CAPITULO Quinto
CASTIGOS
T
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ras darse cuenta que la torre de
Gryffindor era demasiado grande para pasar las tardes él solo, acabó por
aceptar la propuesta del profesor Snape. Bajaba cada día a las mazmorras donde
hacia sus deberes de verano, estudiaba Oclumancia o tan solo, leía algún libro
mientras Severus preparaba sus pociones con manos hábiles.
El verano llegó a su final y el
sauce boxeador empezaba ya a perder una que otra hoja.
-¿Dónde estuviste todo el verano? De pronto no recibimos más cartas tuyas-
susurró Ron desde el otro lado de la mesa. Al fondo el sombrero seleccionaba a
más alumnos para cada una de las cuatro casas de Hogwarts.
-Dumbledore quiso que viniese a Hogwarts. Snape me fue a recoger a Privet
Drive… he pasado todo el verano teniendo clases extra de pociones…
-¿Con Snape? Lo siento Harry, estarás saliendo de una pesadilla ahora que
vuelven las clases…
-No creas, seguirá siendo nuestro profesor.- Dijo Harry recogiendo un trozo
de pastel de calabaza.
-Mira, ahí viene Malfoy. Mejor ignorarle…- Por suerte Draco pasó sin
molestarse en decir nada, estaba eufórico con la idea de poder esclavizar los nuevos alumnos de
Slytherin. Había crecido, pensó Harry,
pero estaba seguro de que no había madurado nada. Seguiría siendo la misma
peste.
-Este año me he propuesto algo importante. – Dijo Hermione con una sonrisa
llena de entusiasmo.
-¿Vas a olvidarte de esa chorrada de libertar a los elfos domésticos?
-No Ron, no es ninguna chorrada! Además no es eso.
-¿Y qué es?
-Ahora ya no os lo pienso contar, vais a estar burlándoos todo el tiempo!-
Se levantó ofendida. Harry y Ron solo la vieron alejarse y salir del gran
comedor.
-Que susceptible está esta.
-¿Crees que era algo importante?- Preguntó Harry.
-¿Algo importante? Viniendo de Hermione seguro que era algo relacionado con
la materia de Historia de la Magia…- Ambos muchachos se rieron disfrutando de
la compañía mutua.
Harry sentía que su corazón estaba un poco más leve pero aun así no estaba
completo.
*
-Quítate esa porquería!- Dijo Snape en tono ácido. Durante largos minutos
observaba al minúsculo H. Potter escrito en el viejo y estrujado pergamino. Lo apretó entre sus manos. El
chico se dejó revelar por debajo de la capa de invisibilidad y con un suspiro
de resignación escuchó decir: - Acompáñeme!
-¿Continuamos ignorando lo que todos los otros llaman normas, Potter?
-Puede darme un castigo…- Snape se detuvo y le miró a la cara. Qué audaz,
pensó, dándole permiso para que le castigue.
-Prefiero que me dé una explicación.
-Tuve otra pesadilla…- mordió el labio con resignación. Snape suspiró echando de menos la época en
que Harry no le miraba directamente a la cara.
-Eso no es excusa para deambular por los pasillos a estas horas!- dobló el
mapa y lo metió al bolsillo.
-Mi mapa! ¿Dónde lo encontró? ¿Cómo es qué lo tiene?
-Eso no me parece de su incumbencia!
-Pues a mi si me lo parece! Ese mapa es mío! – Ladró como un cachorro
enfadado.
-Pues lo acabo de confiscar, y ahora vuelva a la cama!
-No quiero volver.
-Entonces acompáñeme.- Entraron juntos en los aposentos de Snape.
–Siéntese! ¿Desde cuando hace esto? No es la primera vez que le veo vaguear por
los pasillos a altas horas de la noche, Potter.
-¿Hacer qué?
-No haga ese juego conmigo! No estoy de humor ni con paciencia! Me ha oído,
¿desde cuando se pasea por los pasillos sin dormir?
-Desde el día de mi cumpleaños, le dije que la poción no cumplía su
función. Sigo teniendo pesadillas y sueños. Además no puedo conciliar el sueño
la mayor parte de las noches, me siento incomodo y todos los ruidos de la torre
me irritan.
-¿Ha hablado de esto con Dumbledore?- Cruzó los dedos delante de Harry.
-No.
-¿Por qué?
