CAPITULO Sétimo
DESEOS PROHIBIDOS
E
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l anciano tomó asiento.
-Más té Severus?
-Si, gracias Albus.
-¿Qué era eso de lo que querías hablarme?
-Se trata de Potter…
-Lo supuse, ¿qué ha pasado?
-No se que pasa. Hace días que no se presenta a las clases de Oclumancia y
tampoco puedo hacer que tenga mejoras en su técnica. Es demasiado emotivo… - “Es demasiado estúpido”
El viejo miró sobre las gafas de media luna con una mirada acusadora.
-¿Ha pasado algo para que no se presente?
-En realidad no lo se. La señorita Granger me ha comentado que Potter ha
vuelto a tener pesadillas…
-Voldemort se está dando cuenta de nuestro plan, Severus. Busca descubrir
cual es el problema de Harry y vuelve a insistir con las clases. Ya sabes, lo
más importante es que Harry aprenda el control de este arte.
“Dudo que pueda resolver su
problema…” dio un sorbito en su té y dijo:
-Hablaré con Potter.
-¿Y tu? ¿Cómo estás?
-Bien, aunque cansado. Confío en qué las vacaciones de navidad sean
perfectas para descansar. Este año tengo un horario muy ocupado.
-Mmm… ¿Un poco de pastel de limón?-
Ofreció el sonriente anciano cortando un trozo de un grande pastel de limón.
-No, gracias. No me gusta mucho el limón…
-Oh, ¿de verdad?...
*
-Cómo estaba diciendo hace poco, transfigurar una caracola en un taza de té
es mucho más sencillo que lo que nos proponemos hacer hoy así que… Lavender
preste más atención y suelte ese ejemplar del profeta diario!
-Lo que McGonagal intenta decir es: si aún no sabéis transfigurar la
caracola en taza de té no intentéis hacer esto….- murmuró Hermione mientras
toda la clase miraba a Lavender de reojo. Harry y Ron le hicieron una mueca de
desagrado y volvieron a prestar atención a McGonagal.
-…En la pizarra he puesto los detalles de cómo se hace una transfiguración
entre especies. Para cada ejemplar se determina una formula que nos dará el ángulo
exacto de inclinación de la varita… Hoy transfiguraremos esos ratones que tenéis
delante en gatos. Pero antes copiad la formula al pergamino:
ά=(w+c) / (v+a) donde tenemos que:
w- poder
c-concentración
v-peso del cuerpo
a-constante
ά-ángulo
-Uf… no creo que mi ratón quiera ser un gato.
-Solo será un momento, después McGonagal los volverá a transfigurar.-
murmuró Harry copiando atentamente la formula.
-Desde lo de Scabbers, los ratones me impresionan…- suspiró.
-Ya, es un trauma.
-Eso no era un ratón, Ron!- Intervino Hermione que incluso ya había acabado
sus cálculos.
-Olvídalo, no puedes comprenderlo! Oye, ¿Cuánto te da la formula?
-¿Para qué quieres saberlo?- Contestó escondiendo el pergamino debajo de
los libros.
-No seas odiosa, solo quiero comparar resultados!
-Ah, vale. Pues me dan 90 grados.
-Apunta eso Harry.- Dijo enseguida, provocando en Harry un súbito ataque de
risa que contuvo a mucho coste.
-Qué morro Ronald!-Gruño enfadada.
-¿Pasa algo señorita Granger?
-Nada, profesora.
-…Bien enseguida iré pasando por los asientos a ver qué tal van los
hechizos.- Harry y Ron suspiraron de alivio al notar que ella se detenía cerca
de Malfoy donde fruncía el ceño.
En la puerta un Slyterin de primer año asomaba la cabeza y pedía con voz
mortecina para hablar con la mujer. Sonrieron, eso les daría tiempo de copiarlo
todo por Hermione.
