Un ángel debe cuidar el rebaño del señor… y eso es
lo que hace Castiel, entra a hurtadillas en la habitación del motel de mala
muerte en la que se hospedan los hermanos Winchester.
Lo hace a menudo… Durante siglos ha observado a los
humanos como un celador silencioso y siempre creyó que estos no le hacían
sentir nada pero ahora se ha dado cuenta que las más perfectas creaciones de su
Padre son su perdición. Dean… por sus labios rojos e hinchados pecaría una y
otra vez y se arrancaría la gracia sin dudarlo un segundo.
Esa noche la luna estaba alta y llena, dejaba
resbalar sus rayos de luz por la ventana. Podía verlos, oculto en la oscuridad
como un cómplice silencioso. Siempre y cada noche que lo hace tiembla porque
sabe que de un tirón probará los 7 pecados capitales y no hay perdón que valga.
Sam…desnuda a Dean lentamente, saboreando con un
beso lento la saliva de su hermano. ¡Envidia!
Ojalá fuesen sus labios los que tocan los de Dean, ojalá fuesen sus manos las
que recorren ese cuello y sus dedos los que sus labios chupan con lujuria…
Lujuria… no sabe qué es eso ni sabe qué hacer con lo que
crece en su bajo vientre mientras Dean gime, con los labios separados y la
lengua mojándolos despacio porque su boca se seca de la respiración agitada…
-Oh Sammy…
Castiel deja resbalar su cuerpo por la pared y le
invade la Ira… no sabe que está pasando, su
ingle pulsante y cada vez más dura arde y en su cabeza solo están las imágenes
de esa lengua obscena… de esos gemidos roncos que se le escapan por la comisura
de los labios y el olor a sexo…
Echa la cabeza hacia atrás y sigue viéndolos,
observa como Dean se encuentra a cuatro patas sobre la cama lamiendo, chupando
con vigor el miembro de Sam que cubierto de jugo tranparente se le resbalaba
por los labios brillosos como si fuese gloss. Una visión sublime que lo llenó
de gula y por primera vez se desabrochó los
pantalones.
-Eso es… joder Dean que bien lo haces…- Y saca su
miembro de la boca del otro para poder restregársela por el rostro y los
labios, masturbarse contra su cara con una movida de cadera antes de volver a
metérsela de un golpe.- Eso es… hasta el fondo…
Castiel suspira y con un miedo irracional se toca
suavemente creyendo que se desvanecía. Aun así supo que el placer que sintió en
ese momento no se podía comparar al que sentía Sam al penetrar tan profundamente
la boca de su hermano.
Su mano empezó a moverse con un ritmo cadencioso que
le producía una excitación que no deseaba pero que no era capaz de impedir.
Mordiéndose el labio inferior mientras
su mano trabajaba notablemente el glande de su pene, pensó que Dean debería ser
suyo… Su cuerpo y sus labios debían ser suyos y de nadie más, él le sacó del
infierno, ¡él era su dueño!
Se tragó el pensamiento notando como
caía en la avaricia y escuchó como los cuerpos de los hermanos seguían buscando el contacto
con la piel del otro, haciendo que el sudor que resbalaba lentamente por sus
brazos, el pecho y el vientre, se mezclara.
Castiel separó más las piernas imitando la postura
de Dean, que sentado se masturbaba sin un retazo de pudor y permitía que Sam le
metiese, de pie en la cama, su grueso
miembro entre los labios.
Sentía como crecía el deseo, imaginando delante de
sus caderas el rostro del cazador… se lamia los labios y dejaba que un fino
hilo de saliva saliese de ellos para lubricarle el pene. Se estremeció con tal
obscenidad que se le contrajeron todos los músculos del cuerpo, se acercaba una
vertiginosa sensación que no podía describir…
En un momento su semen salió de su pene hinchado y
se derramó sobre sus piernas temblorosas, la respiración era errática y no
tenia control sobre ella, su pulso demasiado acelerado… por segundos no supo
discernir el local en el que se encontraba de la sensación tan fuerte que le
recorría. Entonces la oscuridad lo acogió en un sueño profundo y relajado…
Cuando recuperó la consciencia su nariz distinguió
el olor a sexo y los dos hermanos dormían sobre las sabanas. Él se movió con pereza en su rincón oscuro negándose a tener que
levantarse. Aun le invadía la prohibida sensación de bienestar y la imagen de
la boca de Dean lamiéndole el bajo vientre pringoso le hizo pegar un bote. Por
fin se daba cuenta de lo que acababa de hacer…
Como los labios de un hombre podían hacer enloquecer
a un ángel…
Entonces se levanta del suelo y se marcha con el
orgullo herido, porque el orgullo es su
último pecado…
Hola, Saito:
ResponderEliminarAunque no me gusta normalmente el Wincest en este caso has hecho algo muy original y que me ha gustado mucho. Besoss.
Ay, pobre Castiel, un ángel caído más bien, porque con todos eso pecados capitales a sus espaldas…. Derechito al infierno. Aunque el pobre salió con el orgullo herido y si lleva haciendo eso cientos de años, en verdad se merece el cielo por tener más paciencia que el Santo Job. Y con tanto desenfreno y lujuria a la vista, al final tiene pundonor, que compensa todos esos pecados capitales aunque no sé si obtiene mucha satisfacción, jajajajajaaj
ResponderEliminarBueno, me ha gustado mucho, muy original.
me encanto, aunque pobrecito de Castiel u_u
ResponderEliminartengo una imagen de ellos que me hace reír mucho, Castiel esta embarazado con un signo de interrogación en su linda cabecita xk no sabe de quien es y los hermanos asegurando cada uno que es suyo jajaja, gracias por compartir Saito, que tengas linda tarde, besosss
XD pobre castiel XD pero para tanto pecado hombre que se quede sin hacer nada ¬¬ el infierno no vale la pena asi XD
ResponderEliminarUff, me encanto mucho!!! Pobre de Castiel mira que ver todo y salir con el orgullo herido!! Yo le perdono todos sus pecados!! XD
ResponderEliminarPobre castiel, se fue con su orgullo herido...pero ni modo eso le pasa por andar viendo donde no debe :)
ResponderEliminarAunque a mi no me importan todos esos pecados, yo lo perdono :D ♥
Este comentário foi removido pelo autor.
ResponderEliminarHola, Saito.
ResponderEliminarPor fin he podido leerlo y me ha gustado mucho como has hecho el relato con los pecados capitales, y como cae en todos ellos Castiel.
Gracias por compartir.
Besosss
Genial relato, la forma de enumerar los pecados capitales me ha dejado impresionada, pobre Castiel!
ResponderEliminarGracias por dejarnos disfrutar de tus historias