-No me parece tan grave.
-Bueno, si no quiere dormir, no lo haga pero olvídese de pasearse por los
pasillos. ¿Está claro?
-¿Y qué se supone que hago? ¿Me quedo echado sobre mi cama mirando al
techo?
“Su cama…”
-Menos 15 puntos para Gryffindor por su insolencia!
-Esto no es una cuestión de sacar puntos a Gryffindor! Hablamos de un
problema personal!
-Todo lo personal suyo dice respeto a Gryffindor y eso incluye el tono con
el que me habla!
-Lo siento…- sus ojos verdes inexpresivos miraron al suelo ignorando la
furia de su maestro.
-Buenas noches, Sr. Potter.
-Profesor yo… no quiero volver a la torre. ¿No podría quedarme aquí?
-¿Qué pasa Potter? ¿Es posible que esté buscando quedarse a solas en una
habitación conmigo?
-Extraño he… - Ante esta respuesta Severus buscó su mirada más antipática y
la estampó en el rostro añadiendo:
-Quédese. ¿Ha terminado el ensayo sobre las propiedades de la selenita que
pedí en mi clase?
-No, señor.
-Entonces puedes sentarse aquí y terminarlo.- Harry obedeció cambiando de
lugar con su maestro, él que le entregó un pergamino nuevo y una pluma. Empezó
en silencio.
La noche siguió avanzando silenciosa, tan solo el ruido del fuego y la
punta de su pluma sobre el pergamino llenaba la sala. De vez en cuando levantaba la mirada para ver
de reojo a su profesor sentado en su sillón leyendo un grueso libro rojo de
pociones.
Contrariamente a lo que sentía en la torre de Gryffindor allí todo era
calma y tranquilidad, sin Neville roncando o Ron hablando en sueños. Podría
acostumbrarse a las mazmorras, de echo ya estaba acostumbrado, y tanto que no
podía ni dormir en otro lugar.
Casi llegaba al final del ensayo y el reloj de Snape marcaba las 3 de la
madrugada. Levantó los ojos una vez más pero esta vez avistó a Snape dormido
con el libro abierto contra el pecho.
Así nada restaba de su sarcasmo o de su típica expresión sádica. Sólo era
un hombre marcado por el sufrimiento que dormía, ¿por qué no decirlo?, casi
tiernamente.
“Está cansado, por mi culpa sigue
aquí… no puedo venir y perturbar su sueño sólo porque no puedo dormir…” Su
corazón se apretó y con el estremecimiento derribó el pequeño cuenco de estaño
donde guardaba la tinta de la pluma.
Dudando sobre que hacer, se decidió en un movimiento rápido y se echó sobre
el pergamino fingiendo haber adormecido. Por otro lado Severus despertaba sobresaltado.
-¿Qué?...- Se frotó los ojos y apartó el cabello de su rostro. Se levantó y
se dirigió al chico.
“Qué frágil, que tierno…. Olvídalo
Severus, mételo en la cama y olvídalo!” Como si Harry no pesase más que una
pluma lo sujetó entre sus brazos y lo llevó hacia su cama. “Mételo en la cama…. en tu cama…”
Una vez más con la cabeza apoyada contra el firme pecho del profesor pudo
meter su nariz entre sus negras ropas y oler el perfume que emanaba. Tembló
entre los fuertes brazos y se sonrojó.
Metió al joven entre las sábanas verdes y se sentó junto a la cama.
Sin saber como Severus se dejó llevar y se durmió apoyado contra el colchón
de su cama con su cabeza justo al lado de la de Harry que entrelazó sus dedos
en el suave cabello del profesor y se rindió también a un sueño sin sueños.
-Buenas Tardes Severus… o debería decir Buenos días? Hola Harry… - Saludó
parado delante de la cama. Obviamente había estado observándoles dormir durante
algún tiempo.
Snape abrió los ojos como platos y sintió que Harry se levantaba de la
cama.
-Profesor Dumbledore… La culpa es mía, el profesor Snape me trajo aquí para
castigarme porque…
“Oh, Merlín, no sigas… vas a
enterrarme más aun…” Pensó Snape más blanco que de costumbre.
