24 de janeiro de 2013

Destinos al viento- capitulo 2




Capitulo Dos

Al día siguiente me levanté temprano y volví a ir al garaje, tenía que lograr poner a moto en funcionamiento. Llevé los juguetes de Bobby y los dejé a mi lado para que se entretuviese. Sin embargo Bobby salió al jardín corriendo como un poseso. Le ignoré. 

Al cabo de un rato seguí escuchando sus refunfuños y ligeros aúllos de alegría. Me asomé a la puerta y allí estaba él: vistiendo camisa y pantalón grises y chaqueta y botas de cuero castaño que hacían juego. Sujetaba una bicicleta con una mano y acariciaba a Bobby con la otra. 

Me miró, era tan parecido a Rebecca, su mirada era mucho más azul que la de su hija.
Por segundos me paralicé y pensé que era mucho más guapo en la vida real que en los fugases momentos de publicidad que había visto.

-Hola…- me saludó y me controlé para no mirar a los lados y certificarme que hablaba conmigo.

-Hola, per… perdone, ¿le molestaba?- pregunté refiriéndome al perro que ahora estaba mucho más feliz y agitaba la cola. Supuse que él y Rebecca deberían tener un olor parecido y Bobby lo reconocía. 

-No, yo me metí con él… Tú debes de ser Richard…- se limpió la mano que acariciaba al perro a los pantalones y después muy educadamente me la tendió. Yo me acerqué y retribuí el gesto.

-Sí, soy el nuevo vecino...- sonreí- En realidad no tan nuevo, estoy hace unos meses ya…
-Bienvenido, yo soy…

-Se quien es!- dije y después me sonrojé por haberle cortado- Perdón es que es muy parecido con Rebecca…

-jajaja Sí, pero no era eso lo que ibas a decir, pero da igual, si…
-En realidad lo supe hace dos semanas. No le diré que hace un buen trabajo porque, no veo la serie.- Me sonrojé más aun, y él también.

-No importa, yo tampoco la veo, es malísima.- Sonrió y yo me reí interiormente de su crítica.- Rebecca me dijo que tenias problemas con tu moto, si quieres le echaré un vistazo.
-Oh no se moleste, no tiene importancia, la voy a mandar a arreglar… Creo que acabé de destruirla… jajjaa- me rasqué el pelo.

-No es molestia, de verdad. ¿Puedo pasar?- preguntó, y yo me avergoncé de mi terrible falta de buenos modos y le pedí por favor que entrase. – Entonces te gustan las motos…
-En realidad no son las motos, es poder sentir el viento…

-Podrías decirte que comprases un descapotable para eso, y tú me dirás que no es lo mismo. Entonces no es el viento, es que te gustan las motos… jjajaja-  Me reí y tuve que concordar con él. Se agachó y toqueteó los cables del motor de la moto. Durante un rato no dijo nada solo se limitó a mirar y a estudiar cada una de las piececillas. – Lo encontré, acércate… ¿ves este cable? No está bueno… Fíjate como está aquí… 

-Sí, tiene razón.

-No hagas que me sienta viejo, me llamo Hugh… Te traeré un cable y lo sustituiré.- Se frotó las manos. 

-Oh no te molestes, de verdad.

-No es molestia. Se lo difícil que es estar lejos de la familia, siempre es agradable que alguien te eche un cable…

-¿Para la moto?

-jajaja sí. – Tenía una sonrisa muy bonita. En realidad él era muy guapo, con su edad, estaba bastante agradable a la vista. – Pasaré mañana y te arreglo eso.

-Gracias. – Sonreí y ahora tengo la impresión de que mis ojos brillaron en aquel momento.
Hugh se fue y lo primero que hice al entrar en casa fue conectar el ordenador. Busqué su biografía y lo leí todo. Qué fácil poder investigar así cosas de alguien.  En realidad sentí que estaba invadiendo su privacidad pero no era justo que él supiese tanto de mí y yo nada sobre él.

Guardé unas cuantas fotos suyas sin barba, se veía distinto pero igual de guapo.

Al día siguiente apareció como había prometido.  Yo estaba jugueteando con Bobby y cuando me di cuenta él estaba sentado mirándonos. 

-Oh! Señor Laurie… ¿por qué…?

-Hugh. Porque no tengo nada que hacer y porque a veces es sano no ser el centro de toda la atención.- Sonrió y se levantó sacando el cable del bolsillo.- Veamos si funciona…

-La moto la tengo en el garaje…- Señalé.