La felicidad se desvaneció enseguida cuando Minerva se acercó y dijo:
-Potter, Harry Potter el profesor Snape quiere hablar contigo.
-¿Snape?- Preguntó aun más confundido, creía que Snape nunca más quería
hablarle a solas después de la escena en su despacho.
-El profesor Snape, Harry.
-Ah sí, lo siento.- Recogió rápidamente sus pergaminos y plumas y se
encaminó a los aposentos del maestro de pociones.
-¿Qué quieres?- Snape levantó el rostro de unos pergaminos echando de menos
los tiempos en que podía reducir el chico con humillaciones. Ese tiempo quedaba
muy atrás. Qué nostalgia…
-Saber cuando piensas retomar las clases de Oclumancia.
-¿Para eso me llamas de una clase?- El hombre levantó una ceja. Muy agudo…
-Mandé que le llamasen, yo no hago la menor idea de su horario. ¿Y bien?
Sigo esperando una respuesta.
-Paso de ellas.- dijo pasando sus manos por el pelo revuelto. Insolente. “Potter, estúpido, terco, irracional,
petulante!”- ¿Algo más?
-Cuanta modestia, Potter!
-Mi nombre es Harry.
-El profesor Dumbledore insiste en que vuelvas a las clases.
-Pues dígale, que no voy a volver, no solo a las clases de Oclumancia, sino
también a cualquier actividad en la que tenga que estar a solas son usted. Si
al profesor Dumbledore le parecen indispensables las clases de Oclumancia en mi
formación, que me lo enseñe el mismo.
“Estoy ofendido, herido. ¿Pero qué
otra cosa podría esperar?”
-¿Esta es su última decisión?- preguntó firme.
-No…- Cerró los ojos durante un momento que parecieron siglos a Severus.
Deseaba verse reflejado en esos preciosos ojos verdes. Frunció la frente,
parecía débil, frágil… era débil y frágil, pensó Severus, solo era un niño.- No
se qué hacer lejos de ti… y tú sigues sin quererme! Oh, Dios, quiero morirme!
-No diga estupideces!- Se levantó y se acercó al pequeño. Le rodeó la
cintura con sus brazos largos.- Yo soy muy viejo para ti, tengo edad para ser
tu padre…
-Pero no eres mi padre!- Repuso colocando sus manos sobre los hombros de su
profesor.- Eres la persona a la que quiero y de verdad te quiero Severus. Te
amo.
Snape trató de mantener la serenidad.
-Podría perder mi empleo…- Añadió.
-Lo mantendremos en secreto, nadie lo sabrá nunca.
-Un único beso tuyo podría llevarme a Azkaban. ¿Es que no lo comprendes?
-No lo permitiré!- murmuró el chico ruborizándose.
-Potter, hay reglas que no pueden ser rotas y no es por que seas el chico
de oro que las cosas van a cambiar. Estoy tratando de que entiendas esto desde
hace meses…
-Esta conversación no conduce a ninguna parte. ¿Tú nunca has roto ninguna
regla? ¿Nunca te has saltado las normas?- Snape suspiró y le condujo hasta el
sofá donde se quedaron lado a lado. Ignoró las cuestiones y dijo tan solo:
-Hemos hablado sobre esto mil veces, Potter.
-Qué sean mil y una. Y mi nombre es Harry. ¿Puedo preguntarte algo?
-Adelante.- Contestó preparando su cerebro para una interrogación a la
Potter.
-Si el ministerio no existiese, ni esa estúpida ley, ¿querías estar
conmigo?- “Qué dulce, qué inocente… Eres
un monstruo Severus” Pensó.
-Pero existe y tú eres muy joven. Deberías buscarte a alguien de tu
edad, seguro que al Gran Harry Potter no
le faltaran pretendientes…
-No quiero a otro de mi edad, te quiero a ti! Vas a volverme loco, me paso
las noches pensando en… no puedo concentrarme para estudiar!- Snape pareció
reflexionar unos momentos.