-… es que el profesor me encontró paseando por los pasillos y yo me quedé
dormido…
“Joder, matadme ahora…”
-Me dijo una lechuza que no habías dormido en la torre, Harry. Quise asegurarme
de que mis sospechas eran correctas…
-Lo siento, señor.- Harry bajó la mirada y fijó sus pies descalzos. Albus
Dumbledore aclaró la garganta y dijo:
-Quizás debiese ponerse presentable para sus clases de la tarde.
Harry asintió y corrió hacía la puerta con sus zapatos y las gafas en la
mano. Snape suspiró y se levantó del sillón.
-Le aseguro que esto no es lo que parece… - “Bravo Severus… la frase perfecta”
-Tengo varios asuntos que tratar contigo, ven a tomar el té conmigo por la
noche.- Dio una vuelta por la habitación – Espero que esto… no salga de estas
paredes Severus… conoces las normas.
-Señor no ocurrió nada aquí!- Repuso con firmeza.
-Yo, te conozco desde los 11 años y a Harry también… Sé que ninguno de los
dos tuvo una infancia perfecta… – Los ojos azules del director se clavaron en
los suyos.- No hace falta tener una bola de cristal para darme cuenta de
ciertas cosas que pasan en el castillo… qué no se te olvide…
Normalmente se sentía a salvo en su mazmorra pero en aquel momento era como
si las paredes lo aprisionasen. ¿Era culpa? ¿Por qué esa mirada azul le
despertaba tan fácilmente la culpa?
Cuando termine la cena. Esa fue la sentencia.
*
Hermione bostezó perezosamente y se
sirvió de patatas. Parecía satisfecha por algo, y cuando Harry le preguntó
porqué estaba tan feliz se limitó a sonrojarse sin mirarle.
-No le hagas caso, a veces le salta una tuerca.- Se burló Ron con la boca
llena de comida.
-Cállate, no vaya a ser que te atragantes con tanta comida! Krun me ha
escrito…
-¿Sabe escribir? –Preguntó el pelirrojo.
-Me parece que mucho mejor que tu…– Le contestó ella y no le habló más
durante la cena.
Sin embargo Harry no podía dejar de mirar más veces de lo normal a su
profesor de pociones. “No me mira ni una
vez… creo que está enfadado por lo de esta noche.” Pensó bebiendo de un
trago todo su zumo de calabaza.
Le miraba constantemente. “Olvídale, no es tu problema…” Hipócrita
“Si es mi problema.” Suspiró metiendo
un trozo más de la ensalada en la boca.
Todo el tiempo estaba diciéndose que sus preocupaciones no deberían
basarse solo en Harry. “Me contradigo una y otra vez, estoy arto de
que sea tan insistente….”
El curso de los acontecimientos le llevó a encaminarse al despacho del
director.
“Oh que alegría!” pensó al entrar
a pasos largos en la sala. Dumbledore estaba sentado delante de su mesa y
esbozó una sonrisa cuando le vio entrar.
-Toma asiento.
“-Toma asiento mi querido
joven.- Severus apretó los libros contra su pecho y se sentó en la silla que
por el aspecto parecía la misma silla en la que se preparaba para sentarse en
el presente.- ¿Qué ha pasado?
Se movió nerviosamente en la
silla. La mirada de Dumbledore era acusadora.
-¿Se refiere al motivo por
el que fui castigado juntamente con Potter?- Nunca se consideró un estúpido y
sabia muy bien que Dumbledore conocía de sobra los motivos que llevaron el
Profesor Horace Slughorn, por aquel entonces jefe de la casa de Slytherin, a
castigarle.
-Yo se que sabes que la
inmoralidad es un acto condenable en Hogwarts, por eso me pregunto, ¿Qué hacia
un Slytherin desnudo en la cama de un Gryffindor? – Las mejillas de Severus
amenazaron rebelar la vergüenza que en aquel momento nació en su estomago.
-Profesor yo… no he tenido
la culpa… Potter me dijo que si aceptaba sus condiciones me dejarían en paz. Yo
solo quiero que me dejen en paz!
-Entiendo. – concluyó.”
-¿Severus?- Sus ojos enfocaron el viejo mago. Sólo esperaba que esta, no
fuese una de las visitas interrogatorio de Dumbledore. No estaba preparado para
ello. – Hay varias cosas de las que te quiero hablar. Una de ellas es lo que se
pasó en tus aposentos…
-¿Qué cree que se pasó?- Su tono sonó casual.