-Está bien, es el sitio donde suelen estar las motos…- añadió y yo me sonrojé.- Pero no es que lo que vaya a pasar sea muy emocionante, me llenaré de grasa y seguramente no funcionará, así que… ¿puedes cerrar la puerta del garaje?- Levantó una ceja y yo me di cuenta de que había gente husmeando en la calle, justo delante de la casa.

Metí el perro a dentro y cerré como me había pedido.

-Son fotógrafos de DMail...- dijo agachándose delante de la moto.

-¿Y te siguen a todas partes?

-No si puedo evitarlo....- me agaché a su lado para supuestamente observar todo el proceso de reparación pero lo único en que me fijé fue en sus manos. Cuidadas, con uñas perfectas, parecían suaves pero viriles.

-¿Y Rebecca? Hace tiempo que no viene a verme...- Pregunté cuando el silencio parecía querer ahogarme.

-Está preparando una cena que voy a dar.- Sujetaba un trozo del cable entre los dientes- deberías venir.

-¿Yo?- Su mirada intensa se clavó en mí.

-Sí tú.- Volvió a mirar los cables y continuó:- ¿Que hay entre tú y mi hija?

-¿Eh?- me sonrojé- nada.

Hugh no dijo nada y yo sentí la necesidad de reforzar la idea:

-De verdad, solo somos amigos. La quiero mucho pero no de esa forma... soy gay.- Entonces ante la confesión me sonrojé aun más. Él me miró con expresión burlona y dijo:

-Lo sabía, solo quería asegurarme.- Y me guiñó un ojo.

-Querías asegurarte que...

-No vas a destrozarle el corazón, prometerle el cielo y no dárselo... esas cosas que hacen los jóvenes.-En ese momento su explicación me convenció del todo, pero ahora sé que no era solo eso, Hugh buscaba saber cosas de mí, al igual que yo quería saber cosas de él.- ¿Y vas a venir a la cena verdad? Como amigo de Becca.

-Oh no, ¡no!

-¿Por qué no?

-Porque va a ser complicado. Yo no conozco a nadie y me sentiré raro...- Además de que no tenía ninguna ropa apropiada para mezclarme con gente de la alta sociedad.

-jajajjaa, conoces a Rebecca y ya conocerás a más gente.

-¿Cómo tu?- dije sin pensar.

-No, gente más interesante que yo. Yo memorizo textos y los repito delante de una cámara de televisión. El verdadero talento es de esas personas que crean los personajes, que escriben historias con ellos... Ya esta!- Se levantó y se montó en la moto. Cuando le dio a la llave la moto arrancó sin problemas y él dijo entre carcajadas. - Podría ser mecánico...

-Mi padre lo es...

-¿Y no aprendiste nada de él?

-Emm... por lo visto.- sonreí algo avergonzado.

-Nunca aprendemos nada de nuestros padres... siempre nos esforzamos por hacer todo lo contrario a lo que nos dicen, está en los genes... Por eso opté por usar la psicología invertida con los míos.

-jajaja ¿y funciona?

-No.-Ambos dimos una carcajada. Era muy divertido estar en su compañía, era alguien atrapaba toda mi atención.- La cena será en casa de Stephen, por favor, ven. 

-¿Tendré que llevar smoking?

-Noo por dios, es algo informal.- Se rascó la nariz distraídamente y la dejó toda llena de grasa. Sostuve una carcajada e intenté mantenerme serio.

-Entonces está bien... iré. Pero no sé dónde queda.

-Te llevaré. Tienes que estar listo a las 8.

-¿Pero cuando es?- pregunté

-Mañana...

-...Hugh...

-¿Si?

-jajajajjaa- no pude aguantarme más- tienes la nariz llena de grasa.- Hugh intentó limpiarse a la palma de su mano. Pero la grasa no salía.- Espera...- tiré de la punta de mi camisa y traté de limpiarle.

Sus ojos azules se clavaban en mí y yo solo me fijaba en la grasa que no quería salir.
-Tu camisa quedará inutilizada, eso no sale... ¿lo sabes no?- Entonces fue cuando me di cuenta realmente de lo que hacía y de su mirada.

-Oh no importa...- me sonrojé.- no tiene importancia... Gracias por arreglarme la moto.

Hugh se apartó un poco, empezaba a caminar a la puerta y dijo:

-Eso sí que no tiene ninguna importancia... te esperamos a las 8.- Bobby le acompañó a la salida siempre moviendo la cola. Y yo mire tristemente a mi camisa echa un asco. 

A la mañana siguiente recibí un paquete que me entregó un mozo. Obviamente trabajaba para una tienda de ropa.