-¿Pensando en qué?-Tembló al darse cuenta del mucho placer que le daría
escuchar de esa boquita que pasaba las noches pensando en sus manos, sus
caricias, sus besos…
-Pensando en ti… - Esa sinceridad le hirió. La satisfacción y el placer se mezclaron
con un dolor que era tan profundo que pareció retallarle el corazón.
-Deberías controlarte.
-Severus…- El chico había empezado a llamarle por su primer nombre, era
deliciosamente irritante, como todo en Harry.
-Habla de una vez!
En lugar de hablar Harry se levantó del sofá y desvistió toda su ropa
dejando solo los calzoncillos y su corbata roja y amarilla. No reaccionó. No
sabía cómo.
Entonces el chico se acercó y se bajó delante de su cuerpo y empezó abrirle
los interminables botones de su traje.
-¿Qué crees que estás haciendo?-En los labios de Harry se dibujó una
sonrisa pícara, le dejaría protestar, gritar… pero esta vez no le dejaría huir.
Subió al sofá y se acomodó sobre las
piernas de Severus y le besó con urgencia rodeando su cuello con los brazos.
No podía más pensar, ese cuerpo contra el suyo le cortaba cualquier
oportunidad de raciocinar. Sujetó la cintura delgada contra sí mismo y
respondió al beso. Dejó su mano resbalar por aquella piel suave, deslizando sus
dedos por los músculos desde su tórax hasta el considerable bulto oculto por
los calzoncillos blancos, puros, inocentes.
Cada vez más apretados.
-Es hora de encarar los hechos… -murmuró Harry besándole la mejilla.
-No tienes noción de la gravedad de los hechos, Harry…
-Estas paranoico!
-No seas ridículo! Es obvio que cuando esto se sepa todo el mundo creerá
que me he aprovechado de ti!- El chico le encaró frunciendo el cejo.
-¿Qué quieres decir? ¿Es que no es posible que yo te hubiese seducido?
-Nadie creerá eso…- Atrajo a Harry una vez más contra su cuerpo y buscó su
boca para besarlo una vez más con lentitud, provocándole, saboreando el placer
de tenerle así, para él solo. Lamió un labio lo mordió, después el otro,
chupando su lengua de miel…
Al mismo tiempo recorría la espalda del chico con las manos, hasta cubrirle
el culo sobre los calzoncillos probando la piel en la que enterraba los dedos.
Harry separó sus labios de los de Severus para tomar el aire, pero eso fue
solo un momento, la boca del mayor buscó su cuello y sus hombros para besar y
morder. Se agitó entre sus brazos, ayuno
de más.
Era indigno, sórdido, inmoral… ¿Pero que más daba? No era lo peor que había
hecho. Pensó.
-…En tu cama… - murmuró Harry en la oreja de su profesor, inspirando el
aroma a hierbas tan característico del adulto.- Quiero ser tuyo, Severus….
Oh Dios, su nombre! Lo oía como diez veces al día, pero nunca así… nunca
con pasión, con deseo. Dicho de unos labios rojos e hinchados por sus besos.
-Harry… ahora no…- detuvo sus caricias apelando a todo su autocontrol
debajo de la mirada enfurecida del chico.
-¿Por qué no?!
-Tengo que…- recuperó su aliento con las manos temblorosas- Tengo que dar
una clase ahora…
-Invéntate una excusa… di que estás enfermo, pero no me dejes así, aquí…
tengo miedo de que cambies de opinión y ya no me quieras… Severus te quiero. - Fijó su mirada en los profundos y negros de su
amante manteniendo sus brazos alrededor de su cuello.
Le miró con reprobación y sonrió. ¿Cómo podría seguir huyendo de él? ¿De si
mismo? Apretándole más le levantó, llevándole hacía su habitación.