-Esperaba que tú pudieses contestarme a eso.- Su mirada brilló hacia el
hombre más joven que se agitó por la mezcla de culpa y remordimiento.
-No ha pasado nada. Se lo dije cuando estuvo allí. Potter se lamentaba que
no podía dormir y le sugerí que se quedase en mis aposentos estudiando. Cuando
se quedó dormido le llevé a mi cama.
-¿Cómo siguen las clases de Oclumancia?- Cambió de tema. Lo que a Snape le
pareció muy oportuno, no había motivo para pasar horas hablando sobre este
desagradable suceso.
-El chico es un completo inútil.
-Perfecto, sigue insistiendo.
“?Perfecto? ¿Es que el viejo no se
entera de nada de lo que digo? “
-Quiero hablarte también de Voldermort. Como bien sabes estas vacaciones me
he dedicado a investigar y a destruir a sus Horcruxes. Pero ahora me ha surgido
una cosa que no me esperaba. De momento es solo una idea que se esta
atravesando en mi cerebro. Tengo miedo de que no sea solo una retorcida
sospecha…
-¿A que se refiere?
-Oh lo sabrás en a su debito tiempo. Por ahora, ¿quería saber si Voldemort
te ha llamado últimamente?
Ya era tarde cuando el Slyterin abandonó el despacho del director. Aunque
Dumbledore no le contó su última descubierta rápidamente se dio cuenta de que
escondía algo muy importante. Sus entrañas se revolvieron con un sentimiento
que ya hace mucho estaba olvidado: Miedo. No era un miedo de flaqueza, era un
miedo de perder algo o a alguien.
Contornó la esquina del oscuro pasillo de piedra gris y bajó por las
escaleras igualmente de piedra. Al fondo
donde la oscuridad se hacia mayor le pareció ver el bulto de alguien sentado
delante del retrato del caballo blanco.
-¿Qué demonios hace aquí? ¿Otra pesadilla?
-Solo vine a disculparme. No debí quedarme dormido… ¿Él profesor Dumbledore
va a despedirle?
-Ya lo desearía.
-No!.. Yo no quiero eso! No quiero que le despidan por mi culpa!... hablaré
con el profesor Dumbledore, le explicaré…
-Eso no será necesario. – Dijo en tono de quien no estaba con paciencia
para una charla.- El profesor es un hombre sabio, no hace falta que vaya a
jurarle que no ha pasado nada.
El chico posó su mano sobre el brazo del mayor que estremeció al contacto.
-¿Se siente bien?
-Debería irse a la cama.- El chico obedeció murmurando un suave “Gracias” antes de marcharse.
Mas mas mas jajajajjajaj vengaaa Saitooo queremos mass ajjajaja :)
ResponderEliminarMuchas gracias por actualizar tan seguido jajajajaj Un besooo enormeee
Tranquilaaa XD no te lo puedes leer todo de un tiron! Es como el chocolate, hay que comer solo una porcion al dia. XD
Eliminar-el chico es un completo inútil
ResponderEliminar-perfecto...jajajajja ese Dumbledore!!!
gracias por el capi Saito, besos<3
jajaja si, no se en que piensa Dumbledore jajaja
EliminarMe encanta lo afin que eres en la fidelidad a los personajes originales de Harry y Severus
ResponderEliminar=O Gracias Milagro, viniendo de ti me halagas!!!
EliminarDumbledore de Celestina, me encanta este personaje.
ResponderEliminarGracias por actualizar tan seguido.
Besos
De nadaa! Besos
EliminarFina. Gracias por el capitulo Saito, esta super bueno, besos, chao
ResponderEliminarGracias Fina! Besos
EliminarMuy buen capítulo Saito, muchas gracias.
ResponderEliminarBesitos Ilnag
EliminarHola Saito estoy algo liada con el trabajo, en el fin de semana que descanso me pongo al día con los capitulos y te comento.
ResponderEliminarBesos. Guada
Holaa! Claro, leelos cuando puedas y ademas despues puedes leer muchos de un tiron jajaja
EliminarBesos y que te sea leve el trabajo!
Bueno, pues la verdad es que me está gustando esta pareja, jajaja. Ya tengo ganas de que pase algo más íntimo entre ellos, para ver cómo reaccionan, supongo que seguirá siendo una de cal y otra de arena, jajaja. Besoss.
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