Era una caja roja con cintas de satén rojo que la ataban. Esos detalles me dijeron que venía de una tienda chic. 

Abrí la caja y dentro traía un sobre que ponía: "Siento lo de la camisa, espero que esta pueda remediar la situación. Hugh"

La saqué de la caja, era preciosa, castaño chocolate y cuando la probé me di cuenta que me sentaba de maravilla.

De pronto me pareció que debería devolvérsela, si se había estropeado la otra, era solo culpa mía.  Me sentí mal por aceptar regalos suyos... porque me gustaba... Si, ¡empezaba a gustarme! Y también porque era el padre de mi mejor amiga. 

Bueno, Hugh solo intentaba ser amable, pensé. Se ofendería si no lo aceptase... entonces decidí ponérmela y a las 8 estaba esperando delante de mi casa. 

Primero salió Rebecca, radiante, con el pelo suelto y un precioso vestido rosa informal, pero elegante.

-Estas… preciosa...- Ella se sonrojó.

-Estoy normal !tu sí estas lindo!- me acarició la camisa.- Oye no te conocía esta camisa...

-Jajaja ya, es que era sorpresa...- me sonrojé en ese momento salió Hugh con Charlie y podría jurar en ese momento que su mirada fue de aprobación.- Estoy un poco nerviosillo, quédate conmigo...

-Vale- me apretó la mano y me relajé un poco. 

Me mantuve silencioso todo el camino. No tenía nada que decir y me sentía incomodo. Mi cerebro pensaba una y otra vez: "No debía haber aceptado..."
 
Hugh y Jo charlaban de forma amena hasta que llegamos. La casa de Stephen era enorme. Con jardín afuera, una pequeña fuente y banquitos donde relajarse. 

Cuando salí del coche y vi los demás invitados al fondo tuve ganas de vomitar por la ansiedad. Respiré fondo y pensé que si no me alejase mucho de Rebecca todo iría bien.

Estaban figuras que yo conocía como: Alan Davis, Ben Elton, Michael Seen, entre otros.
Pasé con Rebecca y enseguida aparecieron varias personas a saludar.

-Hello...- Un chico alto con el pelo súper alocado le dio dos besos- Como estas becca?

-Holaa- ella le abrazó y le miró- Te ves bien!

-¿Quien es esa dulzura?

-jajaja es Richard! Richard este es Russell Brand.- nos presentó y yo tendí la mano para saludarle pero él se abalanzó sobre mí y me metió un beso en cada mejilla. Le miré en shock mientras Rebecca sofocaba una carcajada.

-Hola... ya, ya nos veremos por ahí...- murmuré arrastrándola.- ¿Ese tipo está loco o qué?

-Jajajjajaa le caíste bien.

-Noo, ¿me intenta acosar?

-Te besó las mejillas, eso no es acoso, es un saludo!

-¡Pues vaya saludo!
 
-¡Es un buen tío!- protestó- y está soltero...

-¿y?-  dije con los dientes cerrados para sonreír a gente que no conocía.

-...y tu estas soltero.

-¿Era eso?- me detuve- ¿por eso le dijiste a tu padre que me invitase? ¿Para encontrar pareja?

-Noo, ¡que ideas! ¿Pero si la encuentras, mejor, no?- comentó

-¡No!

-Aish, ¡vale! ¡Cómo te pones!- Protestó.- Ven vamos a saludar a Stephen...

-Es que no quiero encontrar pareja...- Continué mientras ella me iba empujando en dirección a la mesa, donde Stephen charlaba con algunos invitados. Él hombre terminó su conversación y se acercó. Era altísimo y cuando tendió la mano para saludarme hacía dos de la mía.

-Stephen este es el amigo de quien te hablé. Mi queridísimo Richard.- Rebecca parecía una muñeca de porcelana a su lado.

-Es un placer Richard, te has vuelto muy popular entre los Laurie...

-Eh?- Fruncí el ceño.- Perdone... 

-Jjajaja- me dio una palmadita en la espalda- Hugh me contó lo de la moto!

-Ah, eso- Sonreí.- No soy muy bueno con la mecánica...

-Y en que eres bueno?

-Richard trabaja en el Hospital, en el laboratorio.- Dijo Rebecca con todo el aire de madre orgullosa. 

-¿De verdad? Yo opino que la gente que se dedica a la investigación médica debería ser mas alabada, ojalá algún día descubran algo que me haga adelgazar sin mover un dedo!- Le iba a decir que ese no era mi trabajo pero me pareció descortés y lo dejé para después. Solo dije:

-Eso sí sería un gran avanzo.- Sonreí intentando parecer a gusto. Me fijé distraídamente en la gente que estaba al otro lado de la mesa, de pie, conversando y sin querer mi mirada se cruzó con la de Hugh. Mi piel se erizó sin explicación y yo aparté la vista, como si tuviese algo que ocultar. 