Cuando le posó en la cama, Harry gimió por la ausencia de contacto pero
después comprendió, Severus se desnudaba. No podía decir que era un hombre
guapo. Era delgado con los músculos bien definidos, brazos finos y angulosos.
Su piel pálida clavada de cicatrices provocadas por las flagelaciones impuestas
por el señor de las Tinieblas.
Con ternura le quitó las gafas y las dejó sobre la mesita de noche. Así
podría ver mucho mejor esos preciosos ojos mirándole.
-¿Estás seguro de que quieres hacerlo conmigo?- dijo el joven con una
honesta mirada, sorprendiéndole por esa pregunta.
-¿No se supone que soy yo quien debería preguntarte eso?
-Yo estoy muy seguro de querer hacerlo contigo, lo que quería era oírte
decir que también me deseabas…. Dilo.- Acercándose a la oreja del chico
murmuró:
-Te deseo, Harry.
-Di que quieres joderme…
-Quiero joderte, Harry.
- Hmmmm… Ohhh, Severus.-Gimió cuando los largos dedos empezaron a danzar
levemente sobre su piel, serpenteando sobre los pezones rosados y deteniéndose
un momento allí, incrementando la presión
antes de continuar su exploración.
Harry subió a la cama y se arrodilló. La erección de Snape volvió a
encenderse ante la visión del chico que acariciaba inocentemente sus labios con
la lengua. Su propia lengua se asomó en una respuesta inconsciente, mojando sus
labios secos. Gruñó, pero eso no le hizo apartar la vista del chico.
-Quiero tus labios…
-¿Dónde los quieres?- preguntó agarrándole y tirándole sobre la cama, comprimiendo
su delgado cuerpo contra el suyo.
-Donde sea… en mí…- suspiró abriendo los brazos, tendido sobre la cama como
si estuviese siendo sacrificado en un altar, la cabeza echada hacía tras. “Condenado
mocoso…”
-¿Te gusta esto?- preguntó pasando sus tentadores labios alrededor de un
pezón y empezando a chuparlo.
-Oh… si…- aun jugueteando con sus pezones Severus metió una mano por sus
calzoncillos y acarició su miembro erecto. Harry susurró palabras irracionales
y condujo sus manos hacia el elástico de sus calzoncillos para bajarlos. Snape
no le facilitó la tarea bajando su boca hasta el ombligo y penetrándole el
inocente agujero con la lengua simulando otra caricia en un sitio mucho más
intimo de su cuerpo.
-Severus…- masculló impaciente.
-Harry…- Repite el mayor, volviendo al lóbulo de su oreja dejando por su
pecho un húmedo rastro de saliva.
-…por favor…
Un escalofrío recorre todo su cuerpo al oírle suplicar. Entonces, él mismo
baja su mano y arranca los calzoncillos de sus caderas estrechas. Está
completamente excitado. “Perfecto…” No existía otra palabra en
todo el diccionario más adecuada para describir lo que sus ojos veían. Harry
era perfecto.
-…Sev, por favor….- Vuelve a gemir apretando el pulso del adulto.
-Cállate, me vas a volver loco…- Se levanta y se aparta de los cerrados
brazos del chico que se extienden en la esperanza de mantener el contacto.
Severus sale de la habitación y regresa al cabo de un minuto con un pequeño
frasquito cristalino. Volvió a
incorporarse en la cama capturando los labios de Harry una vez más.
-¿Estás seguro? Podemos parar si no estás confortable…
-Si paras te lanzaré la maldición “Imperius”.
– Snape sonríe y le besa la nariz con cariño.
-Separa bien las piernas.- Pidió ayudándole al observar a Harry con las
mejillas a punto de explotar de vergüenza. Severus para un momento mirando el
diminuto punto entre las nalgas de su amante. Su piel se eriza ante la visión.
Pequeño, rosado y arrugadito. Su miembro vibra y casi se pierde en sensaciones.
Abre mecánicamente el frasco y moja los dedos con la pócima. Huele a menta.
