Hay algunas cosas que quiero que vea.

La mujer se sentó en su escritorio y se mantuvo en silencio.

-House es, aparte de un gran amigo, un gran medico. No es ningún toxicómano que va por ahí repartiendo pastillas. Tiene un problema. El dolor de su pierna es crónico y solo se hace manejable…

-Según me he informado, hay más formas de manejarlo. Pero yo sospecho que el dolor del Doctor House se llama Síndrome de Abstinencia. – Le cortó. Wilson cerró los ojos por segundos. No podía rebatir esa información porque en parte era verdad. Necesitaría pensar en algo.- Ya le llamaré para acordar el interrogatorio… Muchas gracias Doctora por su disponibilidad, Dr. Wilson…

Salió del despacho sin decir nada más. Wilson se sentó en la silla delante de Cuddy.

-¿Qué pasó?- Frunció el ceño.

-Quería saber quien eran todos los amigos de House.

-¿Qué le dijiste?

-La verdad… que no tiene amigos.- Wilson la miró de reojo.

-Yo soy su amigo!

-Tú eres su amante!

-Y amigo!

-Bueno, ya te va a interrogar de todos modos!- protestó Cuddy.- No se que hacer, no se como ayudar a House.

-Buscaremos un plan cuando las cosas evolucionen más.

-sí, seguiremos con eso de compañeros en el crimen.- Dijo refiriéndose a todas las veces que habían conspirado juntos contra él.

-Oye, ¿sabes por qué no vino a trabajar?

-Ni idea.- Contestó Wilson. Una mentira piadosa. De todos modos no le apetecía contarle detalles de su intimidad.

-Miénteme que me gusta… necesitabas algo importante de la farmacia?

-Sí, Vicodin para House.

Siguió trabajando toda la tarde, asistió a varias reuniones e hizo varias horas de clínica, algunas incluso de House. Sobre las 6 recibió un mensaje del detective Tritter acordando un pequeño interrogatorio. Tuvo que aceptar y le citó en su hotel, lejos de los ojos de los curiosos del hospital, que podrían pasarse el día detrás de la puerta de un despacho, si el asunto que se debatía en su interior fuese lo suficientemente excitante. La detención de House, lo era. ¿Quien no quería burlarse un poco a costas del hombre que se burlaba todos los días de ellos?

Marcó el número de la casa de House:

-Coge el teléfono House…- dijo y al cabo de unos segundos escuchó como alguien descolgaba el auricular.

-Trae cerveza.

-mmm… llegaré un poco tarde, voy a coger unas cosas a mi casa.

-Hotel.- comentó con un horrible tono sarcástico.

-¿Va todo bien?

-Iba, me interrumpiste un programa en la fox…- Wilson giró los ojos enojado.

-Bueno, te veo luego.

-Trae cerveza!- Le colgó. Wilson resopló. Qué difícil se hacía a veces su convivencia… pero recordó lo maravilloso que era dormir a su lado, con sus pieles tocándose… lo mucho que se divertía cuando House decidía no estar en una fase de bordaría con él y se burlaban juntos de los demás.

Se levantó y recogió sus cosas. Se acercaba la hora de la charla. Quería que terminase rápido para poder volver a los brazos de House. Sonrió como un imbecil. Era el hombre más feliz del mundo.

Cuando llegó a la recepción de su hotel el detective tritter ya le esperaba y subieron juntos a su habitación.

El policía parecía increíblemente satisfecho con algo, tenía en sus ojos un brillo pícaro cuando despejó sobre la mesita junto a la ventana un montón de papeles.

-Usted es el mejor amigo del Doctor House, ¿no es así?

-Sí, así es.- Wilson cogió una silla y se sentó. Tritter permaneció de pié como un inquisidor.

-¿Cuánto tiempo hace que se conocen?

-mmm… unos 10 años.- Contestó.

-¿Cuántas recetas le prescribe a la semana?

-Depende… el dolor es variable pueden ser 3 o 4. Pero eso depende…

-Quiero que mire estas recetas- Le cortó y le tendió los papeles.- quiero que me diga quien las prescribió.

Wilson miró con detenimiento los varios papeles de recetas y al cabo de varios segundos  dijo:

-Yo. Todas son mías.

-¿Está seguro?- El detective frunció el ceño.

-Sí, segurísimo.

-¿Todas, todas?- repitió.- Fíjese que esta firma no concuerda con las demás…-Entonces los ojos de James se abrieron como platos. Intentó disfrazar su asombro pero Tritter se dio cuenta. Era policía hacían demasiados años como para pasar por alto su reacción. – Piénselo bien antes de contestarme… no queremos convertirle en cómplice ¿verdad?

-No hace falta- Tragó saliva- Todas son mías.

House le había traicionado! Le había robado una receta de Vicodin! ¿Por qué nunca se le había pasado por la cabeza que pudiese hacer algo así? Aunque al mismo tiempo tampoco sabía porque estaba tan admirado… era exactamente la clase de cosa que House haría.

-Oiga…- Tritter le sacó los papeles de las manos ignorando su actual estado de shock- podemos hacer un trato… Ambos sabemos que el Doctor House es culpable pero yo estoy dispuesto a olvidarme de todo esto.

-¿Qué quiere?

-Hagamos un trato provechoso para ambos…- los dedos de Tritter acariciaron su mejilla. – Yo me olvido de todo este incidente si usted…- se lamió los labios.