Mientras tanto, la cena fue larga, llena de conversaciones cruzadas y de las cuales yo no podía participar. Me sentía algo ajeno a todo aquel mundo. Cuando la gente se empezó a levantar y a dirigirse a las otras salas, yo decidí que era hora de caminar un poco hasta el jardín. Necesitaba alejarme un poco del mundo de la fama...

La noche estaba fresca, no fría, pero cuando soplaba el viento yo estremecía un poco. El agua de la fuente salía a chorro y salpicaba el suelo de afuera. Me senté en uno de los banquillos observándola, saboreando la tranquilidad y el silencio de aquel sitio. Ambiente libre de humo de cigarrillos.

Me pregunté que me había pasado? Como había acabado cenando en la casa de una persona tan conocida... no había caído en que miles de personas desearían estar en mi lugar y sin embargo yo me había escapado de la presencia incomoda de los famosos.

-Hay algo que no esté de tu agrado?- Levanté la mirada ante la reconocible voz de Hugh.- Te vi salir...

-Está todo perfecto... es solo que me ahogaba. Perdona.- Extrañe que se sentase a mi lado. Sacó un cigarrillo y lo encendió.

-La noche esta preciosa. 

-Lo está... emm, Gracias.

-¿Por?

-La camisa.- Toqué el tejido sobre mi pecho.

-De nada, creí que debía remediar lo que pasó con la otra...- me sonrió.

-¡La culpa fue mía!

-Mmm si, pero la grasa estaba en mi nariz, jajaja. Olvídalo. Yo no sé como agradecerte, has dado mucho apoyo a Rebecca en mi ausencia eso no sé como agradecértelo.- dio una calada en el cigarrillo.

¿Era eso? ¿Gratitud? Fruncí el ceño.

-Rebecca es mi mejor amiga, los amigos están para eso. No quiero que me agradezca nada, ni me dé nada...

-No me malinterpretes.- me cortó- Se que es lo que estas pensando y no es eso, te lo aseguro. Las cosas no van del todo bien, y tú has ayudado a Rebecca a soportarlo...

-Bueno, ya te lo expliqué. No hace falta que me invites a cenas de gente famosa para agradecérmelo, esa gente no me dice nada, no la conozco...- me levanté.

El negó en silencio.

-Richard...

-Buenas noches Hugh.- me alejé sintiéndome herido. 

Cuando llegue a casa después de despedirme de Rebecca, le dije que me dolía mucho la cabeza, y coger un taxi me senté en mi cama. No tenía ni idea de porque me había enfadado con Hugh... "?que esperabas? ¿Qué te hubiese invitado porque eres guapo? Tss, el mundo de la fama está lleno de gente guapa! Por dios, es un hombre casado! Es el padre de mi mejor amiga y yo... yo creo que... le quiero."

Rebecca fue a ver como estaba a la mañana siguiente. No había pegado ojo y las ojeras me cubrían la cara.

-¡Tienes un aspecto horrible!- Se detuvo a los pies de mi cama con los brazos cruzados, mientras yo me escondía bajo las cubiertas.- ¡Venga! ¿No habrás bebido no?

-Noo...- mi voz gruñona se escuchó bajo las sabanas.

-¡Ya, seguro! ¿No vas al trabajo?

-No, estoy enfermo ya te lo dije... Llama a decir que estoy enfermo!

-¡No voy a mentir! ¡Estas de resaca!- Cogí el teléfono de mi mesita de noche y marqué yo mismo el numero. 

Ese día no fui a trabajar, ni tampoco hice nada, me limité a llevar a Bobby a la calle y a volver a la cama.

Ahora con su padre en Londres, Rebecca intentaba pasar todo el tiempo posible con él pero no tardó a que me volviese a invitar a dar un paseo hasta el centro con ellos.

Acepté tan solo porque no quería perder su amistad, pero estar con Hugh para mí era incomodo. Comemos en el Ivy junto con Charlie, William y sus respectivas novias. Yo me mantuve callado y me limitaba hablar cuando me preguntaban algo. Contestaba de forma educada pero sin expresar opinión propia. Mis opiniones era algo muy personal y tampoco me pareció que les interesase realmente salvo a Hugh que de vez en cuando me pedía con su mirada silenciosa que participase más en las conversaciones. 