Con lentitud acaricia toda la zona del perineo mientras saborea la
expresión de Harry: Gime, se retuerce de placer y mueve las caderas deseando
aumentar el contacto. “Oh Merlín…”
pensó Severus “…este chico implora por
ser tocado, amado, follado….”
Despacio le introdujo un dedo sorprendiéndose por la inesperada reacción
apasionada del chico que le atrae con los brazos y las piernas para prenderle
en su cuerpo y le roba un beso con labios hambrientos. Severus dejó escapar un
gemido gutural al sentir del súbito contacto de la pelvis de Harry contra la
suya.
Volvió a concentrarse en lo que estaba haciendo y añadió un dedo más. Las
caderas de Harry empezaron a moverse más rápido. Sus manos libres acariciaban
el pelo del mago más viejo.
Abrió la boca y se dispuso a chupar un dedo sin el más mínimo pudor, después
con el mismo dedo acarició los labios de Snape que empezó a lamer con gula.
Podía sentir la dulzura de la saliva del menor, su olor que se escapaba de las
gotitas pre-orgásmicas del pene que mojaban su vientre por la excitación. “No puede ser tan sensual… ¿dónde habrá
aprendido estas cosas…?”
Flexionó sus dedos en el interior apretado del chico. Harry se estremeció y
reviró los ojos al mismo tiempo que lanzaba un gemido sonoro por el inesperado
placer.
-¿Te gustó esto?
-Ohhh….- Snape sonríe y lo vuelve hacer una vez más, tocando esa zona
interna que dejaba a Harry a punto del orgasmo. Harry vuelve a gemir con el
mismo entusiasmo.- Te quiero a ti, ahora!- jadeó.
Excitado por los suspiros del muchacho, Severus no espera ni más un segundo
para volver a coger el frasco del lubricante que derrama sobre su pene dolorido
y con las venas saltadas por la espera. Lo acarició con las manos resbaladizas.
Rozó el gordo capullo por toda la raja temblorosa de placer y lo forzó por
el pequeño agujero que se abría envolviéndole en calor y suavidad. Gimió alto cerrando los dientes aguantando
con toda su voluntad para no correrse de inmediato.
Harry no pudo aguantar la enorme presión en su interior y explotó de placer
arqueando su espalda en un grito mudo y enterrando sus uñas en la carne de los
hombros de Severus. El semen del chico corrió por su tripa y su pecho.
-Lo siento…
-Deja de disculparte!- toda la carne que lo envolvía pulsaba y lo apretaba aun más con el orgasmo de Harry.
Llevó una mano al charco y la arrastró por el pecho del chico acariciando sus
pezones, pellizcándolos.
-Mmm- gimió otra vez.- Sigue, por favor…
El adulto lo beso y empezó a
moverse. Cada uno de esos movimientos repetidos y lentos le permitía
llegar más hondo despertando en Harry el deseo de nuevo.
Su miembro medio erguido volvía a subir al ritmo de las embestidas que
Snape le sometía agarrándolo de caderas con firmeza. El sudor se acumulaba en
las zonas mas cóncavas de su cuerpo su cabello escurría por el esfuerzo.
Todo su autocontrol parecía evadirse a cada envestida, ya no podía pensar
con claridad. Cerró los ojos y volvió a meterse una y otra vez, y otra, y otra
en ese cuerpo que le aceptaba y le deseaba.
El placer nació en su bajo vientre y subió por su espina haciéndole lanzar
un gruñido.
Harry sintió su interior llenarse de semen y empezar a salirse con los
movimientos rudos. Era terriblemente delicioso ser acariciado de esta forma,
sentirle deslizar a fuera. Sus jadeos le volvieron loco…
-Severus…. Mmmm…- Mordió su labio inferior cuando sintió que el adulto no
se había olvidado de su nueva erección. Un dedo volvió a entrar en su cuerpo jugueteando húmedo y sucio se
semen.