-No puede estar hablando en serio!- Apartó su rostro. Aquella era una insinuación bastante obvia.

-Bueno está en sus manos.- Empezó a guardar los papeles en una carpeta dejándole espacio a Wilson para debatirse con su actual dilema moral.

Acostarse con Tritter significaba el punto final en los problemas de la vida de House y ambos podrían tener un futuro… Por otro lado acostarse con ese hombre… el simple pensamiento le revolvió el estomago. No podía.

Apretó el maxilar con fuerza y suspiró.

-¿Sabe que puedo denunciarle por corrupción?

-Sí… pero también se que quiere acabar con este asunto lo antes posible… Usted y el doctor House están deseando juntar los trapos y jugar a mamas y papas y si yo me voy vendrá otro inspector que enjaulará a su pajarito… - se cruzó de brazos.- Después de todo usted puede ser acusado de cómplice… Nadie le hará el menor caso… ¿Cuantos acusados no difaman al detective de su caso? Ya he pasado por eso antes.

-¿Qué garantías me da que cerrará el caso?

-Solo mi palabra.

-… solo una vez…- terminó.

Tritter sonrió de lado y aceptó con esa misma mirada de evaluación. No era evaluación exactamente, lo estaba desnudando de una forma inexorable y asquerosa. Wilson se levantó y se quitó la chaqueta. Cuanto antes empezasen antes terminarían.

-Eso es… quiero verle desnudo.- Se sentía como un objeto. Todos los sentimientos malos emanaban de su interior, asco, nausea, odio, culpa, rabia, impotencia, dolor, frustración…- dease la vuelta y separe las piernas.

Obedeció.

Las manos de Tritter se deslizaron como serpientes sobre su espalda y bajaron hasta su trasero. Sintió la respiración del hombre sobre la piel de su espalda y los dedos metiéndose en la raja de su culo, explorando, deleitándose con la suavidad de su piel.

Eso le excitaba, pensó con repelus, podía notar la erección del policía rozarse en sus piernas bajo los pantalones azules.

Todo era perfecto como en una pesadilla.

La nausea y el asco creció en proporciones desmesuradas al tener que arrodillarse  y bajarle la bragueta para empezar a chuparle el miembro.  Wilson era un cuerpo sin voluntad que actuaba tal cual una marioneta.

“House… perdóname… “

Cerró los ojos con fuerza cuando sintió las primeras gotas de semen tocarle la piel del rostro. Los gemidos del hombre se intensificaron y los pesados chorros de semen cayeron sobre su pecho y cara.

-Estas precioso…- le escuchó decir con una voz cansada.- Ahora a cuatro patas sobre la cama…

James volvió a obedecer de forma mecánica y ausente.

-Tu culo es perfecto, estoy deseando comérmelo entero… no veas lo que va a durar esto ahora…- soltó una risita.

Su mástil estaba erecto de nuevo y sin aviso alguno, ni previa preparación se metió entre sus nalgas.  Empujó lentamente, forzando los músculos tensos del sensible anillo. Wilson lloró en silencio. No era solo por el dolor, era más que nada la humillación.

Estaba decidido a no soltar un único ruido, un único jadeo o gemido de dolor. Se mantuvo en silencio, Tritter inició un compás brutal y doloroso, las estocadas eran violentas a punto de casi tirarle de la cama al suelo. Cerró los dedos sobre la colcha de la cama para ganar equilibrio e intentó relajarse.

El momento le pareció interminable, Tritter suspiraba y se arqueaba sujetándole con fuerza entre sus piernas, el olor a sexo lo contaminaba todo. Quería que acabase. Quería que se corriese. Quería vomitar.

Por fin la presión de los dedos sobre sus caderas se intensificó, las estocadas se hicieron mas firmes y la humedad le inundó junto con una dolorosa mordida sobre la piel de su espalda.

Después de unos movimientos más, lentos, saboreando el placer de su orgasmo, Tritter le soltó y le dejó desplomarse sobre la cama.

-Retiraré los cargos.- Guardó su polla dentro de los bóxeres y cerró la bragueta. Vistió su abrigo que estaba sobre el sillón.- Me alegra que hayamos llegado a este acuerdo. Que tenga una buena noche Doctor Wilson.

Una sonrisa cínica y salió.

Su cuerpo se convulsionó y tan solo tuvo tiempo de girar la cabeza antes de vomitar todo el suelo. Estaba enfermo, violado, asqueroso. Se limpió la boca con el brazo desnudo y cogió el teléfono y marcó el número.

-Estoy seco… ¿dónde esta la cerveza? – La voz de House al otro lado de la línea.

-Oye… he tenido un problema, no se a que horas llegaré a casa- intentó mantener el tono de voz lo mas normal posible. Podía escuchar el ruido del televisor.

-¿Se muere alguien?

-Sí… - se moría su alma. – Cuando llegue te haré compañía en la habitación…

-Vale.- House colgó.

Wilson cerró los ojos y se dejó sobre la cama. Deseaba estar muerto, deseaba no haber tomado esa decisión…

Cuando aceptó el sacrificio de acostarse con Tritter solo había pensado en la oportunidad de librarse de él, no pensó en como se sentiría después…

Tenía que olvidarlo, borrarlo para siempre de su cerebro, de su piel… Se levantó y se dirigió al baño. Tenía que quitarse se encima su asqueroso olor…

El agua lavaría su cuerpo pero no su alma.