De pronto y no muy oportunamente apareció Roy invitándonos al cine. 

-Papa, podíamos ir... ¿Verdad Richard?

-Mmm.. No creo que yo pueda, debo volver pronto para sacar a Boby.- mentí descaradamente, en realidad no me apetecía ir al cine con 3 parejas de enamorados...

-Ohh, ¡venga!

-¿Por qué no vais vosotros y yo acerco a Richard a casa?- preguntó Hugh.

-¿Tu tampoco vienes papa?- Quiso saber Charlie.

-No, yo ya tengo cine que llegue por bastantes años...

-¿Tú no te importas Ric?- Rebecca tenía los ojos brillosos.

-No, que va…- sonreí.- ¡Diviértete!

Ella me besó la mejilla antes de marcharse y yo me quedé con Hugh a solas en el restaurante.

-Hugh...

-¿Sigues enfadado?- Nuestras palabras se sobrepusieron y nos callamos.

-Perdona lo de la otra noche, es que...

-Sí, la culpa ha sido mía. Creo que no me expresé adecuadamente...- jugueteó con la servilleta. Sus labios estaban muy rojos y metió entre ellos un cigarrillo.

-Te expresaste a la perfección, el problema es que a veces el idioma aun me confunde... Creo que me confundi...- mentí. No iba a contarle ninguno de los castillos de viento que había construido en mi cerebro.

-No creo. Tu inglés es muy bueno. Tu acento es fabuloso. Y tu vocabulario bastante rico...- Sus ojos investigaban más allá de los míos. Durante un tiempo que me pareció una eternidad nos mantuvimos en silencio, tan solo escuchando las voces y los platos de la gente que comía hasta que Hugh empezó de nuevo:- Me hubiese gustado que Rebecca se hubiese ido contigo la otra noche...

- ¿Por qué?

-Jo... bebió un poco...- "Un poco..." pensé... para estar comentándomelo debió haber sido bastante.-... me he dado cuenta de que bebe mucho más que hace años, estoy preocupado con tener que irme a L.A... No puedo contar con Stephen va a estar lejos trabajando, no puedo contar con ningún desconocido que la vigile porque Rebecca no necesita eso... - suspiró y cerró los ojos.- Necesita alguien que la quiera y la apoye. 

-Creo, que ya hemos hablado de esto...- La mirada azul de Hugh parecía ganar un brillo distinto.

-¿Puedo confiar en ti?

-No. Confiar en alguien requiere depositar muchas expectativas y no quiero decepcionarte si algo, por algún motivo no va bien, o si nos peleamos...- Dije con firmeza.- Soy amigo de Becca pero no voy hacer ninguna clase de pacto o imponer una obligación en esta amistad... quiero que sea pura.

Hugh asintió en silencio.

-Creo que, aunque no soy nadie para juzgarte, eres una buena persona y has transmitido eso a Rebecca... Ella es, fenomenal. 

-Quiero que sea feliz. Todo a lo que aspiro es a darle felicidad a mis hijos y a no avergonzarles nunca.- Murmuró, mas para sí mismo que para mí.

- Rebecca no es feliz.- Entonces me miró expectante.- Ella solo quiere estar contigo... -Me apeteció abrazarlo, creo que se lo tomó como la confirmación de algo que ya sabía pero que no esperaba que nadie se lo dijese y en ese instante pareció haber envejecido 10 años.- Charlie y Billy son hombres y aunque te echan de menos lo interpretan de otra forma... 

-Me iré dentro de una semana...- Sus palabras se clavaron en mi pecho como un puñal envenenado haciéndome callar de sopetón.- Me gustaría que pudiésemos charlar algunas veces antes de irme...

-Eso es... muy pronto.- Logré articular palabra.

-Sí.

-¿Cuando volverás?- me atreví a preguntar.

-En navidad, o quizás antes. Todo depende de cómo vaya el trabajo, lo que no depende solo de mi.- Se lamió los labios. Era un gesto que hacía muy a menudo. Me di cuenta de que le hacía muy sexy. 

-¿Cuando nos volveremos a ver?- De repente era como si hubiese un silencioso entendimiento. Él quería verme. Yo quería verle..
.
-Cuando sea, hay algunas cosas que deseo pedirte antes de irme...




7 comentários :

  1. Muy buen capítulo, esta muy interesante, y encima lo ha subido muy rápido. Muchas gracias.

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  2. Estupendo capítulo, Saito. Me encanta el personaje de Richard, es clavado a ti, jajaja.

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  3. Muchas gracias por el capítulo, esta muy interesante. Me encanta la historia y sus personajes. Besoss

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