La mano de Snape cogió su miembro al tiempo que su boca cogía uno de sus
pezones y lo bombeó hasta que Harry volvió a derretirse.
Severus tenía unas manos mágicas…. Pensó agarrando entre los dedos las
sábanas.
-Eres maravilloso…- ronroneó Harry apartando los húmedos cabellos del
rostro de Snape. Entrelazó sus piernas en las del mayor y buscó su mano para
apretarla con cariño. El profesor la
aceptó y entrecruzó también sus dedos en los suyos.
Harry dio una suave risita cuando sintió los labios y el nariz se Snape
subir por su cuello en una caricia juguetona.
-Duerme un poco, yo te despertaré… - Ambos se quedaron dormidos abrazados.
Bueno... Muy bueno.... Creo qué sin ser generosa, te daré otro sobresaliente... Vale la pena leer lo que escribes...
ResponderEliminarGracias Milagro!
EliminarFina. Hola Saito esta super bueno, tierno. Que pasen un lindo domingo, besos, chao
ResponderEliminarGracias Fina!!
EliminarOhhh diosss mioooo.
ResponderEliminarMuy buenas Saito, como te dije me pondría el día en el fin de semana.
Me está encantando, me tienes enganchadisima y esta parte ha sido... perfecta, tierna, romántica, muy esperada!! Pero a la vez no paro de pensar que pasará cuando se despierten? Espero que Snape no se arrepienta. Los dos se merecen ser amados, y sobre todo Snape creer que se lo merece.
Me está gustando muchisimo. Ya te lo he dicho, pero no me voy a cansar de decirte que me gusta mucho como escribes y describes los sentimientos. Conforme iba leyendo los capítulos anteriores podía sentir la frustación de Harry por las negativas de Snape y el dolor que ambos sentían por el rechazo de este último.
Estoy deseando poder disfrutar de otro capítul y otro y otro y otro!! jejejejeje.
Besos. Guada
Hola Guadalupee!! Muchas gracias por comentar! Uf me alegra haber conseguido transmitir lo que queria, aunque a veces me parece que las cosas no quedan del todo bien y que podria perfecionarlo mucho mºas. Solo deseo no defraudar tus prespectivas!!
EliminarBesos!!
Caliente!! Que capítulo más hot!! Solo voy a poner una pega. El título, es Deseos Prohibidos, con h y sin acentuar.
ResponderEliminarEspero leer más pronto. =)
Muchas gracias. Espero que lo perdones puesto que como el español no es mi lengua a veces pueden salir algunos fallos. Lo siento mucho
EliminarNo sabía que no fuese el español tu lengua. Escribes muy bien, nadie diría. Ahora que lo has dicho me he fijado que eres de Portugal (es que hace muy poquito que entro en tu blog, no me había fijado antes). Totalmente normal los errores =)
EliminarOhhh me encantaaaaa sigue asi ajjaja que escribes estupendamente y estoy de acuerdo con Milagro, te mereces un sobresaliente. Un besooo muy grandeee
ResponderEliminarMuchas graciass!!! Besos!!
Eliminarse me ha subido la temperatura a niveles insospechados!!! tendré que darme un baño de agua fría jajaja
ResponderEliminarMuchas gracias por el capi Saito, que tengas lindo día :D
ufff, buenisimo, me encanto felicidades
ResponderEliminarPor fin Harry se salió con la suya, jajaja. Me ha gustado mucho este capítulo, y la escena de sexo, como es habitual en tí, muy erótica y a la vez tierna. Me gusta cómo describes a Snape, dan ganas de que realmente Harry consiga hacerle olvidar lo mal que lo ha pasado en su vida. Besoss.
ResponderEliminarGuau! esto se está poniendo hot hot.
ResponderEliminarGracias por otro capítulo fantastico, ahora viene lo bueno,
Besos
Muchas gracias.
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